008. ANTES

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n/a: después de siglos sin actualizar... pero bueno, espero que si alguien está leyendo esto lo disfrute. y si no, no importa, de todos modos voy a escribir esta historia, besos :*

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Sabe que aquello realmente pasó y no fue producto de su imaginación cuando entra a su apartamento y su madre no está.

No sabe qué hacer y las hojas del desalojo le queman los ojos. No tiene a dónde ir.

Las horas pasan mientras camina por las calles de Nueva York. Su instinto lo llevan a un edificio alto con las letras "Princess Park" en dorado. Una omega está saliendo por la puerta eléctrica, así que la detiene por ella y le sonríe (no sabe con qué fuerza o por qué está haciendo todo aquello), después entra al edificio y se esconde del portero distraído. Sube las escaleras, y cuando llega al noveno sus ojos están llorosos y cansados.

902. 902. 902.

Toca el timbre, la mente en blanco y el corazón retumbando en sus oídos. Una melena rizada abre la puerta con ceño fruncido y confusión.

El omega seguro piensa que frente a él hay una patética criatura, con los ojos rojos y ojeras profundas. Harry quiere reírse por lo ridículo de la situación, no lo hace y en cambio se hace a un lado dejándolo pasar.

—Necesito tu ayuda—dice el alfa con un potente aroma a vergüenza y orgullo roto.

—Eres lamentable, Tomlinson.

Pero cuando el ojiazul no responde nada su sonrisa burlona desaparece y cierra la puerta detrás de ellos.

—¿Qué haces aquí?

No contesta, está confundido, abrumado y se siente más perdido que nunca.

—Tomlinson—le sirve un vaso con agua y se lo da.

—No sabía a dónde más ir—responde por fin en voz baja, temblando. Deja el vaso en la mesa de la cocina y se recarga en una pared deslizándose hasta tocar el piso.— No... sabía...

Pero no dice más, parece perdido en sus pensamientos.

—¿Qué te pasa?

—Necesito un lugar donde quedarme.

—¿Y?—Harry alza una ceja. —¿Esperas quedarte aquí o...?

Pero la respiración del alfa lo descoloca. Tomlinson no responde y solo observa sus manos como si las desconociera, las abre y las cierra una y otra vez, luego se pellizca la pierna y sisea ante el dolor.

—No puede estar pasando esto.

Harry lo ve en silencio.

—Necesito tu ayuda. Déjame quedarme aquí por unos días... tengo que- en lo que resuelvo unos asuntos ¿sí?—El ojiazul vuelve en sí.

—¿Estás loco? Claro que no. Ni si quiera me caes bien— Pero se contradice, pues se sienta frente a él con las piernas cruzadas en mariposa. — A ver, Tommo, dime qué mierda haces aquí.

—¿So te digo me dejas quedarme?—sonríe con travesura

—Habla y veremos.

Louis se inclinó de nuevo hacia la pared y suspiró, cerró los ojos con fuerza y los abrió. Fijó su mirada en el techo y su labio inferior tembló.

—Johannah-mi mamá, se fue y me dejó solo, endeudado y sin un puto dólar.

Harry parpadea y abre la boca pero no sale nada, ni una palabra, ni un sonido.

dulce criatura [larry stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora