Capítulo doce [Parte I]

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Zara Ngo

Mi cuerpo se sentía desde mis pies hasta mi cabeza y la última hebra de cabello totalmente adoloridos, mis extremidades se sentían pesadas, el dolor en estos momentos era un poco intolerable. Había algo encima de mi, supuse era una manta, era suave, pero también escuchaba voces.

¿Me volví más loca?

¿Dónde estoy ahora?

¿Qué paso?

"Espero y mueran, pequeñas escorias."

¡Mis hermanas!

¡Debo salvarlas!

Abrí mis ojos de golpe a una rapidez impresionante y me levante del asiento logrando que un grito saliera de mis labios debido al insoportable dolor que cargaba en mi cuerpo. Mire a sus alrededores y estaba en una cabina de un avión, eso me hizo fruncir el ceño.

¿Dónde estoy?

— Despertaste.— La voz de Liam me hizo mirar al frente y este se encontraba vestido con una de sus camisas de cuadros y su cabello castaño peinado hacia atrás.— Dormiste más de lo que esperábamos, las chicas comenzaron a preocuparse, creyeron que habías sido sedada al punto de no despertar.

— ¿Dónde están ellas?

— Ellas están bien.— Asintió dando un suspiro. Se veía cansado y preocupado.— Despertaron hace algunas horas.

— ¿Qué paso? ¿Qué nos paso?

— Recibiste más sedantes, en eso no me equivoco. Casi convulsionas en el helicóptero, Aitne fue de gran ayuda.— Saco de su bolsillo un frasco de medicamentos que ya conocía bien y me miro con seriedad.— No las tomes. Es malo y lo sabes. Casi mueres por tus defensas bajas, necesitas alimentarte de buena manera.

— Bien pero, ¿qué paso? Aún no me has dicho.

— Nos enfrentamos a la organización del rey luz y los chicos y yo las sacamos del lugar, nada complicado.— Me frustraba la idea de haber fracasado en mi misión. Me hacia sentir inútil.— Vamos a Vietnam.

De nuevo a ese maldito lugar.

Maravilloso.

— Silvestre y los demás están en buenas condiciones, están siendo atendidos por los servicios médicos ya, pero no es nada grave, no se han perdido vidas en esta ocasión.

- ¿Y los demás?

— Aquí.— La voz femenina y eufórica de Pandora llego a mis odios y me gire para verla. Venia entrando junto a Alex con una bandeja de comida, Alex traía vasos y una jarra de jugos.— ¡Al fin despiertas! Estaba esperando a que lo hicieras, me tenias preocupada.

— ¿Dónde esta...

— ¡Eres un bobo!.— La dulce y alegre voz resonó a mis espaldas y me decidí a girarme por mas que sabia con que tipo de escenas me encontraría. Ambos salían del cuarto de baño del avión, ella lo miraba con una sonrisa la cual mostraba toda esa perfecta dentadura, él le daba una sonrisa de boca cerrada. Esa sonrisa nunca me la dio a mi.

Respire hondo y trate de controlar la rabia que se acumulaba en mi cuerpo, al igual que las ganas de llorar. Últimamente me estaba sintiendo más sensible y lo odiaba.

No la mates, recuerda que es tu hermana y la amas.

No la mates.

No la mates. Respira profundo y piensa en otra cosa.

Déjala que sea feliz, no ha logrado nada en su inútil vida, solo déjala de lado. Tanto a ella como a él. 

— Bien, es hora de comer.— Un beso en mis mejillas y frente me saco de aquel trance de pensamientos. Pandora estaba frente a mi con un plato de espaguettis, puerco y un pedazo de pastel de chocolate.— Necesitas comer para tomar fuerzas. El golpe que recibiste no fue fuerte, pero tus bajas defensas me dan a entender que tu no te has alimentado bien en estos últimos meses. 

Primavera: Una realidad perversa y oscura [Libro #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora