Capítulo XXXV

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• Choi Soobin •

¿Felicidad?

La felicidad había vuelto una vez el peliazul a mi lado no soltaba mi mano mientras sus dedos estaban entrelazados con los míos, aún cuando el estuviera prestando más atención a los colorantes de cabello que adornaban aquel estante que a mi rostro el cual podría jurar que estaba rojo ante aquello.

Más sin embargo el perfil del mayor era todo lo que podía ver su rostro confundido ante todos los colores que habían en el lugar, era como ver a un pequeño niño llegar a una dulcería, simplemente lo veías felíz.

—¡Soobinie mira!— exclamó arrastrándome con el hacia otro estante con diferentes colores— ¿Crees que este se vea bien en mi?— preguntó tomando en sus manos un tinte color rosado, pero su expresión era tan inocente que aquello causo una sonrisa en mi.

—Creo que en ti todo se ve bien— confesé para acercar mi cuerpo al suyo abrazando al mayor por la espalda recargando mi mentón sobre uno de sus hombros— ¿Quieres comprar uno?

—a-ah— soltó un balbuceó para así lamer sus labios— N-no lo sé, ¿Debería?— giró hacia mí dándome una pequeña sonrisa.

Sabía que estaba nervioso más sin embargo yo no iba a alejarme de el, finalmente había comprendido mis sentimientos y haría lo posible para demostrarle a Yeonjun lo que sentía, más sin embargo si esto lo hacía sentir incómodo me detendría, pero eso aún no pasa.
Yeonjun era justo ahora lo que me hacía felíz y no iba a dejarlo ir, debía cuidarlo, aún cuando no sabía si le correspondería.

Estaba enamorado, sé que de alguna forma me haré daño, aún no comprendía a Yeonjun por completo y eso es lo que me hará daño o nos hará daño, más estaba dispuesto a ello.

Si Yeonjun era una forma de lastimarme, me lastimaria de la forma más hermosa que puedo conocer hasta ahora.

—Creo que este color puede durar un poco más— habló— volveré después, pero, ¿Tú no pensaste en cambiar tu color de cabello, Soobinie?— preguntó.

—Quizá, pero no-

Habría terminado aquella oración de no ser porque una mujer de quizá unos treinta años que pasó por el lugar hizo una mueca de asco al vernos y aún cuando lo haya susurrado ambos pudimos escuchar el comentario que está hizo hacia nosotros.
Suspiré restándole importancia, más sin embargo, Yeonjun dejo las cosas en sus lugar y se alejó de mi, aún cuando trate de acercarme nuevamente el mayor solo se alejaba unos pasos de mí y en silencio solo salió del lugar, pasé mis manos por mí cabello y seguí el camino por el que el mayor se había marchado.

—Yo creo que son una linda pareja— la voz de una chica captó mi atención, desvíe la vista hacia ella, era joven y linda, era la cajera del lugar— No dejes que esos comentarios arruinen una linda relación— comentó volviendo a ver la pequeña libreta que tenía sobre el escritorio.

—Gracias— fue lo único que dije para salir del lugar dandole una sonrisa a la joven chica.

Tenía razón, bueno casi, Yeonjun no era mi novio y quizá no lo sería.

—hyung— llamé al peliazul una vez logré divisarlo, el detuvo su pasó una vez estando a su lado pude observar como su linda sonrisa había desaparecido— No debe escuchar a personas como esas, hyung— hablé para así acariciar con suavidad su mejilla.

—No me gusta que hablen así de ti, Soobinie— mordió ligeramente su labio— quizá no...

—No voy a dejarlo solo, si es lo que pretende decir— interrumpí volviendo a envolverlo en mis brazos— prometí cuidarlo y lo haré, además, ¿No es mejor todo cuando estamos juntos?— pregunté.

Eternally // YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora