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Advertencia: Hay una escena dub-con versátil en este capítulo, por si resulta desagradable ó desencadenante para alguien.

ᴛᴇɴ ᴛʜᴏᴜѕᴀɴᴅ ᴄᴀɴᴅʟᴇѕ ᴄᴏᴜʟᴅɴ'ᴛ ʟɪɢʜᴛ ᴀʟʟ ᴛʜᴇ ᴅᴀʀᴋɴᴇѕѕ ɪɴ ʏᴏᴜʀ ʜᴇᴀʀᴛ
ʏᴏᴜ ѕᴀʏ ʏᴏᴜ ᴡᴀɴɴᴀ ᴛᴇᴀʀ ʀɪɢʜᴛ ᴛʜʀᴏᴜɢʜ ᴍᴇ
ɪ ᴡᴇʟᴄᴏᴍᴇ ʏᴏᴜ ᴛᴏ ᴛʀʏ

La cotidianeidad que se desliza al rededor de los días es algo que James acepta sin demasiada reticencia.

Se siente abrumado en una forma vergonzosamente pasiva, por supuesto. Deja que Snape tome las decisiones que son mejores para ambos. Es desesperante ver como las parejas formadas en la clase de pociones se reúnen en recesos, horas libres o en los pasillos para compartir, al menos, un par de palabras. Aún con las diferencias, piensa. Aún con el rencor palpable de Sirius y el carácter pútrido de Evan Rosier, todos parecen querer llevar tan bien como se pueda aquella prueba, muy por encima de enemistades de críos.

Ellos actúan diferente pero en realidad, por motivos utópicos para cualquiera que desee sí quiera formar las conjeturas más demenciales. 

''Porque Snape lo a prohibido'' Es lo primero que viene a su mente, pero aquella sería una disculpa penosa; Severus no le a prohibido nada, más bien da indicaciones, ordena y deja que sus palabras se reúnan al rededor de ambos como la verdad absoluta. A veces aquello le hace sentir enfermo, otras veces le admira, algunas de ellas algo se desliza con insistencia por su nuca hasta forma un escalofrío viscoso y desagradable, James no quiere llamar a aquello miedo… Repelús, seguramente.

-Tenemos las horas que compartimos aquí— Respondió con simpleza el Slytherin una de las primeras noches que se reunieron tras la ambiciosa tarea de la posición. Ni siquiera le miraba, más bien concentrado en lo que la poción en el caldero hacía, cortando con una precisión admirable sin siquiera prestar atención al filo tan cercano a sus dedos —. No necesitamos más.

Ciertamente no las necesitaban, pensó. Y se tragó cada posible respuesta que quisiera rebatir  respecto al tema el resto de la noche, dejando al chico trabajar en aquel brebaje para lobos.

Pero James era demasiado susceptible a lo que los demás hiciesen, demasiado para su propio bien. Fue por ello qué, una mañana particularmente soleada para el clima del que deshacían paulatinamente en la que descansaban en las cercanías al lago se dejó arrastrar por la incomoda sensación en sus entrañas cuando Avery se paró frente a ellos, siendo intencionadamente molesto al izarse como una sombra sobre la luz que Sirius recibía tan felizmente sobre su rostro.
Compartieron un tercio de algo pobremente semejante a una conversación cuando Sirius tomó la larga respiración necesaria para no hablarle con desprecio. Informando de su proceso y exigiendo saber qué tal le iba al otro. Su amigo, más bien tenso y visiblemente molesto apenas fue para la indiferencia del Slytherin un bicho que se aparta con desdén, ni siquiera lo suficientemente molesto como para matarlo.

-Lo disfruta, el hijo de puta— Sirius mascó las palabras una vez que el chico les dejó, lanzando el cuaderno donde residían sus anotaciones; James le prestó un atención por un par de indiferentes segundos a la letra desordenada y rápida.

Youngblood || James & SeverusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora