Poco a poco nuestra relación se fue convirtiendo en lo que era antes: reíamos por pequeñeces, los te amo antes de dormir, las sonrisas bobas cuando nuestras manos se entrelazaban, los abrazos tímidos cuando quería demostrarle cuanto lo amaba... Y cada pétalo floreció hasta vivir una vida cotidiana.
Pero esta noche las cosas se salieron de control, tenía curiosidad de saber si su cuerpo había cambiado o era como lo recordaba. Sin pensarlo me aventuré a decirle casi de forma descarada —Izuku, sé que ya no compartimos la ducha...
—¿Quieres saber si mi cuerpo cambió?— afirmó alzando su blusa hasta el ombligo, y explicó —Antes estaba peor, pero gracias a ti está volviendo a su forma original: mis huesos ya no se notan como antes, pero mis estrías...no me siento orgulloso de eso, por eso no quería compartir la ducha contigo, no quería que te burlaras...
Su piel no había cambiado, era la misma porcelana que recuerdo...pero decorada con oro. Acaricié su mejilla, y otra vez me aventuré a decirle —¿Puedo desnudar tu alma otra vez?, ¿cómo en aquellos tiempos?...
—Me encantaría— me besó solo para susurrarme sin descaro alguno —Quiero recodar otra vez aquellas noches cuando el mundo nos pertenecía; y nadie nos molestaba... Aún no puedo creer qué esté hablando con la persona que amo en este momento, y ahora estemos a punto de hacer el amor...
La aspereza de las ramas renació en el desierto sosegado marchito. El suave viento resopló entre las ruinas cantando una sutil melodía triste, pero alegre, combinado con el exquisito vaivén del pecado cubierto de agonía sofocante... Envuelto en los espíritus, entre los aquelarres quebrajados; mi corazón gozoso se marchitó cuando ramas húmedas me detuvieron bajo exclamos tristes —No sé si pueda, Shoto...
—¿Estás bien mi pequeña esmeralda?— dije preocupado.
—Estoy bien Shochan, es solo que...te he estado imaginando por tantas noches, y suplicado tantas veces a la vida por verte; en esos momentos, siento que estoy soñando... Pero no puedo quitarme a Kacchan de mi mente; sé que no eres él y no abusarías de mi...— empezaron sus temblores empapados de lava fría hasta ser poco a poco a envueltas en cascarás secas.
—Yo apresuré las cosas, Izu. Podemos parar si aún no estás listo— tapé al más querido ángel y después lo abracé.
Se separó de mi, puso sus manos en mis mejillas, me besó concluyendo con una sonrisa diferente como las que usualmente suele dedicarme; para mi condena enjuiciada, ya la conocía... Sus esmeraldas resplandecían bajo el yugo de la pasión. Cada roce era como los rosales ardientes rodeados por las espinas del néctar del vigor prohibido; cuan encrucijada apuñala al corazón noble e inocente. Pero sus palabras descendientes del cielo embrujaron mi andar moribundo —He esperado años por este momento Shochan. Quiero recordar nuevamente estos toques y caricias que me hacían tocar el cielo cuando te visitaba cada noche...
Le susurré al oído mientras mi mano jugaba con la maleza —Eres tan sexi cuando me propones esas cosas tan indecentes mi pequeño girasol...que harás que te devore por completo. Dime, ¿qué harás al respecto?
—Hazlo, no te contengas Shochan, soy tuyo después de todo— otra vez estos pétalos suaves como la primavera; volvieron a encadenarme en una danza exquisita que cegaban al más inocente de los serafines perdidos. Especialmente cuando nuestras almas se separaron buscando un suspiro —Sho, siento que te contienes...
Acaricié su cabello respondiéndole con ternura —No lo hago, quiero que te sientas gozoso cuando lleguemos al climax.
—No haz cambiado en todos estos años... — me recostó bajo la nieve, y agregó —por esas razones no dejo de amarte, Todoroki Shoto.

ESTÁS LEYENDO
Let It Out
ActionShoto no supera la pérdida de su prometido dado que lo perdió dos veces siendo un fuerte peso que llevará incluyendo un fuerte odio pero... ¿a quién le tendrá rencor y por qué?.