Días después, Rusia llegaba a su casa después del trabajo, se sentó en la mesa sacando una hamburguesa y empezó a comer.
- si queres te cocino algo. - escuchó detrás de él levantándose de golpe.
Ahí estaba, Argentina sentado en su sofá, como si nada pasara mirando lo con una sonrisa de lado.
- ¿como...?
- ¿como entre? Fue mucho más fácil de lo que pensaba. - se recosto en el sofá como todo un rebelde. - pero no estoy acá por eso. - lo miro y señaló el sofá individual.
Rusia, callado, tomó la hamburguesa y se sentó obediente en ese lugar.
- adivino, quieres que sea tu guardespaldas. - dijo lo más obvio esperando que sea cierto.
- mmh~ más que eso. - sonrió pícaro sin mirarlo. - quiero que seas... ¿como decirlo? Mi juguete anti-estrés. - se cruzó de brazos con una sonrisa. - sólo te molestaría cuando esté estresado, o cuando quiera simplemente tener sexo.
- ¿tú crees que aceptaré?
- la paga sería razonable. Y estoy seguro que una noche conmigo, cobrarias más que un mes trabajando en la cárcel.
- entonces.. Tú sólo quieres sexo casual.
- exacto. - le sonrió sentándose. - nos vamos entendiendo. - hizo una pausa. - y si quieres traicionarme por algún motivo... Se donde vive tu familia. - le miro con seriedad.
- no puedo creer que en serio pensé que tenías un retraso. - se sobo la cara a lo que el menor soltó unas risitas.
- la verdad si lo tengo. Tendría que llevarte y hacer lo que quiera de todos modos.. - sonrió y se levantó caminando en dirección a el ruso el cual se asustó un poco pero el latino sólo se sentó en sus piernas dándole la espalda. - ...pero no quiero que mi juguete se sienta mal. - hizo un puchero aunque enseguida cambió a una sonrisa.
- y si acepto... - murmuró. - ¿vendrás muy seguido? - lo miró con duda.
- no, sólo cuando quiera algo de ti. - movió las caderas algo brusco haciendo que el mayor tragara en seco.
- y supongo que no tengo otra opción. - terminó la hamburguesa y dejo el papel a un lado para luego apretar las caderas del menor con algo de fuerza haciendo lo jadear.
- no la tienes. - murmuró y jadeo al sentir chupones en su cuello. - tenías ganas de cogerme, ¿verdad? Menos mal que te lo dije, sino te me tirabas encima. - susurró burlón y algo entrecortado por los jadeos.
- quizás... Pero tampoco puedo decir que no. - susurró en contra de la oreja del más bajo haciendo lo erizar.
- n-no hagas eso.
- ¿por que? - susurró. - ¿te molesta..? - dijo con voz ronca en la misma forma haciendo que el contrario se muerda el labio. - mereces un castigo..
- ¿a sí?
El argento soltó un pequeño gemido al sentir como la mano del ruso se metía con brusqueridad por debajo de su ropa y apretó uno de sus pezones.
El menor se dejaba llevar por el eslavo el cual estaba haciendo que el menor moviera las caderas y haciendo lo jadear.
El primer nombrado se levantó dejando algo confundido al ruso pero luego se sentó quedando cara a cara con el mayor.
Lo beso con ganas y ansias a lo que el amante del vodka correspondió gustoso.
Siguieron así hasta que el argentino sintió un gran bulto en su tracero.
- es grande. - susurró acariciando por arriba de la tela haciendo lo jadear por lo bajo.
El menor sonriendo empezó a acariciar esa zona haciendo que el mayor jadeara y mirara hacia arriba.
Luego tomó las caderas de este y se levantó con el abrazado como un Koala.
Lo llevo a la habitación donde lo dejo con algo de brusqueridad encima de la cama.
Empezaron a besarse con intensidad, las ropas empezaron a faltar.
El ambiente se calentaba cada vez más y los jadeos de escuchaban cada vez más.
Al parecer, Rusia tenía hematofilia - es un fetiche con la sangre. - y mordia con fuerza haciendo lo sangrar.
El argentino, que era un masoquista impresionante, y que el ruso sea así le encantaba.
- y-ya metelo. - dijo en súplica.
Logró alejarlo un poco y busco en su Jean un lubricante que le entregó al mayor.
El tricolor soltó unas risitas y, beso a el amante del mate el cual correspondió.
Se lubricó el pene eh hizo lo mismo con la entrada del menor.
Entro de una estocada y el contrario le mordió el hombro para no gemir con fuerza.
Las embestidas empezaron rudas y fuertes haciendo que Argentina tocará las estrellas.
- ¡oh, si! ¡Ahh~! ¡Mhg! - gemia en contra el oído del mayor. - Più veloce! delizioso! (¡más rápido!¡qué rico!) - el ruso no entendió lo que dijo pero subió el ritmo por las dudas.
Siguieron así por horas hasta que terminaron jadeando uno al lado del otro.
- me voy.
- puedes quedarte..
- me debo ir antes de que mi vieja se de cuenta de que no estoy allá. - sonrió de lado.
Se terminó de vestir y se intentó parar pero una fuerte punzada lo hizo sentar de nuevo.
- ¿quieres ayuda? - dijo con burla el ruso.
- ...si. - murmuró con el ego herido un argento.
ESTÁS LEYENDO
Lindo Mafioso. (RusArg) Soft Completa
FanfictionArgentina, hijo de una conocida capó de la mafia, es encarcelado para atrapar a su madre. Rusia, el típico Guardia que no espera ni dos segundos para romperle la cara a alguien que se pase de listillo. La historia es sacada de un One-shot de mi crea...