Llegó el día....
Las ansias me comían y mi pulso se aceleraba, tocaba repetidas veces el botón de la ventanilla del carro subiendo y bajando sin un fin.
Sabía que debía afrentar lo que fuera a ocurrir. Fuera bueno o fuera malo, ya que de eso se trata la vida, de afrontar situaciones y tomar decisiones. Mateo agarra mi mano apretándola mientras sus ojos color café se clavan en los míos.
Dios, voy a llorar.
La impotencia y los nervios tienen a mi corazón en un baile de salsa y mis manos sudan como si me las hubiera recién lavado.
Admiro la tranquilidad que maneja Mateo, como puede llevar las situaciones con total naturalidad a pesar de que quizás dentro de cinco minutos, el destino tomara la decisión de separarnos.
—Noa, me pone nervioso eso...— paro de hacer aquel movimiento cuando sé que se refiere al sonido del botón.
—Lo siento, es que estoy demasiado nerviosa...— trago grueso aguantando mis ganas de descargarme. —Mateo...— lo llamo.
Este voltea su rostro para mirarme y yo decido a expresarme.
—Si hoy es el último día que nos vemos, quiero decirte que no solo te amo, si no que te agradezco por todo lo que has hecho por mi— tomo sus manos— Gracias por ayudar a Micaela, por mantener a mis padres a salvo y sobre todo por cuidar de mi arriesgando tu vida...— una lágrima rueda por mi mejilla.
Este niega acercándose a mi.
— Por ti haría eso y mucho más, Noa..— aprieta mis manos— Porque te amo...— me lanzo sobre él dejando que nuestros labios se sellen, fundiéndonos en un hermoso beso.
—Yo también te amo...— susurro sobre sus labios.
Mi corazón se detiene cuando el carro se detiene y mi mirada va hacia la de Mateo, llena de terror.
—Llegamos...— indica el chófer y Mateo suelta mis manos para agarrar su capucha y colocársela.
—Cuanto más rápido mejor...— susurra y asiento cerrando mi abrigo.
Allá vamos.
Salgo del auto, y me congelo, ellos estaban allí de verdad.
Unas ganas de llorar me inundan y mi madre se deja caer al suelo cubriendo su cara con sus manos, llora desconsoladamente mientras mi a mi padre le recorren unas gotas en su rostro.
—¡Mi niña!— grita mi madre y se levanta para correr hacia a mi dejándose caer en mis brazos.
Sus brazos me envuelven y su rico perfume inunda mis fosas nasales mientras ella solloza sobre mi hombro.
—Mami...— balbuceo apretándola con fuerza contra mi.
Mi madre toma mi rostro con sus manos, inspeccionándolo y yo le dedico una sonrisa sincera llena de amor.
—Estoy bien, mami...— acaricio sus manos.
Volteo mi rostro observando a mi padre detrás de mi, el cuál está totalmente paralizado apretando sus puños. Por instinto corro hacia él colgándome de su cuello, y después de unos segundos reacciona envolviéndome en sus brazos mientras llora desconsolado en mi cuello.
Nunca había visto a mi padre llorar, él decía que nunca lloraría.
—Te extrañe papá...— susurro y él aprieta más sus brazos sellando el abrazo.
Después de unos eternos minutos dejo mis pies en el suelo para mirarlo.
—¿Quién es?— susurra secando sus lágrimas.
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𝐂𝐡𝐨𝐫𝐫𝐨-ᴛʀᴜᴇɴᴏ[✔️]
Fanfiction[ᴍᴇ ʀᴏʙᴀꜱ, ᴍᴇ ꜱᴇᴄᴜᴇꜱᴛʀᴀꜱ ʏ ᴍᴇ ᴛᴇʀᴍɪɴᴀꜱ ᴇɴᴀᴍᴏʀᴀɴᴅᴏ, Qᴜᴇ ɪʟÓɢɪᴄᴏ ¿ɴᴏ?] ➵🍓✨ ➤ 𝗡𝗼 𝗽𝗲𝗿𝗺𝗶𝘁𝗼 𝗹𝗮 𝗰𝗼𝗽𝗶𝗮 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼𝗿𝗶𝗮<3 ©