Renjun se encontraba en un rincón del baño, sus pequeños brazos envolvían sus piernas, estaba llorando, como nunca lo había hecho, sus lágrimas caían mojando sus rodillas, mientras él se cuestionaba ¿que había hecho mal?, Si lo único que hizo fue amarlos, entregarles todo de él quedándose así sin nada más que ofrecer.
Necesitaba despejar su mente y tratar de olvidar el despecho que comenzaba a sentir.
Salió de casa, asegurándose de que Jaemin seguirá durmiendo.
Caminaba por el parque, con sus mejillas aún empapadas por las lágrimas que no cesaban.
Su corazón dolía con cada recuerdo que aparecía en su mente.
–¿Ustedes me aman?– preguntó el chino
–¿Que si te amamos? Amar es poco para describir lo que sentimos por ti.– dijo el pelinegro acariciando su brazo
–Pero algún día dejarán de hacerlo...–
–Eso nunca pasará Renjun, eres lo mejor que nos pasó, nuestro amor por ti será tan infinito como el universo.– pronunció el menor aferrándose a la cintura del chino
–¿Enserio?–
–No tienes porqué dudarlo.–
–Ahora comienzo a dudar que el universo sea infinito.– susurró el chico
Secó sus lágrimas, ya no quería llorar más.
Sus pies comenzaban a doler de caminar así que se sentó en la banca más cercana que encontró
–¡No puedo creerlo!, Huang Renjun ¿Eres tú?– exclamó un chico de piel acaramelada
–¿Haechan?–
–El mismo en persona, tanto tiempo sin verte, ¡casi ni te reconozco!–
–lo mismo digo, cambiaste mucho–
–si, después de salir de la universidad y dejar de contactarnos me hice uno que otro cambio.–
–lo siento por eso...–
–¿Porqué?¿Por mi cambio?– dijo el coreano burlesco
–no, por dejar de comunicarnos.–
–oye no fue tu culpa, cada quien hizo su camino, lo importante es que nos volvimos a rencontrar ¿No?–
–si, está vez no quiero perder contacto contigo.–
–en ese caso...– sacó su teléfono bajo la atenta mirada del mayor– dame tu número–
–claro.– tomó el celular y guardó su número en este
–Ahora podré llamarte siempre que quiera...–
–me estoy arrepintiendo de dártelo– hizo una mueca hacia el chico
–¡no soy tan molesto como antes!– exclamó el menor
–necesito verlo para creerlo– él chino río
–¿Y que haces tan tarde fuera de casa?– haechan cambio de tema
–solo quería salir a tomar un poco de aire.–
–te acompaño a casa.–
–no te preocupes, no es necesario.–
-no fue una pregunta.-
–veo que no haz cambiado, pobre de tu novio, tiene que aguantar a un pasivo mandón.–Dijo el mayor con un tono burlón
–¡Gracias por recordarme que no tengo novio!–
–ahora ya sabes porque.–
–¡Ya! Mejor vayamos a tu casa–
–si tanto insistes– el mayor río
Los dos chicos caminaban tranquilamente en un silencio nada incomodo.Aquella paz que transmitía aquel chico hacia sentir confortable a Renjun, le daba ese consuelo que necesitaba en eso momento.
–¿Todavía sigues con Jaemin y Jeno?– el menor lo miró sin detener su caminar
–si, supongo.– respondió
–¿A qué te refieres?– este se detuvo haciendo que el chino repitiera su acción
–luego te cuento– dijo restándole importancia a lo que pasaba
–¿Esta todo bien?– insistió
–Haechan, no quiero hablar de eso en este momento, no hay que amargar nuestro reencuentro.–
–como quieras, pero sabes que siempre estaré para ti Renjun.–
–si lo sé y lo agradezco.–
–Aqui es donde vivo, ¿Quieres pasar?–
–No, gracias, otro día será.–
–En eso caso, nos vemos luego–
–Eso espero– sin más se despidió de Renjun con un dulce beso en la mejilla y se fue.
Renjun se había olvidado por un momento de la traición de sus novios, todo gracias a su viejo mejor amigo.
Sin saberlo el sería la pieza principal de su venganza.
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𝓢𝔀𝓮𝓮𝓽 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓮𝓰𝓮 [ɴᴏʀᴇɴᴍɪɴ]
Fanfiction-Renjun...¿porqué lo hiciste?- sollozó el pelinegro -¿pensaron que no me daría cuenta?- el mayor habló sin quitar aquella mirada que se encontraba sin su brillo característico -no...no queríamos lastimarte porque te amamos- esta vez habló el menor d...