Slayer [Nuevas Especies] [✔]

Capítulo XVIII

"Nada más caótico que encontrar el veneno, el antídoto, la herida y la espina en la misma persona"

Capítulo XVIII

Agatha

Estas semanas han sido un caos, entre su persuasión y mi negativa, sigo distante manteniendo firme mi decisión, pero es que a veces me la pone tan difícil, sobre todo cuando tiene detalles que me hacen suspirar de amor, como los desayunos a la cama o las rosas rojas y blancas que deja cada mañana aromatizando toda la habitación.

Después de esa conversación donde se impuso, acepte a regañadientes su petición, tampoco fue como si me hubiera dado otra opción.

Ese mismo día llamó a Justice informándole de la situación, quien se enojó y le advirtió sobre mi cuidado. Además, aprovecho de solicitar que trasladaran todo lo de la vivienda temporal a su cabaña, para monitorear mi embarazo.

Así fue como la primera semana entre los machos de la reserva y en supervisión de la doctora Trisha acomodaron una habitación del primer piso como si fuera una sala de operaciones, por cualquier inconveniente que pudiera surgir.

Aún con todo, me sigue abrumando los cuidados de Slayer, es muy sobreprotector que no deja que me separa de él en ningún instante, ni para ir al baño me deja sola, lo que es vergonzoso, pero se niega a perderme de vista.

Trisha junto a Slade y Forest vienen todos los viernes, para que la doctora me revise y me monitoree. Los cachorros siguen creciendo rápido, sus corazones son estables, al igual que la formación de sus columnas y sus pulmones.

Hoy es la cuarta visita y observo mi panza abultada, que si tuviera un humano parecería una mujer embarazada de cinco meses, pero solo tengo tres. El ecógrafo se desliza por mi vientre dándome escalofríos y miro el monitor como dos manchitas oscuras se mueven.

—A los cinco meses por lo general se da a luz, algunas una semana después otras una semana antes, todo depende de la madre, pero como los tuyos son dos, lo más probable es que se adelante —comenta Trisha, sacando una captura de las ecografías.

Asiento y giro mi rostro hacia la puerta verificando que Slayer no esté cerca.

—Trisha ¿crees que les traspase la enfermedad a mis hijos? —cuestiono dudosa. —Se que en los humanos esta la probabilidad, pero al ser ellos nuevas especies no sé cómo actuara el cruce de genes, además de que por casos similares las humanas que han tenidos bebés, solo son varones, por lo que la probabilidad de que ellos se enfermen es más alta —susurro inquieta, porque no tengo idea como funciona un embarazo nueva especies y menos con mi enfermedad.

—No te mentiré, esto es nuevo al ser un embarazo múltiple y al estar enferma lo complica aún más, pero según los análisis que hemos realizado tu factor de coagulación esta casi en niveles normales y los cachorros son sanos y están creciendo bastante bien ¿Pero has tenido algún síntoma que consideres anormal?

—No, ninguno —niego —solo lo normal de estar embarazada como las náuseas y los antojos, pero todo lo demás bien, incluso no he tenido sangrados ni hematomas, ni nada que me haga sospechar de que algo va mal.

—Bien, eso es bueno, si sigues así llegaras al parto con muy buen pronóstico —me anima sonriendo. —No te alarmes, sé que el miedo a veces puede superar la realidad, pero en estos casos tu ánimo también influye, procura mantenerte tranquila porque estamos monitoreando rigurosamente el embarazo.

Asiento botando todo el aire de mis pulmones, a pesar de infundirme ánimo, la inquietud de mi pecho no desaparece.

Se que mi condición agrava todo y lo que menos quiero es que ellos sufran o tengan esta enfermedad por mi culpa, me angustia pensar que quizás le suceda algo a mis hijos o tenga alguna hemorragia o no sé, el perderlos para siempre es algo que me preocupa, porque quiero que vivan, aunque yo no sobreviva.