Capítulo XII

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"La luz es fácil de amar. Muéstrame tu oscuridad"

Capítulo XII

Narrador omnisciente

Slayer se movía de un lado a otro observando a su pequeña humana, porque aunque se negara ya la consideraba suya. 

Era todo lo que siempre detesto, frágil, pequeña y humana pero a la vez lo que tanto anhelo dulce, cariñosa y fuerte, porque si, ella era fuerte eso lo había comprobado al verla dormir en esa cama.

Él conocía con el fin que habían sido creado y a lo largo de su vida los humanos e incluso algunos de los suyos se lo habían enrostrado. Desde que tuvo memoria, todas las semanas sumaba más víctimas a causa de su descontrol. Matando por igual a técnicos, guardias, humanas e incluso de su misma raza.

Él sabía que no era bueno, pero la mujer que ahora velaba sus sueños le había demostraba lo contrario. Activaba ese chip que siempre estuvo silenciado. Él quería ser mejor, mejor para ella.

Pero al notar los múltiples moretones, rasguños y mordidas que tenían en todo su cuerpo, se cuestionaba que no era suficiente para Agatha y que nunca la podría cuidar como lo deseaba. 

Drogado o no, siempre le ocasionaba alguna herida. 

Gruño con la rabia ardiendo en su pecho, recordando la otra hembra.

Porque al final solo ellas dos eran las únicas que le habían demostrado que más que crueldad, insultos y humillaciones, también existía el amor, la esperanza y la paz que tanto necesitaba y que tanto le proporcionaban a su atormentada cabeza.

Había osado reclamarla, pero cuando despertó ya no estaba sintiéndose traicionado, y ahora con su pequeña castaña, le daba miedo que ocurriera igual, además del daño que le provocaba.

Tenía que alejarla o sino caería en un bucle donde no saldría jamás. Ya la había arrastrado pasando por este infierno, no pensaba volver a condenarla a una vida que no merecía. Porque ella se merecía el mundo entero, aunque no fuera consciente de eso.

Se acercó a su humana acariciando su cabello y oliendo su aroma que lo volvía un desesperado y obsesionado por su hembra. 

Besó su cuello, pero al percatarse de su hombro con sangre seca y sus brazos llenos de marcas violáceas, se alejó reafirmando su pensamiento.

Agatha despertó con el cuerpo molino, le dolía todo, pero a la vez se sentía tan plena y feliz que no quería arruinar el momento. Parpadeo un par de veces acostumbrándose a la luz de la celda y se movió con lentitud, pero aun así, de sus labios se escuchó un leve quejido, lo que hizo poner alerta a Slayer que estaba en la otra esquina, observándola.

Se mordió los labios tapando su desnudez con las sábanas blancas que ahora tenía varios manchones de sangre por sus heridas. 

A ella le dolían, pero no lo encontraba grave, porque el macho de ojos grises que la tenía con todas las hormonas alborotadas, aun drogado se había comportado de una forma excepcional.

Y ella sabía que eso se debía a que, en el fondo la reconocía de alguna manera, que lo ayudaba a controlarse.

Slayer la miraba con odio, pero no a ella, sino a él mismo. 

Se odiaba por ser tan animal, pero aun no entendía como su pequeña humana había sobrevivido a sus impulsos y a sus instintos. 

Nunca nadie sobrevivió con él. 

—Slayer todo está bien —musito Agatha con esa voz que lo elevaba, intentando calmarlo.

Pero nada estaba bien y nunca lo estaría si ella insistía en seguir a su lado. Se echó a reír con ironía y le dio la espalda, haciendo que la castaña volviera a decaer su ánimo. El olor que desprendía comenzaba a asfixiarlo. Porque si, su tristeza lo envolvía. El aroma dulce se iba reemplazando por un aroma amargo.

Slayer [Nuevas Especies] [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora