EPISODE 19

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Carman se alistaba para ir a trabajar, cuando llegó Xiao Zhan y le dio la típica lista de siempre, pero no pasó desapercibido su semblante decaído. ella supuso que se trataba algo relacionado con Yibo y en parte sonrió.

—Seré clara, mi hijo suele ser así... —Xiao Zhan abrió los ojos—. Si te ha hecho daño solo dímelo para ponerlo en su lugar, pero no le des mayor importancia, por favor, me dolería perderte en este tiempo por las cosas que haga mi hijo mayor.

—Yo... descuide señora, no se preocupe, solo estoy un poco cansado pero se me pasará.

—Eso espero, y no te ilusiones con Yibo, a él le gustan las mujeres, no caigas en su trampa. —Esas palabras le dolieron, pero Xiao Zhan ya comenzaba a pensar que por el bien de él debía renunciar, aunque lo haría cuando consiguiera un nuevo trabajo porque si pensaba en quedarse en Shanghái , debía trabajar.

Carman se fue dejándolo decaído, para segundos después Jin bajaba las escaleras muy animoso y eso le robó una sonrisa, lo había extrañado luego de esa semana de vacaciones.

—¡Zhan Zhan! —gritó el pequeño y fue a abrazarlo—. Al fin vienes, ¿me trajiste pastel? Dijiste que me traerías un poco. —Xiao Zhan se sobresaltó y lo miró preocupado.

—Lo siento, ya no hubo, ¡pero! Mañana prometo traerte algo. —El pequeño solo asintió feliz y Xiao Zhan lo llevó al comedor para ahí hacer las tareas como casi siempre. Jin le hablaba mucho de tantas cosas, estaba de buen humor, había un pequeño cambio en su semblante, pero eso no animaba a Xiao Zhan del todo, disimulaba una sonrisa cada vez que el niño lo miraba.

—Oye, adivina qué soñé ayer —dijo comenzando a dibujar una tarea en uno de sus cuadernos.

—No lo sé...

—Tienes que adivinar, así no se vale. —Xiao Zhan trató de poner de su parte, de todas formas Jin no tenia de la culpa de su estado de animo.

—¿Soñaste con una fiesta de cumpleaños?

—¡No! Soñé que te casabas, adivina con quién. —Xiao Zhan se puso un poco incómodo.

—Jin, termina de pintar tu tarea.

—Ya, pero adivina.

—No sé Jin, no sé con quién me casé en tu sueño.

—¡Con Yibo! Y adivina quién llevaba los anillos. —Xiao Zhan disimuló otra sonrisa ante eso y no dijo nada—. ¡Yo! Y tú tenías un vestido largo blanco, te veías gracioso y adivina quién llevaba tu cola. —Xiao Zhan rió un poco.

—No tengo la más mínima idea.

—¡El conejito Yibo, quién más! Lo llevaba con sus manitas, caminaba como nosotros.

—Sueñas cosas raras, yo no podría ponerme un vestido, pero dime, ¿Yibo aceptó? Ya sabes, le preguntan si acepta casarse y los dos dicen que sí. —Jin se quedó pensando en eso.

—No sé. —Lo miró serio—. Mi sueño termina cuando todos tenemos que salir de esa iglesia porque mi mamá se molestó y nos perseguía, también Arthur.

—Dos hombres no pueden casarse Jin, ¿lo sabías? —Jin se sorprendió un poco.

—¿No pueden? —Xiao Zhan negó con la cabeza—. ¿Por qué no? ¿Es porque no pueden usar vestidos?

—No, no es eso, es porque hay reglas y las reglas de nuestro país no acepta que dos hombre esten juntos y menos que contraigan matrimonio...

—¿Y cómo harán ustedes? —Preguntó un poco angustiado—. ¿No habrá una boda?

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