Intro: Estamos en el siglo XXI no en el XX

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- Hola alfa mío - sonrió de manera hipócrita WooMin, tratando de acercarse para besarlo - Te arreglas mucho para una simple reunión.

- Como futuro rey, debo hacerlo y aparte, es tu familia así que siempre debo estar presentable para que me acepten - rió.

- No hemos tenido tiempo a solas, mi amor - bufó WooMin moviendo sus caderas de un lado a otro tratando de formar una erección en Jungkook - Ahora no cielo, tenemos que llegar temprano porque es tu padre.

- Por favor mi amor, solo un ratito - se acercó hacia él con intención de llegar a algo más de solo besos, Jungkook era muy manipulable con eso pero ahora no era el momento.

WooMin empezó a botar fermonas para volver loco a Jungkook y poder hacer lo que tenía planeado.

Jungkook aún no había marcado a WooMin y aún no deseaba hacerlo pues su lobo no quería hacerlo.

Tomó de la mano a su novio, salieron de aquella habitación gigante y se dirigieron a aquel patio gigante. Él sentía algo raro en sí, sentía que algo malo pasaría.

Su madre siempre le había dicho que hago caso a sus instintos pero no quería hacerlo ahora.

- Hola príncipe Jeon - habló su suegro formando una reverencia ante su majestad - Me alegro que haya venido, es un honor la verdad - Jungkook sonrió amablemente viendo su horizonte y sentir la brisa en su rostro y que recordaba a sus padres fallecidos.

- ¿Y a qué se debe todo esto, señor? - preguntó Jungkook tratando de ir más allá pero fue impedido por el mayor - Es una ceremonia por mi hija, la futura reina y por usted, majestad - aquella sonrisa falsa la conocía y sus reflejos no le fallaron.

Atrás suyo estaba WooMin con una arma blanca que quería apuñalarlo varias veces por su mirada macabra.

El príncipe Jungkook no dudo ni un minuto más y empezó a correr siendo perseguidos por ambos y por algunos otros miembros de la familia de WooMin.

Se golpeó mentalmente por no haberle hecho caso a sus instintos como le dijo su madre.

Tenía que correr, era su vida o muerte. No podía creer que su novio quiera matarlo por el trono. Que absurdo.

Entró por la cocina asustando a las cocineras haciéndose un lado para que pueda correr completamente sin chocarse con nada.

- Carajo, quiero una galleta noona - habló antes de agarrar algunas galletas de la mesa, eran hechas por su noona, llamada Nayeon, eran amigos muy unidos pues a él le gustaba como cocinaba.

Le recordaba a su madre y efectivamente, la madre de Jungkook le había enseñado a cocinar a Nayeon.

Se quitó aquel abrigo completamente grueso que tenía en sus hombros, corrió mucho más rápido pero empezó a esquivar las flechas que le estaban lanzando.

Su guardia real era un imbécil por no protegerlo.

Siguió corriendo hasta encontrar una espada, él seguía detrás de él queriendo asesinarlo de una buena vez.

Con la espada botó aquel cuchillo que tenía en las manos apuntando la espada en el pecho del alfa, el orgullo del alfa estaba siendo dañado pro la actitud del omega, estaba asustado pero sabía que tenía a Jungkook comiendo de sus manos pero él no era bruto.

- Qué idiota eres Jungkook ¡Jamás serás el rey! ¡Jamás! - gritó el omega mientras se sacudía en el piso - El idiota aquí eres tú, si yo era rey, tú ibas a ser el rey también ¡Imbécil!

In the City ๑ ¡ᵏᵒᵒᵏᵗᵃᵉ!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora