La casa de los horrores

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YoonGi se recostó en el sillón de la sala principal

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YoonGi se recostó en el sillón de la sala principal. La casa estaba bastante descuidada, las habitaciones casi vacías.

MinHo vaciaba el contenido de un cajón en una bolsa de plástico.

Desde que JungKook y YoonGi se habían mudado no habían regresado por sus cosas personales, apenas se habían llevado un par de cosas. Por eso, cuando MinHo dijo que era hora de regresar a recuperarlas no rechistó ni se quejó.

Él y MinHo, llevaban conociéndose casi dos años. Una amistad larga. Era también la razón por la que YoonGi quiso entrar a Bangtan. Revisó su teléfono mientras MinHo trabajaba por él.

Mierda.

Tenía casi cincuenta mensajes de TaeHyung. Cada mensaje era lo mismo. Un emoji de un payaso. Un puto payaso.

Decidió llamarlo, pero el teléfono del otro estaba apagado.

— MinHo.

— ¿Qué?

— ¿No podemos irnos por hoy y volver luego?

— Llevas posponiendo esto por medio año, joder.

— Lo sé, pero creo que es urgente.

MinHo suspiró.

— Vale, pero la siguiente vez tendrá que venir JungKook con nosotros.

— ¿A esta casa de los horrores? - Se burló YoonGi. - Suerte trayéndolo.

— No, no, si tu lo vas a convencer.

— ¡¿Yo?! ¡Pero Achoche...!

— Nada. A la mierda. ¿Quieres posponer esto? Te jodes y convences a JungKook de venir con nosotros.

YoonGi se cubrió la cara con sus manos. Sabía el problema que era traer a JungKook a ese lugar. Pero tenía que tragárselo. Tenía que ir a ver a TaeHyung.

Luego de recibir aquél texto de un número desconocido, YugYeom no sabía qué hacer. ¿Debía contarle a JungKook? No quería presionarlo, quería protegerlo. Si se enteraba no le sentaría bien en lo absoluto.

Mientras jugaban en la playa de JungKook, su expresión se volvía amarga. ¿Qué iban a pedirle que hicieran? No podía lastimar a nadie pero no quería que lastimaran a JungKook tampoco.

— ¿Sucede algo? - Preguntó JungKook, sacándolo de sus pensamientos.

YugYeom se aclaró la garganta.

— No, no es nada - sonrió y le dio un beso en la frente.

TaeHyung, por otra parte, caminaba a casa con una bolsa del súper. Odiaba hacer las compras pero era el esclavo de sus padres.

— ¿Necesitas ayuda con eso? - Escuchó aquella voz profunda. Quiso sonreír pero estaba muy molesto.

— Me ghosteaste, eh, cabrón.

Detención ✧ YoonTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora