Había sido una mañana movidita cuanto menos, el despertador no sonó por alguna razón que solo ese cachivache conoce, el profesor nos regañó por llegar tarde y no solo contentos con eso, a tercera hora tocaba la primera clase de Educación física.
Normalmente en la primera clase no solemos hacer nada, nos dicen normas, nos dan formularios que rellenar ,etc. Pero esta vez nuestro nuevo profesor, no pensó igual, nos hizo hacer pruebas en equipos, que por suerte pudimos elegir nosotros y como no, Kiku y yo hicimos de Ludwig nuestro miembro, diría contra su voluntad, pero creo que no le dio mucha importancia.
Teníamos que ser grupos de cinco, así que mientras buscábamos a dos personas más para el grupo, me fijé en que el chico de ayer, Matthew, estaba solo y le invité a que se uniera al grupo. También pasó por mi cabeza el invitar a mi hermano, pero sabiendo cómo es, no aceptaría ni en sueños, así que se nos unió también el hermano de Matt, Alfred.
De inmediato nos dimos cuenta de la gran diferencia de los hermanos. Matthew era tranquilo, tímido, muy respetuoso en todo momento y odiaba los conflictos; mientras Alfred era ruidoso, muy muy escandaloso, extrovertido a más no poder y risueño, a la par que muy bueno en deportes lo que nos hacía a Kiku, a Matt y a mi sobresalir, pero no precisamente en términos positivos. Si nos listásemos del más ejercitado al menos, la lista quedaría algo así:
- Lud (Cómo no)
- Alfred (Creo que va a varios clubs deportivos)
- Matthew ( Por bastante menos que el anterior aún así)
- Yo (Por obvias razones)
- Kiku (Lo siento amigo mío)
Después de varias pruebas, obviamente mi moral estaba por los suelos, pero al mirar hacia un lado pude ver que Matt estaba literalmente por los suelos, por lo que fui a ver que le pasaba.
- Feliciano- ¡Ahhh!, ¡¿E-estás bien, te hiciste algo?!
- Matthew- Estoy bien, t-tranquilo...
Lo ayudé a levantarse y le senté en el banquillo, a su vez Kiku que vio lo que había pasado fue a por agua para dársela. Cuando se bebió el agua pareció sentirse bastante mejor.
- Kiku- ¿Te encuentras mejor, Matthew?
- Matthew- Sí, muchas gracias.
- Feliciano- ¿Estás seguro?
- Matthew- Igual me sobreesforcé un poco, no es nada...
Ahí es cuándo me di cuenta de que no es que se le dieran mejor los eventos físicos que a nosotros, solo se los tomaba más en serio. Pero no tenía sentido tomarse en serio eventos cómo estos solo porqué sí.
- Feliciano- S-solo son pruebas de capacidad.
Matthew me miró mientras decía esto, pareció que aunque no le gustase reconocerlo aceptaba que era una lucha absurda.
- Matthew- Ya, supongo...
Después de eso en la siguiente competición pareció que nuestra charla tuvo el efecto contrario, era una prueba de velocidad en la que Matthew intentó correr lo máximo que pudo, al punto en el que por un momento consiguió adelantar a su hermano.
Solo fue un segundo, pero en sus ojos se notó un brillo de luz que no había visto antes, la gente le miraba, y creo que por fin entendí que le ocurría.
Tristemente ese momento de gloria no duró mucho ya que todos nos dimos cuenta como lentamente iba acercándose peligrosamente al suelo, hasta que pude ver perfectamente como ese brillo en sus ojos se apagaba lentamente al verse a sí mismo en el suelo, mientras su hermano cruzaba la línea de meta.
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Dos ojos dos voces.
Fiksi PenggemarFeliciano y Lovino Vargas son dos hermanos Italianos que van a una prestigiosa escuela internacional. Esta historia narra desde dos puntos de vista como un secreto puede cambiarlo todo en las vidas de ambos adolescentes.