La casa estaba completamente en silencio a estas horas de la noche. Mariana estaba en la fiesta con el tal Vadhir.
Billie estaba dormida, o despierta o visitando a manuela, yo que sé.
Esta noche iba ser épica y no iba permitir que se arrepintiera de nuevo.
Me bañé y me puse ropa interior de encaje roja, sobre esta mi pijama favorita para despistar.
Toque la puerta de la habitación de O'Connell, escuche su voz ronca diciendo pase y obviamente entre.
Billie estaba en su computadora haciendo quien sabe qué.
—¿Que se te ofrece? —pregunto.
No respondí, me acerqué hasta ella y cerré la laptop. Ella me miro fulminante.
—No vas a necesitarla. —sonreí perversamente.
Y de estar molesta Billie paso a estar nerviosa.
—_______, ya te dije... —pero era más bien un "_______ hagámoslo aquí y ahora"
Me subí sobre sus piernas, ella estaba sentada y yo quedé sentada también sobre ella, frente a frente.
Billie trago saliva.
—Sé que usted también quiere esto. —Merodeé sus labios, pero no los besé, solo respiraba heroicamente sobre ellos. —acá y ahora. — dije en su oído y succionando el lóbulo de su oreja de esta haciéndola soltar un gemido.
Luego repartí pequeños besos desde su oreja hasta su pecho, cuando llegué ahí, comencé a subir su camisa hasta que noté su ropa interior de color negro.
Volví a su cuello esta vez lo mordí mientras mis manos alejaban su sostén, y sus pechos se hacían presente, me llevé uno a la boca y comencé con mordidas y succión, noté como Billie con sus manos apretaba mi trasero.
La acaricie, besé y lamí hasta que me canse, luego me acerqué a sus labios y la besé con desespero, necesitaba tenerla sentirla dentro de mí, ahí, ahora.
Sentí sus manos en el borde de mi blusa y por inercia levanté los brazos permitiendo que ella la sacara.
—Mi favorita es la negra. —miro mi ropa interior divertida. —Pero desde ahora también lo es la roja.
Se levantó de la silla conmigo cargándome, mis piernas estaban alrededor de su cintura mientras ella me las detenía con ambas manos, me arrojo a la cama sin cuidado alguno y eso me excito aún más.
—No se eche para atrás. —rogué.
—Créeme, no lo haré. —sonrió.
Me quito el short del pijama, luego ella se sacó las vans y el short que llevaba puesto.
Se subió sobre mí, aunque no dejo caer su peso, a los costados se sostenía con sus codos.
No me di cuenta cuando logro desabrocharme el sostén y me lo saco rápidamente, miro mis senos y sin vacilar mucho empezó a besarlos y mordisquearlos sin piedad.
No me media en la fuerza de mis gemidos, la casa era enorme y estábamos solas.
Fue bajando sus besos hasta el borde de mis bragas, las bajo lentamente hasta que estas llegaron a mis pies y con pequeñas pataditas las deje caer.
Su mirada era oscura, de mujer excitada.
No se cómo ni cuándo le saqué las bragas, el punto es que lo hice. Empecé a besar sus senos y sin pensarlo mucho mordisqueé uno de ellos y ella soltó un gemido en mi oído.
Billie me tomo de la cintura y me puso de pie de nuevo, ahora estábamos desnudas, frente a frente.
—Quiero hacerte mía _______. —susurro contra mis labios.
Me recostó en la cama y empezó a dejar besos por toda mi pelvis hasta llegar a mi centro, y por sorpresa Billie sonrió al momento en que introdujo dos dedos en mi sexo. Empezó a hacer movimientos de arriba hacia abajo con su mano, poco a poco la llegada del orgasmo la sentía más cerca, primero ella se corrió, pero no pasaron ni dos segundos cuando yo también lo hice.
Pero quería más, mucho más.
Billie se tumbó a mi lado y ambas nos tapamos con las sabanas negras de seda de su habitación.
—¿Sabes? Aún recuerdo el día que supe que ibas a nacer. —inicio. —Ese día Laura falto al colegio y Hector como siempre de exagerado hizo un drama, sumado a que Laura nunca faltaba y cuando lo hacía le avisaba, estaba hecho una maraña. Después de la escuela me pidió que lo acompañara a la casa de tu mama, según por qué si le había pasado algo malo quería tenerme a su lado, me pareció absurdo, pero como buena amiga de tu madre y de tu padre lo acompañe. Nos recibió tu abuela llorando, eso aumento los nervios de Hector. Cuando subimos a la habitación de Laura ella estaba acostada en la cama llorando, Hector le pregunto qué le pasaba, ella señalo algo en la mesita de noche. Hector no reacciono por lo que Laura me pidió que fuera a ver yo. Era una prueba de embarazo y daba positivo. Cuando se la mostré a Hector este se fue de espaldas, aumento el llanto de tu mama. —sonrió. —La tranquilice hasta que Hector reacciono. Luego el la abrazo y Laura puso la cara más chistosa que he visto. Lo demás es historia. Desde el día que me entere que sería tía sabía que a ese niño o niña lo adoraría. Y jure a mí misma protegerte de cualquier estúpido o estúpida que te pusiera una mano encima. Vivieron en California hasta que tu cumpliste 4 años. Para mi eras la niña más hermosa del mundo, como mi segunda hija. Cuando Hector me dijo que se irían a Miami el mundo se me vino encima. Mis amigos eran mi todo, pero sobre todo tu, mi princesa, la niña de mis ojos, la única mujer en mi corazón. —maldita O'Connell me quería hacer llorar. —Creciste. Ahora eres una mujer. ¿Y qué irónica es la vida no? Jure protegerte de quien quisiera ponerte una mano encima ¿Y sabes que es lo peor?
—¿Que? -pregunte aun atontada por sus palabras.
—Que tengo que protegerte de mí misma. —¿qué? -Puse mi mejor cara de desconcierto.
—Te deseo, me gustas mucho, te conozco ¿hace que? Poco tiempo. Pero te deseo como una loca, ardo cuando mencionas a tu novia Jessica, quisiera ser yo quien te haga el amor, quien te saque esas sonrisas. Pero me parece enfermo desear a la hija de mi mejor amiga, yo podría ser tu madre, aun así, lo único que deseo es hacerte mía, aunque tenga todo en contra. Te quiero, pero no como la hija de mi mejor amiga, si no como mujer.
No sabía que decir o pensar en aquel momento. No era secreto que desde que vi a Billie O'Connell aparada en la ventana de mi casa la deseé infinitamente. Pero ella me hablaba de amor.
Y yo no le podía dar eso, no podía ser una chica que le dijera a cada rato cuando la amaba ni esas tonterías, simplemente no encajaba conmigo.
Pero a pesar de ello sus palabras habían causado algo en mí, algo que nunca había sentido.
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La Mejor Amiga De Mamá (Billie Eilish y Tu)
FanfictionDiferencia de edad la diferencia de edad no es tan importante, es decir ¿qué tanto pueden importar 2 o 3 años? Pero es un obstáculo cuando tal diferencia es de 16 años yo era una chica que solía ignorar las tolerancias del amor, hasta que me enamor...