Final

3.2K 273 83
                                    

-¿La reconocen? -cuestionó el detective.

Ambas asentimos sin dudar.

-Es Belinda, mi ex esposa, es muy fácil reconocerla.

-Muy bien, sabiendo quien la tiene es más fácil encontrar al niño, ahora también alertaremos a la comunidad con el rostro de Belinda.

Los días pasaron y mi hijo aún no daba señales, tampoco la loca de Belinda. Por todo el lugar había pegadas fotos de Billy y Belinda ¿Yo? Yo vivía pegada al teléfono esperando que alguien llamara y me dijera que los habían visto.

-Mi amor, tienes que comer, salir, tomar aire. -dijo Billie. -tienes días encerrada aquí.

-Quiero a mi hijo Billie, es lo único.

Mi familia y también nuestros amigos más cercanos, Natalia y José.

Todos habían salido a buscar a Billy desde el primer momento que llegaron y todos fracasaron, los primeros días prácticamente vivía en la calle, preguntándole a toda persona si no los había visto, rogándoles que si lo hacían llamaran, que era una madre desesperada por encontrar a su hijo.


Cinco días después, estábamos como al principio, sin rastros de él.

El teléfono sonó, respondí de inmediato.

-¿Hola?

-Valla, valla, _______, sí que estás desesperada. -su voz era inconfundible.

-Dame a mi hijo, te lo suplico.

-¿Lo quieres? -soltó una risita.

-Por favor Belinda, deja de causarnos daño.

-Está bien, te lo daré.

-¿Es enserio?

-Si.

-¿Qué quieres a cambio?

-Escucha, vas a venir a los acantilados, solo pregunta por ellos y ya, no es muy difícil saber, solo tú y Billie, nadie más. Porque si viene alguien más con ustedes, voy a matar a tu hijo.

-¿Cuándo y dónde?

-¿Ya mismo? -rio. -Te espero querida. -cortó la llamada.

-¡Billie! -grité desesperada.

Ella llegó corriendo.

-¿Qué pasa?

-Belinda llamó, quiere que vayamos a los acantilados, o matará a nuestro hijo.

-¿Dónde coño queda eso?

Llamamos al detective, le rogamos que no mandará policías ya que eso había ordenado Belinda, nos dijo como llegar a dicho lugar y aunque era algo arriesgado, era la única forma de mantener con vida a Billy.

Los acantilados, como su nombre lo decían, eran dos acantilados separados por un río rocoso que corría furiosamente, caer de ahí era saber que morirías. Eran demasiado altos como para sobrevivir a una caída así.


El lugar estaba solo ¿Nos había engañado?

-Hola tortolitas. -apareció frente a nosotros con Billy en brazos.

-Mamis. -estiró sus manitas.

Intente acercarme, pero Belinda me detuvo.

-Un paso más y lo mato.

-¿Qué quieres Belinda? -escupió Billie con frialdad.

-Yo tenía una vida perfecta, una hermosa casa y a una maravillosa esposa. -pausó. -Y luego todo se fue a la basura.

-Belinda yo no tengo la culpa de nada...

-No, tú especialmente tienes la culpa, tú me robaste a mi esposa.

-Ya la habías perdido antes de que me conociera

-¡Me robaste a mi esposa y ahora yo te robaré a tu hijo! -gritó.

-Belinda por favor. -supliqué.

-Belinda nada...

Fue caminando de poco hacía atrás, sabía lo que planeaba, quería aventarse, aventarse con mi hijo en brazos.

Corrí hasta ellos cuando sus pies tocaban el borde.

-Si intentas tocarnos, salto.

-Te lo ruego, ten piedad. -solloce.

-Piedad, piedad como la tuvo la desgraciada de Billie cuando me dejó.

-Te lo ruego. -murmuré. -Por favor.

Él bebe lloraba, lo único que quería era recibir sus bracitos que se estiraban hacía mí.

-Hasta nunca. -me dio una sonrisa macabra y saltó.

Reaccioné rápido y halé a Billy de la camisa roja que llevaba puesta.

Belinda se golpeó con varías rocas grandes del acantilado y cuando cayó al agua, esta se tiñó de rojo por toda la sangre que había soltado al golpearse.

Su cuerpo flotó en el agua, más que obvio que estaba muerta.

Abracé a Billy con todas mis fuerzas. Billie nos rodeó a ambas con sus brazos y los tres miramos a abajo.

Y aunque no había durado mucho al fin había terminado.

Ya no había nadie que pudiera interponerse en nuestra felicidad, y aunque Belinda era un ser humano, no me dolía mucho su muerte.

Los llantos de Billy cesaron, la policía llegó y el equipo de rescate sacó del agua el cuerpo de Belinda, efectivamente había muerto, incluso antes de tocar el agua.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

2 MESES DESPUÉS

Después de tanto drama finalmente todo estaba bien con nuestras vidas.

Luego del incidente de Belinda habían pasado dos meses que se habían ido como agua.

Todo en nuestra vida estaba bien, era muy rápido, porque él bebe tenía ocho meses, pero ahora, esperaba en espera de otro pequeño o pequeña O'Connell.

