Damona

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(Ashhh...otro fastidioso día en el infierno , ¿Acaso no puede existir nada más aburrido? Estoy cansada de siempre tener que estar encerrada en el castillo de mi padre y para como tener que aguantar el incompetente trabajo de los sirvientes , sé que son almas torturadas que están condenadas al sufrimiento eterno pero por el amor de Dios , si no pueden atenderme como se debe para qué se toman la molestia)

Me encontraba acostada en mi habitación mirando los codos de lava ardiendo como un pequeño pedazo de carbón en llamas con patas entró por la puerta anunciando que mi banquete estaba listo -Vaya , ya era hora inútil , estaba muriéndome de hambre- me costó levantarme de la cama , últimamente siempre que intentaba moverme libremente algo me lo impedía , yo estaba convencida de que era completamente normal para una chica que se la pasaba acostada en cama , no por eso significaba que era una maldita vaca.

Al ponerme de pie , después de varios intentos,  me percaté de que nuevamente mi pijama estaba muy justa , más de lo necesario (a mí me gustaba lucir sexy pero ,joder, es cosa estaba asfixiandome)

-Su majestad ¿Se encuentra usted bien? La noto algo...apachurrada- dijo el diminuto carbón

-Claro que no , idiota , acaso no ves que quien diseño esto lo hizo pensando en un alfiler , es normal que me vea así~

-Pero , mi princesa , el sastre real ha ajustado esa prenda más de seis veces en menos de un mes , probablemente el problema no sea...

-¿Qué insinuas? ¿Me estás diciendo que estoy G-O-R-D-A?-

La pequeña criatura había reducido su tamaño a causa del miedo que le imponía mi basta prevencia. Desde hace unas cuantas semanas había decidido deleitarme con los manjares que tenía por ofrecer el reino de mi padre , a falta de tener algo mejor que hacer, los mejores cocineros estaban detrás de los platillos que devoraba avidamente uno tras otro siempre terminando con toda los platillos que colocaban sobre mi mesa . Esto no solo me ponía de buen humor,  también me distraía  de la insufrible miseria en la que las paredes del complejo me mantenían sumida, todo esto había atraído cuchicheos de los súbditos dentro mi propio hogar; en una ocasión logré escuchar perfectamente cómo uno de ellos se burlaba de mí cuerpo mientras le colocaba el glaseado a mi magnánimo pastel , al siguiente día su cabeza me servía como pisapapeles sobre mi escritorio.

Y es que es algo que no llego a comprender del todo , jamás he estado gorda ni mucho menos , en mi vida he subido un gramo de grasa ni siquiera presentado cualquier tipo de aumento de peso , a mí me gustaba comer porque era una chica en crecimiento que vivía atormentada por toda la eternidad con un padre que disfrutaba de todas sus concubinas sin tener la necesidad de prestarme la más mínima de las atenciones. Lo único que quería era disfrutar del único placer al cual no se me había restringido por lo tanto no iba a permitir que ninguna escoria inferior a mí me dijera lo que debía o no hacer.

Ordené a las damas del caos que cambiarán mis atuendos , en vida estas mujeres  habían dedicado sus talentos al servicio del demonio y ahora en la muerte la hacían al mio , ellas eran las únicas  "personas" que tenían permitido ver completamente desnudo mi cuerpo , su devoción a mi era tan grande que jamás se habrían atrevido a decirme algo que no fuera verdad.

-Diganme una cosa , ustedes han estado aquí desde que tengo memoria así que si fueran ciertos los rumores que corren sobre mi peso ustedes deberían ser la primeras en hacérmelo saber ¿Cierto?

Estás demoníacas musas se sonrieron mutuamente antes de devolverme una mirada vacía ,sus ojos fueron engullidos por buitres el día que fueron quemadas vivas bajo los cargos de brujería. Con sus calcinadas manos comenzaron a recorrer mi cuerpo , en ciertas zonas se detenían a tomar mi carne y comprarla con otras partes de mi cuerpo , una de ellas tomo mi abultado abdomen para dedicarse a acariciarlo sutilmente  mientras que su compañera coloco sus huesudos miembros sobre mi trasero. Rápidamente mi respiración sufrió una aceleración , la forma en la que me tomaban escondía intenciones adicionales que solo responder mi pregunta, había cerrado los ojos para disfrutar el trabajo de ambas cuando llamaron a mi puerta.

-¿Q-quién es?~

-Le hemos traído a la habitación su desayuno , su majestad. Al ver que se retrasaba pensamos que querría disfrutarlo en sus aposentos.

Mi pecho subía y bajaba al ritmo de un fatigado corazón , señal de que quizá fueran ciertas esas especulaciones del aumento de mi peso , antes de poder retomar el control una de esas demás colocó el dedo sobre mis labios pidiendo silencio mientras que la otra atendía al lacayo.

-Efectivamente , su demoníaca alteza planea comer a solas así que tus servicios ya no son requeridos , ahora lárgate antes de que despiertes su cólera.

Inmediatamente el ruido de pequeños carritos inundaron la estancia , todos ellos repletos de postres , galletas , helados , tartas , pays y diminutos tentenpies. Mis ojos se deslizaron a cada uno de esos manjares produciendo en mi boca una sensación de apetito descomunal ; aún estaba en ropa interior pero eso no impidió a qué me acercara a aquellas delicias culinarias. Sin embargo antes de hincarles el colmillo fui detenida por mis sirvientas personales , ellas me rogaron dejarlas alimentarme mientras yo me recostaba en el sillón rojo al lado de la ventana , normalmente este atrevimiento ameritaría una severa reprimenda aunque , por otro lado,  hasta hace unos segundos estaba sumamente complacida con el "trabajo" que estaban haciendo.

De esta forma las puertas se cerraron dejándonos a las tres  completamente a solas , nadie más se enteró de que a partir de ese momento en mi intinerario una nueva actividad había ocupado un lugar , seguía creyendo que no estaba poniéndome como una vaca obesa , por el contrario , en mis palabras disfrutaba de u placer tan gratificante que mi cuerpo estaba siendo rellenado de lujuria.

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