capítulo 7: En la búsqueda de un bastardo.

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Me desperté lentamente, realmente deseando volver a ese lugar, pero que se le va a hacer.
Tenía hambre, tomaría algún pequeño tentempié, ¿cuánto habría estado durmiendo?

Me dirigí a la cocina. Marco estaba en el salón viendo la televisión y el abuelo estaba haciendo algo en su ordenador, pero de nuevo ni rastro de Feliciano.

- Rómulo- Buon pomeriggio, Lovino.

- Lovino- Buenas tardes...¿Cuánto he dormido?

- Rómulo- Son casi las seis, así que bastante.

- Lovino- ¿¡Las seis?!, no pensaba dormir tanto...

- Rómulo- Haberte puesto una alarma,¿o sigues enfadado con tu teléfono?

Mira que al viejo se le da bien meter pullitas.

- Lovino- No, no sigo enfadado con él.

Agarré un bol de los castagnoles que sobraron de la mañana y me disponía a llevarmelos a la habitación, cuándo...

- Rómulo- Hey, ¿a dónde crees que vas?

- Lovino- A mi habitación.

- Rómulo- no, suficiente siesta por hoy, y no te lleves el bol.

- Lovino- ¿Entonces qué quieres que haga?

- Rómulo- Ve a por tu hermano.

- Lovino- ¿Cómo?, ¿a por Feli? ¿Y eso por qué?

- Rómulo- Primero como castigo por llegar tan tarde, segundo por dormir la mona durante tres horas y tercero por no hacer ni una tarea esta mañana, y lo puse en la nota dos veces...

- Lovino- ¿Qué nota?

- Rómulo- La que está en la encimera.

Miré atrás y había una nota del abuelo....¡Estúpido Feliciano, no me dijo nada!

- Lovino-No vi la nota.

- Rómulo- Pero cómo hermano mayor deberías haber hecho algo Lovino.Y a demás aún hay otras dos razones.
Bueno, Feliciano fue con sus amigos a entrenar. Creo que están en la pista de atletismo de vuestra académia, dijo algo de que uno de sus amigos era miembro del club o algo.

- Lovino-¿No puede ir Marco?

Su mirada de desaprobación fue más que suficiente para que supiera que no y que tenía que ir.

- Rómulo- Habrá un autobús a en punto, si te das prisa lo pillarás, sino irás andando, yo que tú me daría prisa.

- Lovino- Agh,vale, vale voy...

Me puse un castagnole en la boca y me cambié rápido antes de salir, si tenía que ir a por Feliciano, preferiría ir en autobús.
Llegue a tiempo a la parada para ir en autobús. El trayecto fue de nuevamente alrededor de 10 minutos.

Cuándo llegué a la académia los alumnos de los clubes ya estaban saliendo, pero mi hermano y su panda de bastardos no. No tengo mucha paciencia y el estúpido lo sabe, no le importará que vaya allí y me lo lleve para que volvamos cuánto antes.

Me dirigía a la pista de atletismo cuándo vi a mi hermano medio exhausto. Me dió curiosidad el ver que clases de cosas anda haciendo con esos dos bastardos, ¿Qué clase de diversión involucra correr?

Me coloqué cerca de ellos, detrás de las gradas, y me puse a escuchar su conversación a ver si me enteraba. Aunque no podía ver muy bien, sí que conseguía ver sus caras entre los huecos de los asientos.

Dos ojos dos voces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora