Slayer [Nuevas Especies] [✔]

Capítulo VIII

"Romperse sin hacer ruido es el arte de los que amamos en silencio" 

Capítulo VIII

Agatha 

—¿Estabas en la explosión? —pregunto, poniendo algunos parches en sus heridas más superficiales.

—Sí —contesta —estaba patrullando el sector norte cuando ocurrió el atentado, pero lo extraño es que a mí no me sucedió nada a pesar de que el líquido verdoso me salpico... lo que sí, me cayeron algunas rocas de cemento por el derrumbe y eso me ocasiono las heridas —informa algo desconcertado tocándose la nuca.

<<Es inmune>>

La neurotóxica es parte de él. No sé cómo explicarlo, pero su sangre es más fuerte que aquella sustancia, contrarrestándole los efectos y eso es porque la probaron tanto en su cuerpo, que término adaptándose a ella.

—Humana, si me sigues mirando así no me hago responsable de lo que pueda pasar en este laboratorio —dice Slayer con una voz ronca que me saca de los pensamientos que estaba teniendo.

Su sonrisa lobuna denota un deseo que me contagia. 

—¿Ah sí?¿Cómo que puede pasar? —le sigo el juego mientras acaricio su cabello.

—No quieres saberlo...

—¿Y eso también lo decides tú? —contrataco alzando mis cejas, molestándolo.

Su mirada se oscurece analizándome, sin embargo dos segundos después me agarra de la cintura con braveza haciendo que suelte un leve jadeo y con su pierna separa las mías poniéndome ahorcada en su regazo.

Tragó saliva al sentir su dureza contra mi sexo. 

Sus manos son rápidas a la hora de soltarme el cabello dejando que caiga por mis hombros y luego las mete al interior de mi blusa acariciando mi espalda con las yemas de sus dedos ásperos y fríos, otro jadeo se me escapa de mis labios. 

Rodeo mis brazos en su cuello cuando su nariz se roza en la curvatura de mi clavícula y me ronronea, frotándose y lamiéndome esa zona que me dispara los nervios. 

—Te extrañe... —susurro dejando mi dignidad de lado.

Él se queda inmóvil y tengo miedo de que me vuelva a rechazar pero...

—Yo también mi pequeña humana... —musita contra mi piel —cada maldita noche que pase lejos de ti... extrañe tus ojos, tu cabello, tu personalidad y tu maldito calor, mi sexy Agatha.

Sus palabras me hacen sonreír que lo tomo de su rostro impactado mis labios en los suyos y cierro mis ojos dejándome llevar. 

Él me estrecha contra su cuerpo, mientras me abro paso por su boca, su lengua es más áspera de lo normal pero sigue siendo mágica. Rozo la mía contra sus colmillos y luego chupo su labio inferior. Slayer hunde sus dedos sobre mis cabellos para mantenerme pegado a él hasta que me roba todo el aliento.

Me separo un centímetro para respirar, pero Slayer se vuelve apoderar de mis labios.

El beso sube de intensidad volviéndose apasionado, provocador y jodidamente exquisito, es que no me canso de su boca que destruyen todo a mi paso, destruye mi fuerza de voluntad y mi capacidad de razonar. Gimo contra él cuándo agarra mi trasero encajándome más a su erección.

Mi respiración se vuelve errática que para calmarme comienzo a besar su cuello mordiendo y lamiendo, tanto Slayer emite gruñidos que son excitantes, sin embargo un escalofrió me recorre toda la espina dorsal, me detengo al recordar nuestra primera y última noche desastrosa.