Llegué a la escuela casi jadeando y corriendo como pocas veces corrí antes, y esta vez estaban tanto Ludwig como Kiku esperándome en la puerta. No hacía falta ni que hablaran para ver como con solo sus miradas pedían explicaciones para mi retraso.
- Feliciano- El autobús llegó tarde...
Dije mientras pensaba que se me iba a petar un pulmón.
- Ludwig- Entonces no se hable más, vámonos con Roderich.
Kiku me sonrió y nos dirigimos los tres a la sala de música.
Normalmente a la hora de los clubes, los pasillos cerca del aula de música resuenan con melodías preciosas y acompañadas por los aplausos de sus propios miembros al acabar.
Hoy los pasillos daban algo de pena, se añoraban las melodías, no se oía nada, ni un alma.
Llegamos a la puerta del aula y extrañados tocamos para pedir permiso para entrar.
- Chica- ¿ Crees que será algún nuevo candidato?
- Roderich- Oh, mi querida Elizabeta, nada me gustaría más, pero, da por seguro que va ha ser el club de periodismo.
- Elizabeta- No te des por vencido Roddie. Seguro que-
En ese momento la puerta se abrió bruscamente, casi nos estampa a Kiku y a mi, pero con los pocos reflejos que tenemos conseguimos esquivarla.
Dentro de la habitación solo podíamos ver a seis personas:
La primera era el Líder de la banda del la academia y presidente del club, Roderich Edelstein.
La siguiente era Elizabeta Hedervary, a quien conocía por ser mi tutora en un programa de ayuda de alumnos de segundo a los de primero, para adaptarse al centro y eso, Elizabeta es como mi hermana mayor desde eso.
Las demás personas apenas las conocía, solo me sonaba Toris Laurinaitis, pero porque iba a mi clase, nada más.
- Elizabeta- Ah, pues va ha ser que tenías ra-¡Feli!
- Feliciano- ¡Eli!
Nos dimos un abrazo y continuamos hablando.
- Elizabeta- ¡Pero mira que has crecido!, un poco más y tendré que llevar tacones para no parecer un elfo cerca tuya.
- Feliciano- No es tanto, jeje. Tu sigues tan bella como siempre.
- Elizabeta- Te agradezco el cumplido Feli, porque espero que no fuese sarcasmo, jeje.
- Feliciano- ¡Nunca se me ocurriría!
Me sonrió y nos invitó a pasar, se veía que los integrantes del club se habían visto en decadencia, pero nunca podría haber pensado que solo quedasen seis.
- Kiku- ¿Estáis hoy todos?
- Roderich- Tristemente sí, y Elizabeta vino a consolarnos un poco.
- Feliciano- Espera, ¿¡ Entonces, sois solo cinco!?
- Roderich- No me lo recuerdes...
Se veía que todos estaban tristes.
- Ludwig- ¿Qué pasó con los demás miembros? ¿ Y mi hermano?
- Roderich- La mayoría de miembros eran de último curso así que se fueron, los demás al ver los pocos que éramos decidieron unirse a otros clubes... En lo que concierne a tu hermano, no lo sé, ni lo quiero saber. Ese impresentable, con perdón, sé fue sin dar explicación.
ESTÁS LEYENDO
Dos ojos dos voces.
FanfictionFeliciano y Lovino Vargas son dos hermanos Italianos que van a una prestigiosa escuela internacional. Esta historia narra desde dos puntos de vista como un secreto puede cambiarlo todo en las vidas de ambos adolescentes.