EMPEZAMOS

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Marian subió al coche; aún con los ojos húmedos, sin despertar a Jean, me estiré hasta sujetar la temblorosa mano derecha de mi prima y la apreté con fuerza para demostrar mi apoyo, ella se limitó a soltar unas cuantas lagrimas de sus ojos y sin voltear a verme arrancar el auto.
-Fer, llegamos- No se en qué momento me quede dormida y mucho menos en que momento llegamos a mi casa, solo se que la voz quebradiza de mi prima me despertó. Desperté a Jean y ambos bajamos del auto, le dije que se adelantara pues quería hablar con Marian, quien aún no bajaba del coche.
-¿No vienes?- le pregunte mientras me acercaba a la ventanilla del auto, ya conocía la respuesta.
-No, necesito...pensar y procesar un poco lo sucedido- sin más sacudió su mano como señal de despedida y arrancó el auto.
Me limite a concentrarme en Jean, entre a la casa y ahí estaba el observando las fotos que se encontraban en la mesa de centro de la sala.
Volteo su mirada hacia mi y corrió a abrazarme, me cargo y me dio vueltas en el aire, yo solo grité, me bajo y no me dejo tomar aire, junto nuestros labios, eran aún mejores de lo que recordaba, la sensación que causaba en mi seria para siempre mi favorita, nos separamos y juntamos nuestras frentes unos instantes antes de seguir besándonos, mi estomago estaba vuelto loco y mi corazón estaba compitiendo con el a ver quien lograba sentir más. Después de un rato le propuse comer para cenar pues ya era tarde, el asintió y preparamos juntos una ensalada con pasta y jitomates cherry, mientras cenábamos el me preguntó.
-¿Qué sucedió con tu papá?- mi corazón se rompió.
-Emmm- dije bajando mi tenedor y mi vista al mismo tiempo.
-Ahh, si no quieres decirme está bien, no tenemos que hablar de eso-sujeto mi mano y le dio leves caricias.
Pude haberme safado de aquella pregunta que me hacía recordar miles de recuerdos dolorosos, pero jamás le había dicho a nadie lo que sucedió y necesitaba sacarlo.
-No, está bien, quiero decirte- dije contenido mi llanto- hace 5 años, antes de conocerte, mi papá y mi hermano salieron a un partido de fútbol, todo iba bien, hasta que llegue de la escuela, acababa de pelear con mi madre, así que tome demasiado, mi madre estaba furiosa, llamo a mi papá quien estaba conduciendo de vuelta a casa, en plena tormenta, ambos empezaron a pelear, de repente mi mamá empezó a gritar el nombre de mi padre, lo empezó a gritar muy fuerte hasta que colgó y se fue corriendo gritándome que era mi culpa.
No me había dado cuenta en que momento las lágrimas salieron de mis ojos hasta que Jean pasó suavemente su mano sobre mi rostro limpiándolo, yo solo levante la vista y le dediqué una leve sonrisa que me costó mucho.
-En fin, gracias a ti eh podido superar todo esto, me has ayudado y esta nueva versión de mi misma me gusta más, gracias Jean- le dije sujetando con fuerza sus manos, en un intento de demostrarle que le estaba hablando de corazón.
-Lo lamento muchísimo mi niña, has pasado por mucho, me alegra poder ayudar, pero tú también me has ayudado, soy una mejor versión de mi mismo gracias a ti, pero sabes que basta de ponernos sentimentales- dijo parándose de la mesa y sujetando mis manos para ayudarme a pararme, lo veía con cara de intriga.
-Espera- sacó de mi bolsillo mi teléfono y lo conecto a la bocina que se encontraba a unos cuantos metros, colocando "Perfect Harmony" de Madison Reyes y Charlie Gillespie. Después colocó el teléfono en la mesa y con esa mano sujeto con fuerza mi cintura atrayéndome hacia el, ese movimiento hizo que mi estomago se revolviera, mi corazón se volvió loco cuando me susurro al oído con voz dulce y traviesa.- Déjate llevar.
Y con eso fue suficiente, me perdí, me perdí en su movimiento, en la música, en la sensación, pero sobretodo, en sus ojos, esos ojos chiquitos cafés que me hacían sentir mil cosas, nos mirábamos fijamente mientras nuestros cuerpos se movían al ritmo de la música.
En esos momentos pensé en una frase de uno de mis libros favoritos, Flipped de Wendelin Van Draanen, "Ese día empezamos y sabía que estaríamos así por mucho tiempo".

IN LOVE WITH A CRIMINAL- JEARIAN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora