Capítulo 6

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Narra Skylar

Suspiré de nuevo. Las ventanas del coche no se empañaron porque no hacía frío, pero me gustaría que lo hubieran hecho. Giré la cabeza. A mi derecha, Amanda estaba dormida con el libro sobre su frente. Siempre le pasaba lo mismo cuando intentaba leer; miraba por encima dos o tres páginas y seguido se ponía a roncar. No había quien la sacara de su rutina.

Sonreí levemente y retiré el libro. Era mío, así que obviamente me lo había leído yo antes que ella. Era "Percy Jackson y la Maldición del Titán". Suspiré, esta vez de añoranza. Era uno de mis libros favoritos porque en él aparecían mis personajes favoritos, obviamente Bianca di Angelo y Nico di Angelo. Otro suspiro. Cerré los ojos. Nico di Angelo...¿cómo sería si existiese? Alto, pelo negro y despeinado, pómulos altos, labios carnosos, y sus ojos...sus ojos debían ser un pozo sin fin. Tan oscuros y misteriosos, parecían ocultar miles de secretos resguardados en el más seguro lugar, y, aun así, quería desvelarlos. Mi madre me sacó de mis pensamientos levantando la voz.

–¡Te estoy diciendo que me escuches!

–Te escucho –respondí, retirándome mis cascos–.

–¡No, no lo haces! A ver, ¿qué he dicho?

–Pueeees...has dicho queee... –dije intentando esquivar la pregunta– ...queeee... ¡Mira, un caballo!

–Ya basta Skylar. ¡Tienes que prestarme atención, es importante!

–¡Pero que es de verdad, mira! –dije señalando el animal en el campo–.

–¡Me da igual si es un caballo o una vaca, tú escúchame!

Puse los ojos en blanco y resoplé. ¿Cómo mi hermana no se despertaba con esas voces que dábamos?

–A ver, ¿qué quieres?

–Quiero que cuando llegues al aeropuerto pases a facturar inmediatamente, ni se te ocurra perder un solo segundo. Y...

–¿Y si quiero ir al baño? –pregunté sonriendo con malicia.

Mi madre torció el gesto y me miró seriamente por el retrovisor del coche. Su severa mirada de ojos grises me acorraló y envió escalofríos por mi columna vertebral.

–Obviando tu pregunta... –dijo apartando la mirada– Después quiero que entres directamente al avión, sin pasar por en ninguna tienda, ¿me oyes, jovencita?

–Si –resoplé de malas maneras–. ¿Algo más, señor?

–Llámame antes de que comience el vuelo.

–Vale.


El viaje al aeropuerto me pareció una tortura interminable, con coches de familias alegres y contentas por doquier. Todos parecían ser felices, pero yo...hacía mucho tiempo que no escuchaba el verdadero significado de "felicidad". Y si la repetía muchas veces en mi cabeza y en voz alta, dejaba de tener sentido, y sólo eran sonidos irregulares agrupados.

Desbloqueé mi móvil y comencé a teclear. Nueva nota; Viaje a Ciudad de Nueva York, 20 de Marzo, las 19:45 horas.

"Hoy no es que haya sido precisamente el días más hermoso para mí, de hecho, ha sido horrible. Primero el tener que levantarme a las seis de la mañana sólo porque mi primo quería ver su canal favorito, luego lavarme el pelo a toda velocidad y secármelo como buenamente se podía, seguimos con los "retoques" del vestido, acabando la mañana con la diadema trotamundos que quería explorar Los Ángeles.

El Despertar (Nico di Angelo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora