Días, noches, y una semana pasó desde que desapareció, pero nadie hace preguntas porque lo saben... Ella quería escapar y lo hizo, o eso piensan. Desde que me llegó esa mala sensación la noche en la que desapareció no se ha ido, solo va en aumento y más aún cuando estamos cerca del inicio de la temporada alta en la cabaña.
—Felicidades jóvenes—todos estallan en aplausos.
Estamos en nuestra graduación, dónde faltan dos alumnas. Adeline quién desapareció hace una semana y dos días, y Belice quién sus padres dicen que enfermó.
Mi vestido es desde mi cuello hasta por debajo de mis rodillas es totalmente suelto y de color blanco. Voy con mi cabeza en alto hasta la cabaña buscando cámaras que me den alguna idea sobre el punto vacío donde desaparece Adeline.
—¡Marianne!.
—Oh, Erika, ¿En qué puedo ayudarte?—junto mis manos por enfrente de mí.
—Hay un chico que...—mira a los lados verificando que no haya nadie cerca.
—Que...—inclino un poco mi cabeza incitandola a hablar.
—Hay un chico que, tú sabes, se está hospedando en La cabaña y me parece muy lindo—muerde su labio—, hablamos en algunas ocasiones.
—Oh, ¿eso es bueno?—no entiendo a qué va todo esto.
—Quería saber si tú podrías ayudarme—sonríe tomando una de mis manos—, diciéndome su número de habitación o cuándo sale, qué lugares frecuenta.
—No puedo ayudar en eso—me suelto delicadamente—políticas del trabajo, además que eso es algo acosador.
—Oh, no quería sonar mal—cubre su boca— es que verdaderamente me parece muy interesante y esas cosas. Pensé que me ayudarías porque estamos en las mismas condiciones—señala su cuerpo y el mío.
Hay una gran diferencia entre Erika y yo. Ella prefería mostrar que tenía unas pocas curvas, yo lo evito a toda costa. No le importaba que el mundo sepa que es lo que hace, ya que su padre es el dueño del periódico y puede torcer todo a su favor.
No sé cómo pude llegar a ser su amiga, su mejor amiga.
—No lo creo—lucho por no enarcar una ceja.
—¿Podrías al menos decirle que lo busqué?—empieza a avanzar.
—Claro.
—Voy a esperarlo hoy en el parque-me abraza—, gracias, eres una gran amiga.
—No es nada.
Sigo mi camino como cada día, pero no encuentro nada nuevo. Las mismas casas, los mismos carteles y las mismas cámaras. Estoy esperando por el registro de las cámaras de la entrada del pueblo, son mi última esperanza de al menos ver con quien se fue, o si es que lo hizo.
Llego y voy a mi puesto, no hay nada interesante que agregar. O por lo menos hasta pasadas las tres que veo salir a los que se hospedan en la 75, ellas con su ropa normal y ellos igual. En estos casos me siento algo fuera de lugar hasta que recuerdo que este es mi pueblo y toda la vida fue así.
—Disculpen—los detengo—¿Alguno de ustedes conoce a una chica llamada Erika?.
—Hola Marianne—habla feliz Adriana.
—Creo que Et estuvo hablando con una chica—se acerca Alan—¿Por qué?, ¿Hay algún problema?.
—No, para nada solo que lo estaba buscando—tomo asiento nuevamente.
(***)
Estoy fuera de la casa de los Bosco, los padres de Adeline, buscando la manera de preguntar si ellos saben de su paradero sin parecer irrespetuosa.
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Marianne
Mystery / ThrillerEn el pueblo de Zincart todo es muy tranquilo y pacífico, perfecto para vivir de viejo o incluso con la familia. Un fin de semana aquí te puede sacar todas las tensiones. Pero no todo es lo que parece y Marianne lo sabe, en este pueblo hay más secre...