♡ ¡Idiota! ♡ || [•MarkHyuck•]

♡ 13 - Especial Navidad ♡

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Merry Christmas!

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Donghyuck se encontraba en la casa de Mark intentando calmarlo.

El canadiense estaba caminando en círculos por sus nervios.

—Makku, deja de estar tan nervioso, solo son mis padres...

—Ya sé, ¿pero y si les caigo mal? ¿Y si digo algo que los moleste? —Mark hablaba muy rápido producto de sus notables nervios.

—Eres un imbécil, los conoces hace años, ¿no recuerdas cuando te quedabas en mi casa y dormías en mi cama conmigo? Makku mi madre te ama, mi padre no sé, pero probablemente también te ame.

—Eso me pone más nervioso.

—¡Ya basta! —se levantó de la cama en la que estaba sentado, se acercó a Mark y tomó sus manos para detenerlo a la par que veía su rostro.— Deja tus nervios de mierda en otro lado, ya te dije que les caes bien, nada malo pasará.

—Ya sé... —bajó su cabecita e infló sus mejillas.

—Bien, entonces deja tus nervios de lado Makku, mis padres te aman. Ahora arreglate y espera a la tarde para venir a mi casa con tus padres y Taemin. —habló lo más suave posible.

—¿Sigues sin querer comer una banana con leche?

—¿Sigues con esa mierda?

—No aceptaste nunca.

—Relaja la pichula, no es momento ahora, solo arreglate y no hagas ni digas puercadas.

—Ok Hyuckie. —dijo riéndose.

Sería una Navidad icónica.

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Donghyuck estaba arreglando su cabello, se lo había pintado de violeta usando la tinta que su prima había olvidado en su casa.

Pobre ridícula.

A ella si le quedaban mal las greñas en violeta, según Donghyuck.

Solo se pintó un poco las puntas pero admitía que le quedó increíble.

Al menos salió mejor que aquella vez que intentó hacer su pelo multicolor y el resultado fue algo similar a que le hubiera cagado un unicornio con diarrea en la cabeza, según Donghyuck de vuelta.

Acabó de secar su cabello y estaba ya listo.

Salió de su habitación y se dirigió a la cocina.

Quería ayudar a su madre, quien estaba cocinando algo.

—Hola mamá, ¿necesitas ayuda? —su madre lo observó.

—No sabes ni fritar un huevo, Donghyuck.

—Sé cortar cebollas y morrones, y también hervir agua. —sonrió como si fuera el logro del siglo.

—Mejor quédate esperando a que lleguen las visitas.