– ¿Renjun estás ahí dentro?– habló YangYang con un suave tono de voz,
Renjun al momento de escuchar el llamada del menor paró su sollozo y secó rápidamente sus lágrimas con un pañuelo, que con suerte llevaba consigo– salgo en un minuto.– respondió lo más normal posible, fallando en el intento ya que su voz se alcanzó a quebrar
–¿Estás bien?– preguntó después de ver salir a Renjun del cubículo
– si, no es nada– contestó después de unos segundos más calmado
– ¿Seguro?– volvió a cuestionar cuando notó lo hinchados que se encontraban los ojos del más bajo
– no tienes que preocuparte, estoy bien–
YangYang desde luego sabía que algo no andaba bien con su amigo, pero con lo que a llegado a conocer al chino esté nunca le diría que estaba mal
– Renjun... Si algo está pasando puedes decírmelo sin problema, yo no pienso juzgarte ni mucho menos, al contrario, estoy aquí para ayudarte en lo que necesites– el menor apoyo sus manos en ambos hombros del mencionado y lo acerco a su cuerpo– y por favor... No me pidas que no me preocupe por ti y tampoco me mientas porque veo que no estás bien y te comprendo si no quieres decirme la razón del porque te encuentras mal pero te pido que no sufras solo, te ruego que no te guardes tu sufrimiento, eso solo te hará más daño, tienes que apoyarte en alguien para que el dolor no sea tan insoportable, si tú me lo permites, me gustaría ser ese alguien para ti, solo tienes que confiar en mí.–
Renjun sin poder evitarlo comenzó a llorar, sólo sentía como sus ojos expulsaban aquellas lágrimas para después recorrer su rostro hasta desvanecerse en el cuello de su camisa, saboreaba lo salado de algunas de estas que se desviaban del camino y llegaban a su boca, sintiendo náuseas por el sabor. Al contrario se le rompió el corazón al ver al pelinegro en ese estado que sin pensarlo lo abrazó con delicadeza temiendo que se quebrará de lo frágil que lucía en ese instante. El chino por su parte se aferró al cuerpo de YangYang sin dejar de llorar, apretaba con sus puños cerrados la camisa del más alto, esté solo se dejó hacer mientras le daba pequeñas caricias en su espalda transmitiendole su apoyo.
– ¿Te parece si nos vamos de aquí?– preguntó el menor después de que pasarán unos minutos, y como respuesta solo recibió un asentimiento del contrario
YangYang pensó en dejar a Renjun en su departamento pero al momento recordó que él mismo le había dicho que solía pasar las noches solo, así que descartó la idea, lo último que quería era dejarlo solo en el estado en el que se encontraba; también pensó en llamar a Donghyuck pero tomando en cuenta las altas horas que eran seguro que ya estaba dormido, por lo que no le quedó otra opción que llevarlo a su propio departamento.
Abrochando el cinturón del más bajo y el suyo se dispuso a manejar en dirección de su hogar.
Después de unos largos minutos de camino YangYang había llegado al estacionamiento de su edificio. Miró a Renjun, el cual ya se encontraba dormido, y observó cada parte del las delicadas facciones del chico, no pudo evitar sonreír ante lo calmado y tranquilo que se veía, nada comparado con el Renjun de hace una hora atrás, lucía tan lindo que a YangYang le dió lástima despertarlo de su sueño que decidió llevarlo en brazos.
YangYang se arrepintió al instante de su decisión y no era que Renjun pesará, todo lo contrario, era muy liviano para él pero cargarlo hasta el quinto piso no era la mejor idea que digamos y se percató de este demasiado tarde, el chino ya se encontraba acurrucado en su pecho mientras que el menor trataba con toda su fuerza de que esté no se cayera de sus brazos, estaba seguro que después de esto se inscribiría al gym de la esquina de su cuadra.
Luego de una lucha interminable y para el taiwanés dolorosamente eterna pudo introducir la llave de la puerta de su hogar para después entrar a toda prisa a poner a Renjun en su cama, con toda la delicadeza que su cuerpo le pudo ofrecer e ignorando el constante ardor de sus brazos dejó al chino recostado en su cama y al hacerlo pudo respirar de nuevo, se preguntaba cómo es que el mayor podía seguir dormido después de todo el ajetreo que paso hace unos segundos.
Se sentó en el borde de la cama y peinó con sus dedos algunos cabellos del chino que estaban fuera de lugar, bajando sus dedos acarició las facciones del contrario sonriendo embobado por lo hermoso que se veía el más bajo cuando no tenía el ceño fruncido en modo de concentración como solía tenerlo cada que lo veía de vez en cuando en el trabajo, siguió con su pequeño recorrido sobre el rostro de Renjun y se detuvo en sus lindos y esponjados labios rosados, quería besarlo, joder, se moría por hacerlo pero no lo haría sin su consentimiento, le gustaría saber que Renjun quería besarlo tanto como él.
Se alejo del cuerpo del contrario al darse cuenta de su cercanía con él, se golpeó repetidas veces la cara y tomó una almohada pero antes de salir de la habitación se aseguró de cobijar bien a Renjun.
Ya mañana tendrán suficiente tiempo para hablar de lo que pasó en el restaurante, claro si Renjun estaba listo para decírselo y si no fuera el caso no insistiría con el tema.
YangYang es un amor de persona, lo amo mucho ♡
Escribí este capítulo escuchando ho hey, everything i wanted y one day at the time así que me inspiré demasiado
Nueva portada y nuevos separadores¿Porqué no?
Me estoy poniendo sentimental porque ya voy a acabar la historia :'( no estoy lista para soltarla
En fin, les mando un beso tronado y un abrazo grande hermosas personitas que leen esto
Mel out
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𝓢𝔀𝓮𝓮𝓽 𝓡𝓮𝓿𝓮𝓷𝓮𝓰𝓮 [ɴᴏʀᴇɴᴍɪɴ]
Fanfiction-Renjun...¿porqué lo hiciste?- sollozó el pelinegro -¿pensaron que no me daría cuenta?- el mayor habló sin quitar aquella mirada que se encontraba sin su brillo característico -no...no queríamos lastimarte porque te amamos- esta vez habló el menor d...