ACCIDENTE

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Algo había cambiado, íbamos el y yo, wow, el y yo, lo había imaginado tantas veces que aún no me la creo, estábamos sujetados de la mano mientras el conducía por una larga carretera, ahora ya nada era incomodo, a pesar de que ese haya sido nuestro primer encuentro como pareja, parecía que estábamos juntos desde hace mucho tiempo, de repente regrese a la realidad y me di cuenta que ese no era el camino.
-¿Jean?- le dije con tono de preocupación
-¿Si?-
-Este no es el camino para aquella casa, ¿a donde vamos?-
-Lo se, como te dije, ya no trabajo para ellos, ahora haremos una entrega a alguien más que me pagará el triple por el objeto-
-Ok esta bien-
Después de eso tardamos aproximadamente unos 15 minutos en llegar al lugar, era una fábrica, al parecer abandonada desde hace años.
-Escucha, ellos son clientes nuevos, lo que significa que no los conozco, tú serás mi acompañante, necesito que te cambies-
-Ok todo iba bien hasta lo de cambiarse, ¿que se supone que me debo de poner?-
-Me tome la libertad de ir el día de ayer a una tienda y comprarte esto- estiró su brazo hacia atrás y me pasó una maleta color verde. La abrí y era una falda color negro, una chamarra de cuero como la de el, un crop top blanco y unas botas negras, el outfit esta genial.
-Wow, me encanta, pero ¿cómo me lo voy a poner-
-Ok, me bajare y mientras tú te cambias- y eso hice. Al terminar salí de la camioneta, caminé hasta donde se encontraba Jean, al llegar el me sujeto de la mano y fuimos juntos hacia la entrada de aquella fábrica.
-Escucha, tú no vayas a decir absolutamente nada ¿ok?, puede ser peligroso- asentí, estaba extremadamente nerviosa, no tenía idea de lo que iba a pasar.
Estaba sumergida en mis pensamientos cuando un hombre grande y robusto abrió la puerta.
-¿JeanCarlo?- preguntó, tenía la voz extremadamente ronca y gruesa, tanto que me estremecí.
-Asi es, vengo a entregar esto- dijo Jean con mucha calma.
Acto siguiente, el señor posó sus ojos en mi, eran pequeños pero al mismo tiempo amenazantes.
-¿Quién es ella?- preguntó con un tono molesto eh incomodo.
-Es mi acompañante, una pequeña "aprendiz"- enfatizó aprendiz, como si lo dijera de forma sarcástica.
Después de eso el hombre gigante soltó una ruidosa carcajada y nos dejó pasar.
-¿Qué fue eso?-le dije en forma de susurro.
-Cree que tú y yo dormimos juntos, así me pagas para que yo te enseñe todo lo que se-
No hice más que asentir.
Caminamos por todo lo largo de la fábrica hasta llegar con una mujer, era alta morena y tenia un cuerpo que cualquiera quisiera tener, me puse celosa cuando camino en la dirección de Jean y lo miro de arriba hacia abajo de forma pícara.
-Señor Jean, yo me encargare de esto- dijo de forma extremadamente seductora, me hervía la sangre y aún más cuando sujeto aquella bolsa que traía Jean de una forma tan sexy que hasta yo caigo rendida.
-¿No está el señor 32?- dijo Jean ignorando por completo el coqueteo, eso me hizo brincar de alegría por dentro.
-No, el día de hoy yo recogí las entregas, aquí tiene- dijo sacando de atrás una maleta color negra, al parecer estaba pesada. Jean soltó mi mano para poder abrir aquella maleta, me asomé y santo Dios, era un montón de dinero.
-Hasta luego- se despidió Jean.

Al llegar a la camioneta le pregunté.
-¿Qué onda con la chica esa?- creó que soñé bastante celosa.
Jean solo se rio y me dijo
-Calma, ella no es mi tipo-
-Entonces ¿Cuál es tu tipo?- le dije con una sonrisa picarona.
-Bueno pues mi tipo son peliblancas, con una sonrisa hermosa, unos ojos verdes y un cuerpo que uff me desmaya- me dijo acariciando mi mejilla. No pude evitar sonrojarme ante sus palabras.
No sabía que decir así que solo me acerqué para volver a chocar contra esos suaves y fríos labios.
Pero todo sucedió rápido, todo sucedió en un abrir y cerrar los ojos, al cerrarlos estaba ahí, a punto de dar mi segundo beso con la persona que eh soñado durante años y al abrirlos el estaba sangrando, el vidrio de la camioneta estaba roto, había un tipo delante de ella con una pistola apuntándonos a ambos, actué por instinto de una forma extremadamente rápida le cambié el lugar a Jean dejándolo acostado, con mi mano izquierda manejaba y con la derecha le presionaba el pecho para que no se desangrara, iba muy rápido, pero igual sentía que no avanzaba nada, mi cabeza empezó a dar vueltas, maldición el hospital estaba muy lejos, los segundos parecían días.
Al llegar al hospital, me baje y luego baje a Jean que casi estaba inconsciente, estaba gritando pero apenas y oía mi voz, estaba totalmente aturdida por la situación. En seguida llegaron unos doctores y después de ahí todo fue historia.

IN LOVE WITH A CRIMINAL- JEARIAN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora