ADVERTENCIA: este capítulo contiene autolesiones, así que si eres sencible te recomiendo no leerlo o saltear esas partes.
Lxs quieroM♕︎
Erika.
No quiero pensar en cuanto tiempo a pasado, pero sé que se soltaron mínimamente las muñequeras.
Cada cierto tiempo, se le van algunas palabras, dejándome saber cuales son sus razones y cada vez me parecen más lógicas ¿Estoy mal?. Siempre me enseñaron que está bien canalizar nuestro mal en cosas buenas,¿Es esto bueno para esta persona?, No lo sé. Quizá sí. Pero es malo y muy doloroso para mí. Mi cuero cabelludo duele, ya que no solo tiró de él hasta que sangró, sino que también hizo cortes en él. Cortó partes de mi ropa y muchas partes de mi cuerpo, me dió golpes hasta que sus manos se vieron afectadas. No estoy segura, pero podría tener las costillas rotas.
—Solo... tan solo otro día más—me dí ánimos.
Mis quemaduras han sido lastimadas aún más, los cortes dudo que estén infectados, mi cabeza duele por la falta de comida y agua. ¿Con qué tipo de mounstruos convivimos?.
Con la poca fuerza que tengo comienzo a mover mis muñecas.
El sol está bajo, así que sé que ya no volverá. Nunca vuelve en la noche. De una manera inesperada, una de mis manos cae a mi lado, miro anonadada como se desprendió totalmente la muñequera. Con mis manos temblando me deshago una a una las ataduras, apoyar mis pies en el piso es una tortura aún peor. El roce de la tela con mis heridas arde y el mover mis articulaciones después de días en esa posición duele.
—No puede ser—lloro una vez estoy libre.
Comienzo a dar pasos a la salida y no me sorprende que esté trabada, intento por otros lugares hasta que, por algo de la vida, encuentro un martillo. No sé si debería asustarme el hecho de que haya un martillo, pero gracias a eso logro romper la cerradura y abrir mínimamente la puerta.
No sé cómo lo logré pero lo hice, escapé de ahí. Aún con el dolor en mí, empiezo a caminar de a poco, hasta que mis piernas empiezan a ir más rápido aún.
Corro, los árboles en mi camino me hacen difícil distinguir hacia donde voy pero no me importa. Lo logré, logré escapar. Siento los músculos de mis piernas pedir un descanso, el silencio es aterrador pero no tanto como esa cruz, las velas, los cuchillos y esa persona.
—¡Ayuda!—grito pero nadie contesta.
En algún momento dejo de correr pero no dejo de avanzar, no quiero que me vuelva a encontrar. Mis pies descalzos se sienten adoloridos, pero no freno. Con la cabeza gacha doy un respiro profundo, no voy a salir de este lugar tan fácil, son kilómetros de bosque muerto.
—¡Por Dios!—esa expresión no es del pueblo así que levanto la cabeza esperanzada.
—N-no—caigo de rodillas.
De la oscuridad logro ver sus ojos, me recriminan el haber escapado. De todas maneras una chica me ayuda a levantarme y otro chico trata de tranquilizarme, pero yo solo veo esos ojos... Los que tanto me torturaron.
Mi cuerpo pide un descanso, pero todos mis músculos están tensos, atentos a sus movimientos que son delicados...
Siento la sangre escurrir débilmente de mis heridas, la tierra molestamente pegada a mi rostro y lo pesado que está el camisón empapado en mi sangre, que deja un olor putrefacto al momento.
—¡Hay que llevarla a un hospital!.
—Creo... que no es necesario—murmuro.
—¿Te viste?—toman mi cara con delicadeza.
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Marianne
Mystery / ThrillerEn el pueblo de Zincart todo es muy tranquilo y pacífico, perfecto para vivir de viejo o incluso con la familia. Un fin de semana aquí te puede sacar todas las tensiones. Pero no todo es lo que parece y Marianne lo sabe, en este pueblo hay más secre...