EPISODE 12

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Xiao Zhan estaba muy nervioso, no podía creer lo que acababa de decir.

—Yibo... yo...

— ¿Acaso te retractarás? —preguntó con tono serio.

—Mejor lo hablamos en persona, ¿te parece? Es tarde y... y...

—Y debes dormir.

—Sí.

—De acuerdo. —Yibo colgó sin decir más y Xiao Zhan se quedó extrañado. ¿Qué había hecho? ¿En qué se había metido?

Se puso una ropa ligera para dormir y se recostó en la cama esperando por el tan ansiado sueño que no llegaría esa noche. El simple hecho de estar atado a Yibo le traía múltiples sentimientos extraños, era una extraña felicidad combinada de temor e incertidumbre, ¿podría confiar en Yibo? se preguntaba una y otra vez, y no hallaba respuesta.

Por otro lado, Yibo tenía mucha ansiedad. Si bien era cierto había logrado el tan ansiado sí y eso indicaba que tenía ya una relación con el pelinegro, esa idea en vez de contentarlo lo había trastocado un poco. Se puso a pensar si antes había hecho tal cosa con alguna de sus novias y la verdad era que no, nunca había sentido la necesidad de pedirle a alguna de ellas estar formalmente, por lo general empezaba a salir y la llevaba a la cama con facilidad y eso era "empezar algo", si la seguía viendo y ella le seguía permitiendo acostarse, eso le indicaba que seguían teniendo algo, pero si discutían o se aburrían entonces daban por terminada la relación. Eso era a lo que Yibo estaba acostumbrado. Pero con Xiao Zhan todo era diferente y justamente eso le incomodaba mucho, el no saber cómo actuar frente a tal cosa.

Esa noche trato de dormir pero no pudo, pero además Wen Han regresó con algunas chicas y vio bueno bajar y ver a quiénes había traído.

—Hola, Yibo, qué sorpresa, creí que te habías accidentado y... no sé, creí que estabas en la otra vida —dijo una rubia, se llamaba Li Qin y era una de las tantas chicas con las que se la había pasado bien.

Este sonrió de lado y la saludó con un beso en la mejilla. Wen Han estaba con otras dos chicas que él no conocía, pero ya estaba en el sofá de la sala con ellas muy excitadas.

En la mesa del centro reposaba unas botellas de cerveza y suspiró hondo, al parecer pasaría una buena noche como aquellas que ya ni recordaba.

— ¡Esta fiesta es en tu honor, Yibo! —gritó Wen Han y Yibo asintió para tomar a Li Qin por la cintura.

—Tenemos mucho de qué hablar, ¿no crees? —coqueteó ella y Yibo sonrió para luego dejarse besar.

Había pasado meses desde que no estaba en una situación similar, escuchando la música, oliendo el licor y los cigarros y en especial, sintiendo las caricias descaradas de quien sea que esté dispuesta, en este caso, Li Qin, una chica fácil con la que se había acostado un par de veces. Lo que no sabía, o bueno, no tomaba en importancia, era que prácticamente eran prostitutas ya que cobraban por estar ahí, pero acostumbrado al dinero y a no tener límites, no se percató que Wen Han había utilizado su dinero en eso.

Luego de los besos y la ingesta de alcohol, ambos terminaron cerca de la cocina buscando un lugar cómodo.

—Espera, no —dijo Yibo ya que ella quería hacerlo ahí mismo.

— ¿Qué pasa? ¿No quieres?

—Bromeas, claro que sí, solo que aquí no.

Entre jalones la llevó al segundo piso a la habitación que había tomado como suya.

La cabeza le daba vueltas y ya no era consciente de lo que estaba haciendo. La tenía en la cama desnuda y muy excitada, se movía queriendo tomar el control, sin embargo, Yibo no la dejaba, la tenía aprisionada a la cama.

BABYSITTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora