Cap 12 En Marcha De Nuevo

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Arnor solo podía pensar en llegar a la capital para cumplir cuanto antes la promesa echa a Geomedes, había planeado investigar las posibles mayores amenazas contra su protegida y en vez de esperar un movimiento por parte de estos atacarles y evitar problemas futuros, además esto le ayudaría a acabar antes con su servicio para con la nieta de Geomedes y invertir todo su tiempo en buscar y destruir a los culpables de la masacre ocurrida meses atrás en su aldea natal. Mientras le daba vueltas al asunto una hermana de la parroquia le cosía y posteriormente le vendaba la herida del hombro, algo similar hizo son los cortes pero para evitar roces incómodos le aplico varios bálsamos y gasas de tacto suave. Tras ser sus heridas curadas se dedico el resto de la tarde a descansar y comer, para que el cuerpo recibiera energía suficiente para el viaje que se avecinaba. Habían quedado Grazz, el y los mercenarios en dividirse, Grazz y los enanos marcharían y tomarían un camino mas largo pero a la vez mas seguro desviándose ligeramente hacia el noroeste, mientras que Arnor y los elfos al ser mas ágiles tomarían la ruta ya establecida hacia la población seguras mas cercana que se encontraba a varias semanas de allí, el plan de Grazz era de alertar a varios de sus "colegas" para que se pusieran en marcha, Grazz no había entrado en mas detalles, algo que a Arnor le mosqueo sumamente. A la mañana del día siguiente todos los viajeros se encontraban reunido en la puerta norte, junto con sus monturas, pertrechos, y enseres guardados de manera practica y eficiente. Los enanos montaron en sus pequeños pero a la vez robustos y resistente ponnys, los elfos en sus gráciles y bellos corceles elficos, Grazz en su testaruda yegua, mientras que Arnor se montaba en su monstruo blindado el cual hasta ese momento le había estado esperando en silencio en mitad de la plaza para enorme asombro del resto de viajeros. Entonces partieron, tras unas horas de viaje se dieron cuenta que sus asediadores no solo se habían marchado sino que no habían dejado ni rastro de su presencia. Cuando llegaron a la bifurcación que seria el lugar donde se separarían decidieron parar un rato.

-Hay alguna duda sobre el plan a seguir?. Pregunto Grazz para asegurarse de que todos hubieran captado la idea.
Todos los integrantes de la compañía asintieron.

-Bien pues adelante, termino, Arnor nos vemos una semana en la villa de Caminos, deacuerdo?, si puedes reunir información y aliados mejor.

-Entendido, contesto Arnor.

Se despidieron sin muchas palabras y Grazz y los enanos se dirigieron al noroeste. Arnor se quedo mirando como se iban, hasta que ya no les pudo ver. Se preguntaba si el plan de Grazz resultaría, o si por el contrario buscar el apoyo de viejas amistades seria inútil ahora que todo el este de Los Pantanos se veía invadido por la plaga andante. Y si Grazz moría? a Arnor realmente le daba igual, no estaba ahí para cuidar de el, estaba ahí de camino a la ciudad de la cataratas para garantizar la seguridad se la nieta y heredera de Geomedes, pero ahora que lo pensaba ese viejo no le había dicho el nombre de su nieta, como se le había pasado algo así?. Ya no había marcha atrás, tendría que buscarse la vida para descubrir su nombre. El y los mercenarios elfos continuaron por el camino planeado, Señor viajaba a la cabeza, era el mas apto en combate cuerpo a cuerpo y seguramente el mas audaz, tras el iba Irthilan y su segunda al mando, de la cual Arnor desconocía su nombre. Tras unas largas horas llegaron a lo que antaño seria una aldea, estaba abandonada, aunque no había signos de lucha había pistas que narraban una evacuación a tosa prisa. En el fangoso suelo estaban estampadas miles de huellas humanas y no tan humanas. Las mas antiguas tenían un perfil recto y una considerable distancia entre una y otra, lo que indicaba que los que las hubieran originado estaban corriendo o caminando a paso ligero. Luego estaban las mas recientes, había muy poca distancia entre las pisadas y en muchos de los casos uno de los pies era arrastrado por el lodo dejando solo la parcialidad se la huella del pie, eran huellas muy irregulares, solo un borracho como una cuba haría unas huellas semejantes pero por la cantidad de huellas en el suelo no dejaba otra opción a deducir que eran las huellas de los muertos alzados. Cuando se disponían a marcharse escucharon un ruido en uno de los edificios abandonados, era la taberna del pueblo. Antes siquiera de plantearse entrar el causante del ruido salio renqueando de la posada. Era el cadáver reanimado de un niño de no mas de cuatro años, aun llevaba el pijama con el estampado de un wyvern rojo en el pecho. El cadáver del infante les dedico una mirada vacía, para el enorme asombro de los mercenarios este no ataco, si no que se dispuso a seguir la ruta del ejercito no muerto. Algo de lo que se percato Irthilan es que el niño no mostraba ninguna herida, entonces como se había convertido? Pensaba esta, antes de que ninguno de los elfos pudiera reaccionar se oyó el estruendo se un arma y un agujero rojo se abrió en el cráneo del niño. Todas las miradas se depositaron en Arnor el cual tenia el la mano su pistola con humo saliendo del cañón. Sin mediar palabra cogió el cadáver del pequeño lo deposito en un carro cercano y con la runa de furia de su guante lo prendió. Tras ver tan triste y desalentador espectáculo decidieron pasar la noche en la posada, todos habían viajado suficiente por ese día.

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⏰ Última actualización: Apr 13, 2016 ⏰

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