Cap 5 Camino a la ciudad

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Todo esta en silencio, silencio en la oscuridad, silencio salvo por el sonido de la fuerte lluvia sobre la calzada que atraviesa gran parte de aquellas tierras. Poco a poco se distingue un ligero murmullo en la lejania, un sonido ritmico, metalico y acelerdo, cada vez se olle mas nitidamente y cada vez mas rapido. Debido a la oscuridad no se ve que es lo que genera aquel ruido hasta que un relampago quiebra la oscuridad e ilumina el cielo con su palida y breve luz. Un ginete cabalga a galope montado en lo que parece un inmenso caballo acorazado, el jinete ataviado con una siniestra capa azul y dabajo una armadura del mismo color que la del caballo. Galopan a una velocidad increible para un caballo tan grande y con una carga tan pesada como su jinete y el con las armaduras puestas. La armadura le cubre por completo dejando solo a la vista parte de su hocico el cual expulsa bocanadas de aire candente cada pocos segundos. A su jinete solo se le distinguen dos luces rojas procedentes de los visores de su yelmo. El bao no llega a salir de la  boca y de la diminuta rejilla en la zona bucal. Pues la chaqueta de dragon le cubre y le llega hasta la boca y la nariz. Se fija en su montura y le dice.

-Eres un pegaso, un pegaso sin alas. Vaya y que nombre se supone que es adecuado para ti?

El animal le ignora completamente y sigue la travesia.

-Ya se que nombre te voy a poner, te llamare Dastan, es el nombre que se le ponia en mi pueblo a las criaturas fieras y nobles, veamos si te acostumbras a tu nuevo nombre. ¡Dastan alto!

En el mismo momento en que dice esas palabras el animal clava sus cuartos traseros en la tierra levantando asi barro y grava por igual. Cuando para se recoloca y espera.

-Increible, ninguna criatura comun tiene esta capacidad de entendimiento, recapacito y recordo lo que le dijo Geomedes, que no era una criatura normal y tambien se acordo del anciano y un sentimiento de tristeza lo embargo, nadie lo sabia pero Geomedes se moria. Sufria de dolencias causadas por su avanzada edad y ademas la perdida de la vista y sus efectos solo acentuaron su mal estado. Geomedes lo sabia y lo acepto ya habia llegado su hora y habia asegurado la proteccion de su heredera. No podia hacer mas aun con toda su fortuna, simplemente no podia.

-En marcha, dice mas para si que para su montura.

Durante toda la noche viajan a galope en direccion noreste hacia Par Volen, pero antes de llegar a la capital primero tendra que pasar por varias ciudades y pueblos.

Cuando comenzo a amanecer y el tiempo amaino opto por avanzar mas despacio por el resvaladizo terreno.

Con la luz del nuevo dia dislumbro a lo lejos una aldea de un considerable tamaño, estaba a unos cuatro kilometros de distancia quiza a cinco. Al fijarse mas detenidamente se dio cuenta de que algo no iba bien.Los campos y casas de la parte izquierda de la aldea estaban ardiendo, no era un gran incendio como son los naturales, no en este habia lugares que ardian mucho mas que otros, claramente habian sido originados por alguien.

-Algo no anda bien, e de buscar supervivientes, ¡adelante Dastan!

El corcel comenzo a galopar nada mas oir la orden de su dueño, el sonido de las herraduras al entrar en contacto con el suelo resono en los oidos de Arnor, segun se hacercaba a la aldea iba distinguiendo mas cosas, no veia cadaveres algunos a excepcion de las de varias reses esparcidas por el campo, pero si que veia rastros pequeños de sangre y entonces las escucho , comenzo a escuhar el jaleo de muchas voces de hombres y mujeres y el llanto de los niños. Despues escucho las voces de hombres que soltaban improperios hacia las suplicantes personas.

"bandidos" penso Arnor pero al entablar contacto visual con los causantes de todo el jaleo se sorprendio de lo que vio. Hombres uniformados con el blason de algun señor feudal. Un jabali junto a un abedul en un pequeño campo. Pero al fijarse en los otros uniformados se sorprendio aun mas. Hombres con togas largas y grises con bastones y cetros de hierro y oro.

SanguinarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora