Capítulo cuatro

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Primavera

India - Mumbai.


— Hola abuela.— Hable por la línea telefónica tratando de parecer o no escucharme asustada como realmente lo estaba. Me estaba preparando para irme a su casa, ya tenía todo empacado, ahora solo faltaba avisarle.

— Cariño, ¿cómo estás?.— La universidad había callado el evento extraño, aunque a la gente de la ciudad le había llegado la información y habían sido obligadas a callar por la policía.—¿Estás bien? Te escucho desanimada.

— Pues, sucedió algo en la universidad y han suspendido las clases, ya nos han dado de vacaciones.— Hable con lentitud tratando de no sonar aterrada ni llorar a mitad de información.— Sucedió algo malo y por eso ya salgo en unas horas a casa.

— ¿Tienes cómo venirte acá?.— La verdad es que no, pero Amal se ofreció a llevarme en el auto de su padre.— Olvídalo, le diré al vecino.

— ¿Vecino? ¿Cuál vecino?.— Que yo recuerde la abuela no se llevaba con los vecinos. Los odiaba a todos.

— El vecino Benjamín. Es nuevo, llego hace dos semanas.— Procese esa información y asentí, luego me sentí estúpida. Ella no podía verme.— Tiene una camioneta en la cual podrás meter tus cosas, ya le digo y ya sabe quien eres, le hable de ti.

No es raro. La abuela ama enseñar mis fotos de niña.

Las fotos en las que salgo haciendo el ridículo o desnuda.

Mi mente era un completo caos en estos momentos. Había tratado de mantenerme cuerda o tranquila en estos últimos dos días, los sucesos no habían vuelto a suceder, deduje que había sido por la policía custodiando. El papel había sido entregado a uno de los policías y dijeron que lo agregarían al caso, entregue algunos trabajos que había tenido pendiente y luego ya me dijeron que por ahora tomara mis vacaciones desde ya. Agradecí por primera vez la consideración de los profesores. Me tomé el tiempo para rectificar las cosas y de que no olvidara absolutamente nada de nada en este lugar, no quería volver por ahora y probablemente para el nuevo año no me quede en las instalaciones, prefiero hacer un viaje de hora y media de la casa de la abuela, hacia acá.

Tomé mi agenda, diario y el libro que había estado leyendo y los guarde en mi mochila, junto a la botella de agua, los snacks con forma de arbolitos, mis audífonos, lapices, mi cartera con dinero, celular, lentes de lectura, las llaves, antibacterial, humectante, gloss y gas pimienta. Todas esas cosas eran porque me gustaba entretenerme durante los viajes. El diario era para anotar lo que hacía en el transcurso del día, la agenda era para anotar fechas importantes y borrar otras cosas y el libro para entretenerme leyendo. Algunas veces también me ponía a escribir letras de canciones o simplemente dormía en el viaje.

Comencé a sacar las cosas y bajarlas de poco a poco, un chico llamado Anand, me ayudo a bajarlas. Era un chico alto y  esbelto, con cabello negro y ojos cafés. Al tener mis cajas y maletas abajo en el patio de la universidad, me senté al lado de estas en una banqueta esperando a ese tal Benjamín. 

— Buenos días.— Alce la vista de mi celular y miré al hombre que estaba frente a mí.— ¿Ya se va?

— Sí.— Conteste y volví a bajar la vista hacia mi celular. Era el mismo hombre de las áreas verdes, ahora se encontraba vestido con otra de sus camisas mangas largas, esta era blanca con rosas en la parte de la manga izquierda y parte izquierda. Era un poco fea. También llevaba un pantalón de mezclilla y unos tenis sencillos color blanco, su cabello estaba peinado hacia el lado izquierdo y el olor a su perfume emanaba con intensidad en el ambiente.

Primavera: Una realidad perversa y oscura [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora