CAOS -Katsudeku-Omegaverse-

Verdades

No pude pensar en nada cuando vi que la puerta se abrió.

—¡¿K-kacchan?! — Traté de no botar el pudín y colocarlo sobre la bandeja, mi cuerpo entero temblaba ¿había sido él?

—Deku... ¿Puedo sentarme allí? — Señaló la silla al lado de mi camilla, asentí con la cabeza, no podía pensar con claridad, toda la habitación se llenó con sus feromonas con aroma a canela, había extrañado tanto ese aroma, sentí mis mejillas húmedas, y fue allí que noté que lloraba, lo último que deseaba, lo único que necesitaba para marcharme de este mundo estaba justo a mi lado.

—K-kacchan... ¿tú m-me trajiste aquí?

—Sí, te desmayaste en mis brazos.

—L-lo siento, trataré de p-pagarte... p-puedo vender mi cama, sé que lograré darte una parte pront

—¡No tienes que pagarme! — Su voz fuerte y ronca me hizo detener mi balbuceo, te veo mover tus dedos nerviosamente sobre tus rodillas, luego volteas a verme.

—¿Por qué te fuiste Deku? Sé que mi carácter es muy fuerte, joder, pero ¿Por qué te largaste así? — Tu mirada me hizo estremecer, parecías molesto, y yo no entendía nada.

—¿Tú n-no mandaste a M-mitsuki-San a q-que me sacara de casa? — pregunté temblando, estaba muy confundido, el medidor de frecuencia cardiaca hacia un sonido irritante, mis sentidos comenzaban a fallarme.

—Joder ¡no! ¿Cómo echaría a mi esposo de nuestro hogar? ¡Maldición Deku! Creí que me habías abandonado... ¡Esa maldita bruja dijo que te vio marcharte!

—Y-yo no quería irme... Kacchan l-la marca desapareció... me abandonaste, y-yo he vivido solo todos estos meses... quise morir, pero me aferré a esta vida como pude...

—La marca desapareció dos meses después... mi vieja dijo que era porque otro alfa te había marcado ¿Deku eso es verdad?

—No, solo desapareció, mira, me dejó esta cicatriz— Le mostré mi cuello temblando, todo parecía una broma, una horrible broma que me había hecho vivir los peores 6 meses de mi vida.

—¡Joder! Esa maldita bruja nos separó, tu marca no desapareció Izuku, solo fue cubierta a modo de protección, la cicatriz la cubrió para que no desapareciera, solo dejé de sentirte a través del lazo por la separación, tú también Deku.

—Y-yo ¡Kacchan, he hecho cosas horribles! Creí que nunca volverías a mí, que me habías desechado, que ya no había nada para mí, traté de olvidarte de la peor manera... ya no valgo nada Kacchan— Tus brazos me rodearon con fuerza, lloré como un niño en ellos, en su calidez, todos los pedazos de mi corazón rotos dolían en mi pecho al juntarse en ese gesto que deseé solo de ti.

—Lo siento Deku, mi madre jugó con los dos, quería que me uniera a la hija de los Todoroki, una unión alfa-alfa para enlazar ambas empresas, lo siento tanto, no pude protegerte, lo siento— Su voz parecía quebrada, su calor me envolvió, haciéndome sentir bien por primera vez desde que tuve que alejarme de él.

—Me asusté tanto al verte tan mal Deku, estas en los huesos, por favor dime qué pasó, en donde has estado todo este tiempo, he tratado de encontrarte, pero nada daba resultado.

—Y-yo... estoy trabajando en la fábrica de los Todoroki, vivo en un cuarto del viejo complejo habitacional del centro... lo siento Kacchan, yo me hundí, dejé que me usaran como un objeto, bebía cada noche y dejaba que los alfas me llevaran para usarme, solo para tratar de no pensar en ti, ya no valgo nada Kacchan... quizás sea mejor que aceptes esa unión... yo ya no puedo verte a la cara, doy asco...

—¡¿Por eso estabas llenos de hematomas?! Maldita sea Deku, mientras yo te buscaba tú solo buscabas con quien acostarte ¡¿Es así?! — Tu rostro estaba rojo de ira, que tú lo dijeras era lo único que necesitaba para rendirme.

—Sí. Esa fue la forma en que traté de olvidarte, lo siento— Te levantaste, mi corazón de nuevo se partía en miles de pedazos, pero ya no dolía, sabía que pasaría, no de esta manera, pero sabía que tú ya no estarías con alguien como yo, no después de hundirme así, lo merezco.

Golpeaste la pared varias veces con furia, el sonido hizo que las enfermeras abrieran la puerta asustadas, tus feromonas olían a enojo, tanto que me costaba respirar, no pude decir nada más, te vi salir hecho una furia, Ochako corrió a ver mi estado. Esa noche ya no pude terminar mi pudín.

Tú no volviste al día siguiente, ni al otro, simplemente no volviste en la semana que estuve hospitalizado. La amable enfermera siguió cuidando de mí, siguió llevándome el pudín de chocolate, pero yo dejé de comerlo, no merecía algo tan rico, así como tampoco podía seguir ilusionándome con tu regreso, no lo merecía, pero extrañamente me sentía en paz, pude verte una última vez, escuché tu voz y sentí el delicioso aroma a canela de tus feromonas.

Ya todo estaba en orden, por fin el caos dentro de mi se calmó, había cumplido el último deseo que tenía, escuché lo último que necesitaba para rendirme.

Ya no tendría que tratar de sobrevivir una noche más. Ya no buscaría a alguien que me hiciere olvidar.

Al fin, todo había terminado.

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