Slayer [Nuevas Especies] [✔]

Capítulo X

"Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida"

Pablo Neruda

Capítulo X

Slayer

Un dolor me punza toda la nuca, tengo muy poco olfato y aún estoy desorientado.

Intento abrir los ojos, pero la luz ficticia de color rojo del lugar me hace cerrarlos de nuevo, percibo las cadenas pesadas sobre mis muñecas y maldigo por caer en las manos de estos hijos de puta.

Estoy acostado en una cama blanda que me sorprende, pero aun así tenso la mandíbula recordando cómo me deje atrapar, fui una presa demasiado fácil, sin embargo la castaña de ojos marrones se atraviesa en mi mente y el miedo me golpea el pecho.

—¡Agatha! —vocifero enderezándome de inmediato, sin embargo mis ojos arden al nos acostumbrarme a la maldita luz.

—Slayer... estoy aquí —susurra débil y el alma me vuelve al cuerpo.

<<Mierda está conmigo>> <<Y ahora ¿Cómo la voy a sacar de aquí?>>

—¡Por la mierda Agatha, te dije que huyeras de ahí! —mi tono de voz es un rugido.

—Lo iba a hacer pero te dispararon y...

—¡Y nada, mira donde estas ahora! —la encaro, pero no por ella, sino por mí, por ponerla en esta jodida situación.

Siempre termino arrastrándola a mi infierno y odio hacerle daño, pero siento que es inevitable destruirla.

—Estoy contigo —musita acercándose a mí.

Y me quedo quieto escuchando como mi corazón se acelera por su dulce voz y por sus palabras que son aliento para mi agonía. Ella tiene un don para tranquilizarme y darme paz. Su presencia lo es todo.

¿A quién quiero engañar? Ella es mía desde el primer momento que cruzó el Homeland, pero no tengo derecho a reclamarla, porque ella se merece a alguien mucho mejor que yo, no a un macho inútil que no tiene nada para ofrecerle, además de que mis pensamientos no son solo de ella, sino también está la otra humana que reclame hace dos años atrás.

Y ahora la puedo detallar un poco mejor, que cuando se acerca al pie de la cama y sus dedos se hunde en mi cabello, la agarro de la cintura sentándola en mi regazo y la abrazo fuerte. Su débil aroma me indica que ha estado llorando y mucho <<Me la van a pagar por hacerle daño>>

Acaricio su rostro con ternura y se queja, fijándome que tiene un moretón en la mandíbula.

—Los voy a matar —gruño —¿Te hicieron algo más?

Ella niega y solo se aferra a mi playera escondiendo su rostro en mi cuello derramando más lágrimas silenciosas. La acuno en mis brazos calmándola y acariciando su larga cabellera marrón.

—Tranquila pequeña humana, nadie te hará daño, mientras yo esté aquí.

—¿Te duele la pierna? —cuestiona limpiándose las lágrimas. —Te curaron, pero aun así debes sentir dolor.

Había olvidado por completo el disparo. Niego.

—Me duele más verte aquí encerrada conmigo —digo sincero.

Ella sonríe y es como mi lucecita en la oscuridad, me rodea las costillas y me abraza enterrando sus dedos en mi espalda.

Me fijo que ambos nos cambiaron de vestimenta, a mí un pantalón y playera blanca holgada y a ella una bata blanca. Mentalmente maldigo porque en mi cinturón había otro rastreador. Si lo botaron cerca podríamos tener alguna alternativa, pero sino, estamos hundidos.