PREOCUPACIÓN

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Pasaron los meses y mi relación con Jean iba de maravilla, era tan perfecto que era la niña más feliz del mundo, pero había algo, algo que me preocupaba y me arrugaba  el corazón, algo que ni esos pequeños ojos cafés delante de mi podía calmar.
-¿En que piensas?- dijo Jean dándole suaves caricias a mi mano que estaba estirada en aquella mesa de madera en la cafetería- Estás como muy pensativa últimamente.
-Nada, yo...- hice una pausa para pensar bien mis palabras antes de continuar- Es que no eh parado de pensar en Marian
-¿En Marian? ¿Qué sucede con ella?- respondió arrugando el ceño
-Ah pasado mucho y aún no tengo respuesta a sus llamadas desde aquel día que se fue con Naim, tengo miedo Jean, ¿Y si le ah hecho algo?
De verdad estaba preocupada, no podía parar de pensar en eso, ¿Y si Naim le había hecho daño? ¿Y si... y si ella ya no estaba? Borre ese pensamiento rápidamente al sentir el suave tacto de Jean en mi rostro, mientras daba suaves círculos con su mano en mi mejilla me dijo:
-Tranquila, mira te prometo encontrarla, te prometo que ella estará bien, si gustas, puedo localizar a Naim hoy en la tarde y preguntarle si sabe donde está ¿si?- sus ojos me calmaron.
-Esta bien- finalizamos esa conversación con un suave beso en los labios que hizo a mi corazón volverse loco.

En clase no podía concentrarme y ahora era por dos razones, la primera, era Marian y la que se le acababa de sumar, era que Jean se había ido para buscar a Naim y eso me ponía los pelos de punta, insistí para que no fuera hasta el término de las clases y así ir juntos, pero el no quería exponerme a eso nuevamente, así que no hubo más remedio que quedarme.
Al llegar a mi casa algo hizo que mi corazón se detuviera por un instante, inserte la llave de la casa para abrir pero al hacerlo me di cuenta de que esta ya lo estaba, di un paso hacia atrás y revisé a mi al rededor a ver si veía algo extraño o fuera de lo común, no había nada, así que me limité a recordar si había cerrado mi casa ese día por la mañana, mi mente jugaba conmigo y me hacía sentir que así era, pero a lo mejor y lo había olvidado y eso era un recuerdo pasado. Temblando y con el corazón a mil entre a mi casa, sin hacer tanto ruido revisé la cocina, la sala, los baños, nada, faltaba el piso de arriba, las habitaciones, subí cautelosamente las escaleras, con miedo a que una de ellas rechinara y alguien me escuchara, nada, no había nadie, sentí un enorme alivio, pero de repente alguien tomó mi muñeca con fuerza y estrecho mi cuerpo contra el suyo en un abrazo, reconocí aquel cabello platinado, era Marian, sin decir nada la abracé con más fuerza pues mi corazón se había calmado. Ella rompió el abrazo pero mantuvo sus manos a mis costados.
-Dios Darian, necesitaba verte- dijo con alivio en su voz.
-Marian ¿Qué mierda haces aquí?¿ Tienes idea de lo preocupada que estaba?- dije en tono enojada
-Perdón por no haber contestado tus llamadas, no sabía que decir- la mire con cara de confusión-Daria, Naim y yo nos vamos a ir de aquí, nos iremos a Canadá, viviremos allá, hemos arreglado las cosas y conseguimos trabajo.
-Marian estoy súper feliz por ti, por fin serás feliz, solo te pido que tengas cuidado y que me hables si algo sale mal, sabes que no dudare en tomar el primer avión a Canadá si algo sale mal.
-Gracias Fer, te adoro- me dio un último abrazo, solo que en eso entonces, no sabía que era el último.

IN LOVE WITH A CRIMINAL- JEARIAN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora