Capítulo 14

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Ingreso a la pequeña habitación sin siquiera abrir los ojos, no estoy preparado, no quiero mostrarme débil frente a él ,ni siquiera lo sucedido segundos atrás logra hacerme enfadar o siquiera distraerme. Asiento la frente en la puerta mientras la cierro, por todos los medios quiero tranquilizarme pero no hay una respuesta positiva de mi propio cuerpo, involuntariamente comienzo a temblar y de a poco el frío comienza a hacerse presente, no quiero que QingHua me vea de esta forma o que su cuerpo se enfríe.

-¿El clima afuera cambió?

La suave voz a mi espalda hace que pierda toda la cordura y caiga de rodillas. Él es quien se queja por el golpe, como si lo habría sentido él mismo.

-Oh por... ¿Te encuentras bien? No puedo moverme, grita por ayuda por favor.-

Rápidamente doy aquellos pocos pasos que nos separan buscando su malestar antes de llamar a alguien, solo para encontrarme con el rostro irreconocible de mi amado, inconscientemente doy un paso atrás y QingHua suelta un grito ahogado antes de dar vuelta el rostro en dirección opuesta. Aún temblando sostengo su mano totalmente vendada antes de arrodillarme a su lado.  

-Disculpa si te asuste ¿Dónde te duele? Déjame ayudarte.-

Hago todo lo posible para que mi voz suene suave, sin soltar su mano retiró la capa de mis hombros y la acomodo como puedo sobre él. 

-No sabría decirte, no siento la gran parte del cuerpo.-

No tengo la fuerza de voluntad suficiente para mirarlo a los ojos, la culpa me carcome.

-Debería haberte encontrado antes, lo lamento tanto, QingHua. Pronto volveremos a casa, pronto estaras mejor, no me alejaré jamás de tu lado.-  

Beso la palma de su mano y levanto la vista para hacerle saber mis verdaderos sentimiento de una vez por todas, sin embargo me encuentro con su rostro confuso, no hay respuesta. Aclaro mi voz para comenzar a hablar y él  a la vez abre la boca también. Espero que hable pero no suelta ni una sola palabra. 

-¿Qué sucede? Entiendo que estés enojado, dejame demostrarte lo que aprendí el tiempo que estuvimos separados, esta segunda vez fue imposible no entender los sentimientos que me invaden desde hace años. Pensé que te necesitaba solo por tu utilidad en el reino, pero nunca fue eso, desde el primer momento quise mantenerte a mi lado egoístamente. Dejame amarte adecuadamente esta vez .- 

QingHua sigue con los ojos y boca totalmente abiertos. Los segundos parecen convertirse en minutos y él da un respingo cuando hablo una vez más. 

-Dime algo ¿Me odias? Juro que te busque. Nunca pensé que podrían hacerte daño.- Suspiro mientras comienzo a levantarme, nuestros ojos no se separan y es como si un fuego me consumiera por dentro.- Te daré tu tiempo para darme una respuesta, puedes llamarme con el humano de Lou Binghe.- 

Tengo una lucha interior, deliberando si besarlo o no. No lo hago, frunzo el ceño y termino de enderezarme. 

-Detente, y-yo ¡no! eso no, ttu... t-tu... lo que quiero decir.-

Lo miro confuso, esperando que formule una respuesta clara, el verlo nervioso hace que recuerde todos estos años y sostengo su mano una vez mas para que se tranquilice. 

-Tranquilo, hay tiempo para...-

El cuerpo de QingHua comienza a temblar mientras las lágrimas se desbordan una tras otra. Intento contener la fuerza que estoy empleando para no dañarlo más de lo que ya está, lo acomodo de tal forma que queda encima de mí, comienzo a transmitirle energía pero sigue temblando. 

-Lo siento, aguanta un momento, estás acostumbrado a temperaturas peores.- 

La mano de QingHua se levanta hasta sostenerse de mi brazo y su rostro se apoya en mi pecho. 

-D-demasiado ¡frío! -

Giro el rostro en busca de una manta y cuando la encuentro me levanto para ir a buscarla aun con QingHua en brazos.

-Aleja el rostro, pequeño. Te acomodaré para que no estés en contacto directo, Podría hacerte daño a las cicatrices del rostro.-

Solo recibo una negativa del pequeño en mis brazos, emito más energía en cuanto comienzo a ver en detalle su cuerpo, estoy seguro que no hay pedazo de él que no esté lastimado. Está mucho más delgado, aunque si lo pienso adecuadamente cuando lo encontré estaba en peor estado. Frunzo el ceño y decido comenzar a hablarle para distraerlo del frío.

- ¿Dónde estuviste todo este tiempo? No quiero que recuerdes lo que sufriste, pero no hay rincón en el que no te buscamos.- 

Nuestros ojos se encuentran se aclara la voz y noto algo extraño no solo en sus palabras, sino en él mismo. 

-Realmente no recuerdo nada, le he dicho a todos lo mismo.-  

Solo puedo darle un pequeño asentimiento, hay algo que no me deja tranquilo. 

-Cuando te encontré estabas en peor estado, lo extraño es que acabo de despertarme ¿quizás pasó más tiempo del que realmente pienso? -

Su temblor cesa por un momento y se hace más fuerte en cuanto las lágrimas vuelven a aparecer. Suspiro y lo abrazo con fuerza. 

-¿Qué sucede, QingHua? ¿Quieres que me vaya? ¿Te estoy lastimando?- Aflojo el agarre e intento transmitir más energía, al menos para terminar con el dolor.

-Comprendo perfectamente que estés enojado, dejame estar a tu lado hasta que mejores, luego haré lo que me pidas.-

La mano que estaba apoyada en mi hace mas presion en mi brazo y QingHua emite un quejido. 

-No te esfuerces, tus extremidades están muy dañadas, tardarás un tiempo hasta que logres moverlas adecuadamente, estoy orgulloso de ti que logres mover tu brazo al menos. En cuanto arregle el reino iremos para que mi cultivo sea más fuerte y poder...- 

El grito de QingHua logra que todo a mi alrededor se nuble y algo en mi se quiebre.

-¡NO TE RECUERDO! -

Apenas y mi voz logra salir. 

-¿Qué? ¿Como es...? ESOS MALDITOS- 

Intento controlarme en cuanto QingHua da un respingo, no es el momento ni el lugar. Suspiro en cuanto las emociones me desbordan y comienzo a sentir las lágrimas picar en mis ojos. Son varios minutos de silencio, hasta que ambos nos tranquilizamos, de a poco el frío a nuestro alrededor, hasta que apenas y es perceptible. No obstante no lo suelto, siento cómo no quita los ojos de mi y le devuelvo la mirada mientras lo acomodo en mis brazos en una posición más cómoda.

- ¿Te importa si estamos un momento así un poco más?

Me dedica una pequeña sonrisa antes de asentir. Nuestros rostros están tan cerca que noto el pequeño sonrojo en su cuello y orejas, aun debajo de toda esa piel cicatrizada y quemada sigo viendo las facciones delicadas de con quien compartí mi vida, levanto la mano y acaricio delicadamente intentando no lastimarlo. 

-Lo siento tanto, hay algo en mi que no quería decirte la verdad, quería que te quedaras y siguieras diciendo tus sentimientos. Lo único que recuerdo es cuando apareciste frente a mi. No hay más recuerdos que tu rostro cerca del mío. Luego abrí los ojos y muchas personas se acercaron, pero no eran de la persona que quería ver, me sorprendí cuando entraste, algo en mi...-  

Le beso la frente mientras acaricio su cabello. Solo puedo sonreír en autosatisfaccion.

-Algo en tu interior aun me recuerda, me hace feliz saberlo ¿Cómo podrías olvidarme? Estamos juntos desde...-

No quiero que me recuerde por lo malo que pasamos, no hay nada bueno que contarle. 

-¿Desde cuando? Quiero saber sobre nosotros.-

Quito la vista de él.

-No pasamos buenos momentos, te obligue a estar a mi lado. Es mejor si no recuerdas nada de lo sucedido.-

Aclara la voz antes de hablar.

-De acuerdo. Puedo ¿Puedo preguntar algo?-

Extiendo el brazo para servir un vaso con agua y dárselo de beber. La imagen es graciosa, es la primera vez que estamos de esta forma y todo es demasiado nuevo para saber cómo tratarlo, acostumbrado a pegarle constantemente no sé con que fuerza tomarlo entre mis brazos. 

-Puedes preguntar lo que quieras, sin necesidad de consultar.- 

Su mirada se separa un momento para fijarse en la marca en mi frente. Levanto su mano hasta que se apoya en ella, a través de las vendar percibo el calor de su cuerpo, no me desagrada. 

 -La marca define mi estatus como demonio, el color es el elemento que manejo. No hace falta explicar cual es.- 

Abre los ojos con desmesura y siento un pequeño temblor cuando lo miro.

-No te haré daño ¿Escuchaste lo que te confesé? Aunque no recuerdes, me veo en la obligación de decirte la verdad, te he golpeado y tratado como un perro desde el primer momento que te conocí.-

Si su cuerpo estuviera en buen estado, si al menos me recordaría, definitivamente habría escapado de mis brazos. Sostengo su rostro y me acerco lo suficiente hasta el punto que nuestros alientos se entremezclan. 

-Te perdí, no hay forma de que vuelva a cometer un error que nos aleje.- 

Suelta un suspiro que se me antoja tierno. Me abstengo de besarlo, aun con el pesar en mi pecho que no me deja tranquilo, lo acomodo en la pequeña cama. 

-Volveré, haré que regreses a ser el de antes.-

No esperaba una respuesta, pero de igual forma su silencio caló hondo en mi ser. No espero más y doy unas zancadas rápidas para salir de ahí, aprieto los puños y me obligo a no darme la vuelta. Una vez afuera y lejos de su mirada, mi rostro se ensombrece, ya no hay calma fingida, el odio me consume, estoy perdiendo la sensatez, abro un portal para desaparecer de aquel maldito lugar, mi reino no es opción, no puedo seguir destruyendolo. Sin pensarlo demasiado me dirijo a uno de los reinos enemigos, es momento de dejar salir mi ira. 








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