Perdida en el mundo

Pacto con el diablo

De camino Abraham me dice

- Me sorprendió mucho todo lo que descubrí de ti en ese juego.

- En serio, y como pensabas que era para que te sorprendieran tanto.

- Pues pensé que eras una de esas niñas buenas que eran incapaces de saltarse una clase, que se dedicaba solo a estudiar y que eras virgen e inocente.

- Pues esa es la impresión que suelo darle a todo el mundo y la verdad es que estoy acostumbrada a que piensen que soy así - hice una pausa - la verdad es que no soy nada de eso, soy una persona estudiosa por obligación pero no me gusta estudiar, soy muy fiestera y de virgen no tengo nada, la verdad hace mucho deje de serlo y si te acercas a mi pensando en que soy una chica inocente a la que es fácil engañar te estás lanzando de bruces contra una pared.

- Vaya sorpresas se lleva uno.

- Siempre he sido de las que piensan que nada es lo que parece - le digo, él solo asiente como si me diera la razón.

Caminamos hasta que me pregunta

- ¿Qué tan extremo es todo en ti? Ose me refiero a que si podrías seguir sorprendiéndome en otras cosas.

- Hagamos una apuesta.

- ¿Que propones?

- Veamos, que te parece no sé, tú dices que yo soy una niña buena y yo te digo que soy todo lo contrario. Si te muestro como soy en realidad, entonces yo ganaría, pero si al final de todo sigues pensando que soy una niña buena tú ganas y podrás pedir lo que quieras a cambio. ¿Qué te parece?

- Me gusta, pero ¿cómo me demostrarás que eres una chica mala?

- Pues tú me irás poniendo retos en el trascurso de una semana y cuando esa semana acabe decidiremos.

- Vale.

- Y por cada reto que me pongas tendré una puntuación.

- Pero tendremos que poner un límite, no, comooo, si te pasas de los 50 puntos te consideraré una chica mala.

- Vale, entonces mañana empezamos.

Seguimos caminando hasta llegar a mi habitación y luego el se despidió y se fue. Yo fui directo a la cama ya que en una hora tendría que levantarme.

Me levanté súper tarde así que llege a la primera clase cuando estaba a punto de acabar. Por obvias razones la profesora no me dejó entrar y me fui al patio a esperar que sonara el timbre.

Me senté en un banco a mirar al equipo de fútbol jugar, entre ellos Abraham. Me concentro tanto que no me doy cuenta de que alguien se acerca.

- Hola - me dice y yo pego un brinco increíble - Perdón no quería asustarte, me llamo Damián. Hace días te vi en clase de economía y tenía ganas de hablarte.

- Eeee hola, mi nombre es Alexa - le dije

- Alexa, es la abreviatura de Alexandra no.

- Emm, si.

Este chico me asusta un poco, aparece de la nada y me dice que me está espiando como si fuera lo más normal del mundo. Es guapo pero a la vez tiene un aire misterioso como si escondiera algo.

- Hola guapa, estabas mirando como juego. - me dice Abraham desde el otro lado, jiro la cabeza para verlo.

- En realidad estaba hablando con....- cuando jiro la cabeza para señalar a Damián ya no estaba. Me quedé muy sorprendida.

"Cuando se había ido"

- ¿Con quién? - me pregunta

- Con... no importa.

- vale - y se sienta al lado mío - hoy empezaremos la apuesta.

- ¿Qué apuesta?

- Pues la que propusiste ayer.

- En serio!, no me acuerdo.

- Pues lástima porque vas a estar una semana conmigo cumpliendo retos.

- Espera y ¿Por qué solo yo?

- Porque tú lo dijiste así.

- No es justo que tu me pongas retos y yo no a ti.

- Pues vale modifiquemos el trato yo te pongo retos y tú también me pones a mi pero los míos serán para demostrar que eres una chica mala y los tuyos para hacerme el chico bueno. ¿Qué te parece?

- Ahora si es justo, y no te preocupes que me acordaré de nuestra apuesta de anoche tarde o temprano, ya verás.

- Eso espero o sino tendré que explicartelo todo de nuevo.

- Que gracioso, como si ya me lo hubieras explicado antes.

El muy gilipollas se empezó a reír. Y la verdad es que me la contagió, así que reímos los dos.

Sonó el timbre y me fui a dar mis clases, ya tenía bastante con una ausencia como para que acomulara más. Por la tarde quedé con Abraham para aplicar el primer reto, así que nos encontramos en el mismo banco de la mañana.

- ¿Qué tal guapa? ¿Lista?

- Siempre

- Vale tu primer reto será hacerle una broma al director.

- que tienes en mente - me explica con lujos de detalles lo que tengo que hacer mañana por la mañana.

- bien y tú primer reto será ser un niño responsable y hacer todas las tareas que te dieron en clases.

- Es en serio, oh por diosss me voy a aburrir muchísimo.

- Pues lo siento pero es lo que hay.

- Bien, nos vemos mañana.

- Ok, pero me tendrás que enseñar todos los cuadernos.

- Si ya entendí mamá - y se fue riéndose.

Me fui a mi cuarto, hice todas mis tareas, comi algo y luego me fui a dormir.