Y no sólo era nuestra vida la que marchaba bien, si no la de todos.


Natalia y José estaban en espera, de una niña, mi amiga ya tenía cuatro meses. Me alegraba por ellos, pues eran personas intachables que se merecían la vida feliz que tenían.

La novia de Jessica, Sabrina, finalmente le había hablado a sus padres de ella. Y aunque al principio habían hecho un escándalo terminaron por aceptar la relación, después de todo ellas tenían veinte años de diferencia entre sí. Ella era una persona preciosa. La había conocido ya, bajita, blanco con el cabello negra corto y ojos grises, además era graciosa, educada tierna y muy atenta, Jessica se había sacado el premio gordo con la chica.

Mariana nos dio la sorpresa de que iba a casarse con su novio Sergio, ya tenían más de 3 años de relación. El me caía de maravilla, era muy lindo también y aún sobre todas las cosas amaba a mi hermana.

De nuevo Dani y yo habíamos hablado. Me contó que Sara la había lastimado mucho pero que finalmente lo supero. Sinceramente me alegraba por ella.


Ahora estaba soltera y decía que para ella era mejor así, sin ataduras ni nada, pensaba que el amor iba llegar más adelante.

Aleja e Isabella, me entere que salían y ahora son novias desde hace más de dos años, me alegraba mucho por ellas, estoy segura que se amaban.

Vestí a Billy con una camisa de color blanca, con unos pantalones que Billie le compro negros ajustados y unas vans de bebe blancas que a ambas nos encantó. Su cabello rubio como al de Billie, sus facciones sí que eran mismas que las mías, su color de piel pálida y su hoyuelo coqueto como Billie.

Yo me vestí con un buzo y un pantalón blanco, mi cabello lo recogí en una cola alta, me maquille naturalmente y listo.

Billie llegó a mi lado, con una sudadera negra y unos shorts a juego, su cabello negro con raíces verdes perfectamente desordenado, un maquillaje natural.

-¿Estas segura? -pregunto Billie.

Yo solamente asentí.

-Mamis ¿None vamos? -pregunto Billy.

Tenía ocho meses, pero era muy listo, demasiado diría yo.

-Con tu abuelita Maggie. - Billie toco la punta de su nariz.

-¿Maggie? -se señaló a sí mismo.

-Tu abuela se llama Maggie. -acarició su cabecita.

Me colgué la maleta de Billy por un lado y tomé mi bolso.

Salimos del hotel donde nos estábamos hospedando en California, nos subimos al auto que Billie había rentado y esta condujo a la casa de sus padres. Entro a un vecindario que se veía muy pintoresco, familiar. Las casas eran grandes y elegantes, pero a kilómetros se notaba que cada una estaba habitada por familias. Estacionó frente a una casa grande, pintada de blanco, con un jardín delantero verde cubierto de flores y arbustos. Bajo del auto y lo rodeo para abrirme la puerta, tomo a Billy entre sus brazos mientras yo salía del auto.

Con su brazo rodeo mi cintura y con el otro cargaba a Billy. Caminamos hasta la puerta y Billie llamo. Unos pasos ligeros se escucharon acercarse. Un hombre abrió la puerta.

-Papa. -murmuró Billie mirándolo a los ojos.


El Hombre la miro a ella y luego a mí.

-¡MAGGIE VEN A LA PUERTA!

- Que pasa Patrick, porque grit...-una mujer apareció al lado del padre de Billie y se quedó callada al mirar a Billie parada en la puerta conmigo y el pequeño Billy.

-¿Bill?

-Padres, ella es mi esposa _______ y él es mi hijo Billy.

La mujer soltó lágrimas de repente, mientras el esposo le daba un abrazo y cuando estaba por pensar que yo le había caído mal una sonrisa se pintó en sus labios.

-Bienvenida a la familia. -dijeron ambos y me sonrieron.

Hace unos años conocí a una mujer en la sala de mi casa. Ella se presentó como Billie O'Connell, la mejor amiga de mi mamá 15 años mayor que yo.

Su sonrisa y sus ojos azules me dejaron helada y su toque me estremeció, y aunque en ese momento no lo supe, la ame desde la primera vez. Sin embargo, yo creí que ella era imposible para mí. Y me equivoque, pero me equivoque para bien. Nuestros primeros besos, las primeras miradas, las primeras sonrisas. Eran cosas que yo creí que nunca iban a pasar de ser clandestinas.

Ahora al fin comprendí y caí en cuenta que verdaderamente tenía mucha suerte. Suerte de ser una chica que no creía en el amor y que cuando al fin cayo por alguien, fue correspondida. Años después, enfrentándonos contra el mundo entero finalmente nuestra felicidad esta consumada.

Huimos juntas cuando nos querían separar y me doy cuenta que si entonces me hubiese rendido cuando me dijeron que no, ahora no fuera tan feliz. Yo era una chica que no creía en el amor, quien iba decir que me terminaría enamorada de La Mejor Amiga de Mamá.

FIN

La Mejor Amiga De Mamá (Billie Eilish y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora