Capítulo 7

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Dimitry

Desperté de la siesta sobre las 8 de la noche, sí. Las ocho. Lo necesitaba a decir verdad. Tantos negocios, tanto trabajo. A veces la vida del crimen no es tan fácil. Me levanté observando que estaba en calzoncillos. Mierda, otra vez. Esa mujer me vuelve loco, me provoca con cada movimiento que hace.

No voy a mencionar nada, solo necesito ir hoy a la base a buscar algunas cosas, pero antes que nada, me dirigí a la cocina a buscar algo de comer, con un pantalón encima claro. Allí me encontré a Robin, ese pequeño renacuajo que hacía mi vida de un color distinto.

— Vaya hermano, tan exhibicionista como siempre. —se refirió a mi torso desnudo, yo reí.

— ¿Qué? Me gusta mostrar mis músculos. —defendí.

— Sí, para cierta persona. —Señaló a Emily en el sofá sentada, disfrutando de un buen vaso de zumo.

— Dios. ¿Hicimos mucho ruido? —Suspiré sentándome en la encimera.

— Noooo, nooo, qué va. —Rió bromista—. Sí. La verdad es que los gritos de Emily se escucharon hasta en Trafalgar Square.

— ¡No seas! —gruñí dándole un golpe suave en el hombro, él se hizo el herido.

— ¡Oooohhh! —Rió ligeramente, fingiendo.

— Quejica. —No dejé de observar a Emily.

— ¿Te gusta, eh? —preguntó Robin, yo me giré de repente.

— ¿Cómo me va a gustar, pedazo de idiota? ¡No digas tonterías! —por alguna razón, me sentí atacado—. Obviamente no.

— Hmmm, ya veremos. — Rió saliendo de la cocina. Al parecer iba a hacer sus deberes a otra parte.

Aproveché para acercarme a mi cuarto sin intercambiar palabra con Emily. No quería, simplemente no se me daba bien estas cosas. Desde la distancia, vi que su herida poco a poco estaba curándose, lo agradecí de veras. No iba a meterse en ninguna misión más, y debía comunicarlo con el equipo. Me duché y me preparé de manera rápida para salir, con mi chaqueta de cuero siempre.

— ¿A donde vas? —me preguntó al verme salir de mi cuarto vestido.

— ¿Importa? —pregunté sarcástico con una sonrisa.

— Sí. Quiero saber a dónde vas para calcular cuánto tiempo tengo para escaparme. —Me guiñó el ojo divertida, yo sonreí ligeramente.

— Tengo guardias en todas partes, aunque quisieras escaparte no podrías, princesa.

— Te odio. —Mencionó en tono de rabia escondida, debido a su apresamiento.

— Es por tu seguridad. —Dije, colocándome mejor la chaqueta.

— Ya veo, ¿hasta cuánto tiempo? Porque me dejaste salir el otro día.

— Y te encontraste con tu ex, ¿o no es así?

— Cállate. Sé defenderme.

— Sí, seguro. —Me salió una risa obvia, salí por la puerta en el acto, sin decir nada más.

Emily

Será capullo. Necesito salir, ser libre. ¿Qué pasará conmigo si sigo aquí?

— Mi fantasía sexual es poder salir de aquí. 
—comenté en alto.

— Hagamos que se cumpla. —Dijo una voz grave a mi espalda, era Jeffrey—. El jefe me mandó a que te llevara con él, según tú: por necesidad.

— ¿En serio? ¡Genial! ¡No tardo nada en vestirme!

Encadenada a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora