— ¡Em! ¡Em! —Gritó Rebe al ver a su amiga en la puerta de aquel sitio extraño, abandonado.
— ¡Rebe! —Gritó con euforia yendo hacia los brazos de su mejor amiga—. Te he echado de menos, zorra.
— Pensé que te había perdido, ¿qué te pasó? Me tienes que contar todo, ¿vale? —Hablaba muy rápido y con nerviosismo, no era normal todo lo que estaba ocurriendo.
— Tranqui Rebe, ha sido toda una aventura, ven. —Rebe antes de moverse señaló a Ivanov para que le quitara las esposas, esperando. Una vez quitada, entró en aquella especie de antro o batcueva con un bar dentro, era algo extraño pero supuestamente podría ser una guarida de Los Leones de Oro.
Em empezó a presentarles a todos y cuando cogieron un sitio se sentaron para poder explicarle todo a Rebecca con pelos y señales. Rebecca por otro lado le explicó lo sucedido en el jet. Ambas se quedaron perplejas con las historias que se contaban entre ellas, además de algunas risas que fueron cortas, debido a que alguien les interrumpió.
— ¿Ya te pusiste al día con tu amiga? —Preguntó un tipo con tatuajes, alto y fuerte. Era musculoso, incluso más que Ivanov.
— Sí, Rebe, este es el famoso Dimitry. Es el jefe.
— Anda, hola. —Dijo Rebe con una sonrisa amplia, saludándolo con la mano—. La próxima vez dile a tu empleado Ivanov que trate mejor a las mujeres, y nada de esposas.
— Se lo comentaré. —Dijo, para luego mirar a Emily, la repasó con la mirada—. Tenemos que hablar.
— Uff, ya hay malas noticias seguro. —Dijo con algo de miedo Em, levantándose del lugar—. Tranquila, vendrá Ivanov a cuidarte.
— Ah no, no, no. —Intentó frenar a Em, pero ya se había escabullido con Dimitry en aquel antro, poco después apareció Ivanov, para hablar con Rebe (en realidad debatir y pelear), era lo único que hacían.
En una sala apartada, aún se escuchaba la música del antro como si estuviesen al lado de los altavoces...
— ¿Recuerdas a...? Joder. —Dimitry se dio una pausa para ver cómo explicaba esto, colocando la mano en su barbilla, pensativo.
— ¿A...? —Em lo miraba preocupada.
— A Giovanni. —Suspiró colocándose la mano en el rostro, mostrando preocupación.
— Sí, ¿qué ocurre? —Alzaba la mirada hacia él.
— No quiero ponerte más en peligro, Em. Debería darte nueva identificación y pues, dejar que vayas al extranjero y vivas tu vida sin arriesgarla todos los días, sin pistolas, sin movidas extrañas...
— ¿Cómo me vas a decir esto ahora cuando las cosas están precisamente bien entre nosotros? No cambiaría esta vida arriesgada por una aburrida en yo que sé, Alemania por ejemplo.
— Alemania está muy bien... —dijo intentando calmar el ambiente—. Bien, pero... no quiero que vuelvan a secuestrarte ni nada por el estilo.
— No lo harán. Tú me proteges, ¿recuerdas? Además tengo aquí a Rebe, muchas gracias.
— Rebe está ahora mismo con Ivanov, ¿sabes que terminarán acostándose verdad?
— Rebe jamás se acostaría con un tío como Ivanov...
Las palabras de Emily fueron efímeras, ya que Rebe estaba bailando muy pegada a un hombre y a Ivanov esto no le gustó nada, así que se fue a quejar...
— Oye, déjame bailar, tío. —Fruncía el ceño, observando como Ivanov agarraba a Rebe de la cintura.
— No estamos para ligar, estás aquí por una misión.
— Sí, y ya tú cumpliste la tuya, ¿entiendes? Ahora déjame volar como un pajarito...
— No entiendes que te han visto los italianos, estás en peligro y yo estoy cuidándote como un puto niñero mientras tú te restriegas con otro. —Se notaba algo de repulsión y celos en su tono de voz.
— Ahhhh... ya entiendo... —hizo una pausa traumática—. estás celoso.
— ¿Cómo voy a estar celoso? Si eres una niña, cabra loca, sarcástica de mierda y ¡además no me gustan las rubias! —intentaba defenderse.
— Oh, sí, sí que te encantan las rubias y a mi me ponen esos celos. —Rebe acabó besando a Ivanov, que desaparecían entre la multitud hacía un cuarto oscuro, probablemente el baño.
Emily y Dimitry salieron del cuarto, buscando a Ivanov y Rebe, efectivamente estaban en la puerta del baño besándose con ansias...
— Tal para cual. —Dijo Dimitry, riéndose.
— A ti te tocará esta noche. —Comenté nalgueando a Dimitry de broma, riendo.
— ¿Por qué no vamos a la casa, eh? —Sonreía Emily, pero Dimitry aún se preocupaba por Giovanni y los italianos.
Alguien nos paró en seco en mitad de la fiesta.
— ¿Qué? ¿qué están viendo mis ojos? —Reía una voz insoportable, era Elizabeth como no...—. ¿Por ella te preocupas y por mi no? Es una pena llevando a tu hijo de 4 meses en mi vientre...
Me paralicé en ese momento, mis piernas no respondían y mi boca se quedó abierta. Dimitry parecía igual de sorprendido.
— Es-...
— ¿Qué coño estás diciendo Elizabeth? Fue con protección y no se volvió a repetir. 1 puta vez. 1 puto error de mierda.
— Los condones fallan, ¿sabes? Además, no he follado con nadie más desde entonces, es tuyo.
— Em, esto no es-...
Pero no dió tiempo a continuar, Emily se había ido llorando desconsolada hacia la salida. No era posible, iba a tener un hijo con OTRA mujer, con ELIZABETH. Hijo de puta me creí sus mentiras de mierda... esa zorra de Elizabeth. Los dos, los odio, los ODIO.
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Encadenada a ti
RomanceEmily solo quería una vida normal, pero... ¿qué pasará cuando sea secuestrada por un asesino, criminal y líder de mafia rusa? ¿acaso entrará en el mundo del crimen, junto al Lord Dimitry Polorok, rey de "Los leones de oro"?