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Días después, el latino estaba algo alterado, quería fumar pero si lo hacía, si tachada se iría a la mierda.

Pero lo necesitaba, no aguantaba más de tres semanas sin fumar, en estos momentos de estaba rascando el ante-brazo algo disimulado.

"Sólo tres días más, sólo tres más" se repetía a sí mismo mentalmente.

De repente, un chico se le acercó, tenía una pequeña caja de cigarillos, se sentó a su lado con tranquilidad y se puso a fumar.

- ¿quieres?

- n-no.. - susurró mientras le miraba.

- ah, cierto.. Por tu tachada de niño. - respondió con normalidad.

Puso un cigarrillo en uno de los bolsillos ajenos, a lo cual miro hacía los lados disimuladamente.

- ¿cuando escaparas? - pregunto el peruano.

- ¿por que asumes que lo haré? - pregunto "indignado".

- ¿en serio lo preguntas?¿crees que soy idiota? - enarco una ceja burlón.

- cuanto para que cierres la boca.
- no quiero eso. - sonrio a más no poder. - quiero ir contigo.

- ¿me estas jodiendo?

- nop.

- de la única forma que entres es que tengas un traje de policía y maquillaje. En los próximos 3 dias. - dijo cortante.

- ¿si lo hago, me llevas contigo? - pregunto ilucionado.

- puede ser. Pero serás algo así como un regalo.

- ¿como así?

- mi hermano, el cual quiero mucho, le gustan los chicos como tú. - le tomo del mentón con una sonrisa pícara. - adora a los lobos con piel de cordero. - eso hizo sonrrojar a Perú.

- vete a la mierda. - susurró alejándose de este.

- entonces quédate y cumple los años de condena que tengas.

El albirrojo dio una gran calada, le convenía a pesar de ser usado como un juguete.

Quería seguir viviendo, así que tenia que irse antes que llegase la semana proxima, y la pena de muerte que se aproximaba rápido.

Soltó un bufido, se rasco la nuca, y asintió leve un par de veces sin saber muy bien en lo que hacía.

- cuando escuches que ya me voy, te cambias y vas a un lado de Rusia... El va a ser noqueado y va a ser un regalo de mi para mi.

- es raro que el próximo jefe quiera tener un tipo de otro bando como pareja.

- mientras más alto más grande la tienen... Y cuando se les notan las venas... Faaa. - miro hacía arriba y se mordió el labio.

- tus gustos son..

- ¿extremadamente peligrosos? si.

En eso Canadá llegó, por suerte no había escuchado nada de la conversación. Sólo le dijo a Perú que se fuera y así no fumara cerca del argentino.

Se arrodilló a un lado de este, el cual miraba como el peruano se iba.

Recibió mimos en la cabeza haciendo que mirara al canadiense, el cual le sonrió de lado.

- ¿ya sabes que te irás en tres días?

- ¡sip! Me lo dijeron hace como una semana. - sonrió.

Recibió un beso en la nariz sonrrojandose en el acto, se alejó como un milímetro, en serio no se lo esperaba.

Y luego fue abrazado con algo de fuerza, oculto su rostro en el espacio que dejaba el cuello y hombro de Canadá.

- Rusia quiere que tengas esto... Sabes que no es mucho de muestras de afecto.. Así que me lo pidió a mi.

- c-comprendo. - susurró. - gracias, Can.

- awww, no hay de que, bebé. - le miro y beso su frente. - ¿quieres que le de algo de tu parte?

- dile que... Es muy tonto. - el mayor soltó unas risitas. - y que no te moleste para a hagas cosas que debe o quiere hacer. - fruncio el ceño al terminar de hablar y el más alto de río.

- se lo diré cuando le vea. - se alejó del Argento el cual sólo se quedó ahí sentado.

- ¿a donde vas?

- debo buscar a Rusia para regañarle por ti.

Lindo Mafioso. (RusArg) Soft CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora