Capítulo 11

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"Seamos por una vez para siempre"

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"Seamos por una vez para siempre".
–B.M.

¿Cómo has llegado aquí?

Desplegué mis párpados y al hacerlo una neblina blanca cubría todo mi entorno. El aire estaba gélido. La fría capa de bruma se extendía por cada extensión del ambiente haciendo casi imposible salir de ella. Vi más allá una silueta oscura que se mantenía en una postura distinguida.

—¿Cómo has llegado? — Reiteró. Su voz retumbó ocasionando un eco en el lugar. Su timbre era suave y exigente. Un timbre femenino.

Voltee a los lados. No había ninguna puerta. Parecía que estaba en una estancia sin salida. Pero lo último que recordaba fue irme a dormir en la alcoba de las criadas. ¿Qué hacía en este extraño panorama? Me aproximé a la figura sombría y entonces ella se volteo. Detuve mis pasos.

Una gran máscara negra ocultaba la mitad de su cara. Su larga caballera azabache rizada estaba sujetada por un prendedor extraño que asemejaba ser un pájaro. Un lazo negro elegante se amarraba en su cintura estrecha y sus pupilas oscuras se agudizaron viéndome.

—Yo...no sé. Estaba durmiendo y de pronto desperté en este lugar. — Respondí cauta a su interrogante.

La mujer me rodeó y camino haciendo un círculo. No se que era lo que buscaba en mí pero me estaba poniendo tensa. De repente se congelo. Sentí su persistente mirada en mi nuca. Casi salté al experimentar su mano en mi cuello. Paso sus dedos en mi piel. Me aparte incómoda.

—¿Esa extraña forma desde cuando la tienes? —Inquirio con urgencia. Señalando mi cuello.

Me lleve mi mano a mi nuca toqueteando con desasosiego. Cuando tenía seis años mamá me contó que un día había llegado a casa con una rara mancha que emergió sin razón. Ella lo atribuyó a que era suciedad y que no me había bañado bien. Varias semanas lo creyó así hasta que papá decidió que debían llevarme a una clínica porque les pareció qué tal vez me había contagiado de algún un virus o algo por el estilo y ellos no lo sabían. Pero el doctor les dijo que era un lunar y que no se preocuparan. Pero mamá no creyó en él y siguió cuidando de mi con más protección. A los años se dio cuenta que si era un lunar porque jamás se borró. Y ha permanecido así. Aunque a lo largo de los años ha cambiado. Antes era solo un círculo y ahora a tomado una forma diferente.

Su estructura consiste en dos contornos alargados que chocan entre sí y que juntos forman una extraña expecie de V en la parte de arriba y abajo.

—Desde los seis.— La mujer repentinamente sonríe al oírme.

—Al fin has venido. Fue una larga espera, Aisha.

Frunzo el ceño. ¿Ella me conoce? Toma mis manos entre las suyas. Veo que en cada dedo tiene tres anillos en forma de serpiente y cerca de su pulso un enorme tatuaje dorado. Extrañamente ella me abraza y al segundo siguiente susurra quedamente.

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