Capítulo cinco

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ADVERTENCIA: Capítulo que narra algunas cosas muy gráficas. 

Primavera


Dos días

Dos días desde que ese sueño me atormentaba 

Y no solo era eso

Era todo lo que comenzaba a pasar alrededor

El primer día en que dormí en la casa de la abuela.

— ¡Primavera, baja rápido!.— Mi abuela exclamo desde la sala. Me levante y corrí para ver que era lo que estaba sucediendo. Se encontraba sentada con una taza de te en la mesita y frente a la televisión.— Escucha.

Me senté a su lado y preste atención al noticiero

<<Han aparecido dos hombres apuñalados en una esquina solitaria de autobús. Aun no tenemos a que causas fueron, pero ambos hombres han perdido la vida debido al propofol aplicado en exceso, les estaremos comunicando. Buenas noches, pueblo de Bombay>>

— Han matado a dos hombres.— Mi abuela negó.— Esto tiene que ser en realidad una pesadilla, debemos empezar a ahorrar.

— ¿Ahorrar?

— Nos iremos de aquí.— Mi abuela tomo su tasa y se levanto.— No permitiré que te hagan daño, eres mi prioridad. No voy a permitir que alguien te dañe o que me arrebaten a lo único en mi vida que amo y lo único que me queda. Ve a dormir.

Asentí y me levante del sofá. No estaba en desacuerdo con esa propuesta, en realidad estaría complacida de irme de ese pueblo si era necesario. No había duda de que esto que estaba pasando era grave, porque al segundo día, hubo otro suceso.

<< Cinco mujeres y dos niñas han aparecido gravemente mutiladas, apuñaladas y sin partes del cuerpo. Los cuerpos se encontraron a las afueras del bosque, por ahora se les recomienda no salir de sus casas por el bien de sus familias, las policías estarán custodiando el lugar.>>

Amal me había enviado un mensaje junto a Amaris. Habíamos creado un grupo donde hablábamos. Anand, un amigo de Amal paso una fotografía de el registro y caso de las mujeres que habían muerto, su tío trabajaba en el lugar y el se escabullo. Las mujeres habían sido apuñaladas en diferentes áreas de su cuerpo, las niñas les habían fundido los ojos y a las mujeres se los habían sacado, las mujeres también habían sido victimas de tortura, sus pezones fueron quemados y arrancados y sus úteros fueron extirpados. Los cuerpos de las niñas y mujeres aparecieron en el bosque, a la salida de este. 

Iban a acampar y aparecieron sus cuerpos amarrados y rígidos en troncos y asfixiadas guindando de arboles con cuerpos desnudos. 

De solo pensar en aquello se me revolvía el estomago. Baje a desayunar luego de haberme preparado para encontrarme con los mellizos y Amaris, mi abuela se había negado, pero Anusha la llamo y su madre hablo con mi abuela. Al bajar me encontré a mi abuela sentada en el sofá con una de sus amigas. La señora Carmen era una viejita de sesenta años, obsesionada al bingo, su cabello grisaseo con mechas rubias que yo misma había pintado una vez lucían sus hermosos ojos café claro. Vestía siempre batolas y vestidos.

— Buenos días.— Hable y mi abuela señalo la televisión.— ¿Ha pasado otra cosa?

— Diez personas muertas. Cinco en el hospital por anestesias, todos los pacientes a los que se les aplico la anestesia estaban en estado critico y las otras diez eran una familia. La esposa había desaparecido ya hace unas semanas y fue encontrada a las afueras de la ciudad muerta, estaba colgada de la comisaria abandonada, desnuda y colgada de los tobillos decapitado. Su esposo e hijos fueron abiertos en canal y sin viseras. El cráneo que apareció en la universidad era el de la mujer, solo que su cuerpo fue encontrado hoy, al parecer fue la misma persona.— Mis estomago se revolvió al escuchar eso.— Los pezones de la mujer y niña que estaba entrando a la fase adolescentes se usaron para hacer un cinturón.

Primavera: Una realidad perversa y oscura [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora