TaeHyung es un chico de clase media que asiste a una escuela de ricos por su gran inteligencia, un día, harto de la presunción de sus compañeros, tiene una pelea y es enviado a detención, junto a los más problemáticos de la escuela.
Pero luego de ve...
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En la detención, YugYeom se sentó a un lado de JungKook. Vio como, a pesar de ser un chico muy correcto, apoyaba a sus amigos en sus estupideces, cuando jugaban tiro al blanco con un Jang dormido.
En un punto cruzaron miradas y JungKook le sonrió ampliamente. Adoraba su carita tan pequeña que contrastaba con esa sonrisa tan grande.
— ¿Por qué te desagrada tanto el capitán de baseball? - Le preguntó JungKook una vez fuera del aula, luego de despedirse de su hermano. - A mí me parece agradable.
— Golpeó a un amigo y no le hicieron nada.
— Creo que sí que lo castigaron, pero no sé exactamente cómo.
— Porque no lo hicieron, a los alumnos buenos nunca les hacen nada.
— Claro que sí, solo que no todos lo ven.
— JungKook, ya no eres parte de esa gente.
Kook se vio ofendido.
— ¿Qué quieres decir con eso?
— Que no tienes que defenderlos.
JungKook y él se miraron, YugYeom sabía que lo había tomado mal.
— ¿Por qué nos odian?
— No te odio, JungKook...
— Hasta hace una semana yo estaba incluido en su odio colectivo ¿no? Por eso quieren que el pelirrojo sea su presidente de comité.
— No, no es eso...
— ¿Y por qué? - JungKook no dejó que YugYeom siguiera hablando. - Sólo porque nunca pudieron lograr nada en esta escuela.
YugYeom se miró ofendido. JungKook enojado y entonces se dio cuenta del mayor defecto de su pequeñito. No cedía. No lo haría.
Pero YugYeom no se iba a rendir o echar atrás por eso. Tenía que lograr que él se retractara.
Esa noche, YugYeom jugaba en su consola, estaba aburrido pero no tenía nada mejor qué hacer ¿tarea? No tenía idea ni de qué significaba esa palabra.
Su teléfono hizo un ruido extraño, era un mensaje de JungKook. Pensaba ignorarlo por la discusión que habían tenido para darle un escarmiento.
