O•C•H•O

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La noche anterior había estado dando vueltas y vueltas. Sin poder sacarme aquella idea de mi mente. Lo peor era que tan solo pensar que había sido traicionada... No. Pensar que él nunca se intereso realmente por mi, sino por mi padre... Me dolía. 

¡Y no sabía el porque de eso!

Seguía aferrándome a la idea de que él era tan solo un chico más...

Actualmente mi noche en vela se reflejaba en las ojeras de mis ojos. Cubiertas por un penoso intento de maquillaje.

Si no fuera por Melany quien me estaba arreglando en estos momentos, al salir de los baños, todos me verían como payasa. 

—¿Qué pasó anoche para que estés así?— Me preguntó. Yo en serio quería contestarle sinceramente. Pero si le hablaba de Liar, terminaría hablándole de la corrupción de mi padre. Y eso ella aún no lo sabía.

—Algo...

Obviamente no la había convencido para nada. Igualmente captó que no quería decirlo así que se calló. 

El día anterior mis padres querían ponerme un guardia que me siguiera todo el tiempo. Incluso en la escuela. Y otros lugares... Sin embargo yo no confiaba en la gente de mi padre, así que terminamos negociando en que me escondería un clip entre el cabello con función de GPS. Y que cada cierta cantidad de tiempo, les enviaría un mensaje. 

Nuevamente, tenía tantas ganas de contárselo todo a mi mejor amiga, pero también existía la posibilidad de que se acercaran a ella para amenazarme. Y eso si que no lo iba a permitir. 

Salí de ahí para dirigirme a mi clase correspondiente. Nótese el "salí de ahí" en singular. 

Melany se había quedado en el baño atendiendo una llamada de Jules. 

Nuevamente me sentía desplazada. Aún así, supuse que no había de otra, pues al menos ella era feliz y eso era lo único que me importaba.

Ya después de clases, en la hora de almuerzo, me senté sola. Nuevamente...

Estando así miré a mi alrededor desinteresada mientras masticaba mi alimento. 

Entonces lo encontré. Y me sonrió. Y recordé la noche anterior. Y desconfié.

Aparté la mirada esforzándome por no ceder ante su sonrisa de lado. Me calme y me concentre en respirar. Inhalar... Y exhalar. Parecía exagerada, pero realmente... Ese chico me hacia perder el juicio. 

Era mi perdición.

Asco. Demasiado cursi, voy a vomitar...

Sentí mi estomago revolverse al pensar en aquello. Seguramente era asco por tanta cursilería. 

De cualquier modo... Pronto todo el ambiente rosa se desvaneció cuando por mi mente cruzó nuevamente la posibilidad de que lo que él y yo tuviéramos fuera falso. 

Me estaba torturando el pensar en eso... Así que me decidí. No iba a preguntárselo directamente. Al menos no aún.

Iba a... Ponerlo a prueba.

___

Prueba número uno. 

Si la real razón por la que se había acercado a mi era solo para sacarme información, entonces por lógica se vería interesado en el tema de los negocios de mi padre. 

Caminábamos por la calle. Él aparentemente quería llevarme a un lugar sin embargo no me decía donde. No le tomé importancia a aquello por el momento. Fue entonces que rompí el tranquilizante silencio que había entre nosotros. 

La Cruda RealidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora