Estar contigo

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Tal y como esperaba, la aldea turística donde se realizaba la reunión era espectacular. El alojamiento era mucho mejor que los hostales que ellos utilizaban para misiones, el comercio llamativo, y los paisajes, tan verdes como Konoha.

La reunión fue intensa, enormemente larga y masiva; pero tal y como había comentado con Kakashi, no había mucho de que hablar.

Se liberaron a la hora de la cena, y con eso, se daba por terminada la misión y comenzaba su tiempo libre.

Tomó su mano, y caminó.

Porque ahora tenía todo el permiso de hacerlo y no restringirse.

Comieron tranquilos, en una velada relajante y conversando de lo que harían con el par de días restantes que les quedaban.

Avanzaron tranquilos por las calles de la ciudad, deteniéndose de vez en cuando para mirar alguna vitrina, o algún espectáculo callejero.

De alguna manera, relajados en ese lugar donde nadie los conocía; disfrutando de la compañía. De caminar juntos.

Y esos días no pasaron en vano, sirvieron para que ambos se acostumbraran a la nueva realidad. Para que Sasuke caminara a su lado sin temor a ser rechazado; y para que Hinata comenzara a acostumbrarse a estas nuevas formas de cariño, de quien nunca pensó recibirlas.

Porque era difícil volver a verse con alguien si toda su vida imaginó a Naruto a su lado; si todas sus primeras veces fueron con él y siempre creyó que sería solo él.

Y ahora Sasuke aparecía, como una sombra que siempre estuvo ahí, que cada vez se hacía más grande e inundaba todo. Que más que fría era cálida, acogedora, incluso dulce; y que comenzaba a traerla de forma incontrolable.

Un par de brazos fuertes sujetaron su cintura desde atrás, y un cuerpo tibio se apegó a su espalda.

- Estás distraída – la voz de Sasuke se dejó oír en su oído izquierdo, suave.

Se sonrojó al verse envuelta de esa forma, en un lugar tan público mientras veían el espectáculo, en el marco de un pequeño festival que se celebraba.

Se estremeció al sentir lo agradable que era estar así; en sus brazos, con sus mejillas rozando y con su espalda apoyada en su pecho.

No recordaba en que momento, mientras miraban aquel truco de magia callejero, él la había soltado ni mucho menos cuando se había movido.

- U-un poco.

- ¿Te molesta esto?

No, para nada.

Si era sincera, le agradaba, le hacía sentir segura y querida. Y tal vez, decir la verdad no era malo.

- Me gusta.

Sintió que los brazos de Sasuke se tensaron un poco y ella, por esta vez, se atrevió a más. Buscó las manos de él en su cintura y las cubrió con las suyas, entrelazándolas; mientras dejaba descansar su mirada en el show, como si nada hubiese pasado.

Y ahora fue el turno del vengador sonrojarse, pero por ningún motivo daría un paso atrás. Solo avanzaría.

- Entonces, no dejaré de hacerlo.

Este era el último día antes de emprender el viaje de regreso, la última instancia en que podría hacer algo como esto con tanta libertad en público.

Porque ambos sabían, que en Konoha, los rumores vuelan.

Continuaron su camino, porque a esas horas, el festival ya había terminado y mañana sería un largo día de viaje. En silencio, avanzaron por las tranquilas calles de piedra con escalones irregulares que los guiaban por una pendiente cuesta abajo, donde al final del camino, se encontraba el hotel.

La luna y la nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora