z e r o

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ᴅᴇᴄᴏᴅᴇ°


Las pisadas resonaban con fuerza a medida que todos los alumnos avanzaban con alegría, llenando los viejos muros de las pláticas entusiastas que se habían alargado desde el tren, contando las vivencias pasadas durante las vacaciones, gorgojeando sobre lo que habían hecho y lo que harían en aquel año venidero.

Amigos entusiasmados por sumirse en un nuevo curso, rodeados de grupos preestablecidos y con intereses nuevos, chicas que se esmeraban mucho más en su aspecto físico, chicos que intentaban descifrar si ellas estaban interesadas o no, encontrando belleza en las chicas que antes burlaban... Aunque definitivamente no era su caso. Estaba seguro que las pelirrojas eran una hermosa maldición de familia, su padre y abuelo se habían enamorado de mujeres así, seguramente su hijo haría igual.

Miró a su alrededor cuando Sirius se enfrascó en una seria platica con Remus, una en la que discutían cual de las bestias era más bonita, el joven Black realmente parecía prendado del tema, el hombre lobo sólo le respondía con condescendencia y cariño lo que su amigo quería oír.
Buscaron rápidamente la opinión de terceros y al preguntar a Peter, él comentó que en realidad el animal que lucía más elegante era el de James, un ciervo adulto con astas completas.

-En realidad creo que no podemos confiarnos de tu opinión, te mojas cada que James habla.

Hay un golpe seco contra el pecho de Sirius que viene desde la mano de Remus en forma de regaño, acompañado de una fogosa vergüenza que tiñe las orejas y el cuello de Peter como si hubiera recibido palmadas especialmente fuertes en la zona, poniéndose más cohibido de lo habitual, haciendo suspirar al joven de gafas.
James se mueve hacia él y revuelve su cabello de forma juguetona, causando que el color aumente a ojos de los cercanos pero al menos ya no parece como si el saberse así le provocara arcadas.

James se mueve hacia él y revuelve su cabello de forma juguetona, causando que el color aumente a ojos de los cercanos pero al menos ya no parece como si el saberse así le provocara arcadas

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Los estudiantes se apresuran al gran comedor, a sido un viaje largo que los mantiene con hambre, pocos de ellos simplemente están expectantes a la selección de los alumnos de primer año. James mantiene una vista disimulada de la chica pelirroja sentada en la banca paralela a la suya en un punto que, agradece. Es estratégico para su vista.
Puede verla perfectamente desde ahí, aquel cabello rojizo oscuro que se ve aún más cereza gracias a las velas, labios carnosos que humedece y muerde mientras ríe con la chica que está a su lado, delicadas y pequeñas manos que juguetean entre sí, ojos verdes que no le ven...

Sí, definitivamente él agradece que ella se haya colocado justo en ese lugar porque si en algún punto siente su mirada, puede fingir con rapidez que está viendo la entrada del gran comedor.

Y aunque aquello es una excusa pobre, pronto se vuelve un hecho cuando su vista se alza por mera inercia al percatarse de un cabello de negrura espesa.

Repasa mentalmente que Snape no a sido visto por ninguno en el tren, James piensa que quizá el repulsivo Slytherin se a estado escondiendo entre las piernas de Avery, quizá incluso en las de Mulciber, tal vez entre los prefectos, aprovechando que Remus nunca les revela su ubicación si es que puede evitarlo.
James sonríe un poco ante la idea de una broma cuando le presta atención al movimiento de su némesis. Dedos finos y largos que se pasan por su cabello, haciéndolo hacia un lado, creando un contraste entre el espeso azabache y el blanco perlado de su piel, forzándolo luego a ir tras sus hombros.

Youngblood || James & SeverusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora