Después de ser inculpado y traicionado por las personas en las que mas creía, y la perdida de su ser más preciado en su ''patética" vida, Izuku Midoriya entendió que en esta vida el estaba solo, pero alguien le tendió una mano, una persona que nunca...
Ya estaba amaneciendo, los rayos ultravioleta fueron disparados hacia la base Yakuza, iluminando la cara del peliverde que se despertó con pesadez, el no quería levantarse, pero una voz se escuchó en la habitación, despertando completamente al pecoso.
Tengai: Despierta noveno, hoy es la prueba final, así que levantate.
Izuku: Hekiji? - Frotando sus ojos - pensé que Toya me iba a despertar.
Setsuno: Soy tu compañero, no tu niñero. - Dijo apoyando su espalda con el marco de la puerta -
Izuku: *Bostezo* Vaya, si que tenía el sueño pesado jejej.
Tengai: Así es, y si no quieres que el jefe venga para acá, mejor vistete y baja rápido.
Izuku: Sigo sin saber, por qué les aterra tanto eso?
- Podría recibir un regaño, un sermón, pero que más?
Tengai: Créeme Izuku, no querrás saber que pasa cuando haces esperar al jefe.
Izuku: A si?, que ocurre?
Setsuno/Tengai:
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Tengai: Créeme te arrepentirás si tratas de averiguarlo.
Izuku: - Confundido - Oookeyy, de acuerdo.
Izuku se vistió como suele vestirse con los Yakuza, una ropa bastante formal y elegante, pues esa era la única ropa que los Yakuza tenían de la talla del peliverde.
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Izuku: *Suspiro* A veces quiero ocupar algo mas casual y no tan formal. - Dijo un poco desanimado -
Setsuno: Pues no queda de otra, no podemos ir a comprar ropa, la ciudad sabe quienes somos, y si nos ven se darán cuenta que escapamos de Tártaros, y los héroes nos van a perseguir.
Izuku: Y mi plan de liberar a All For One se irá a la mierda, lo sé!!!
- (Me pregunto, que habrán echo con mis cosas en la Academia??)
