⭐Nada es lo que parece⭐

⭐Capitulo 1⭐

Salta.

Esquiva. 

Derecha.

Esquiva.

Salta.

--No pierdas su rastro Hakuba --suplique con fuerza en mi mente mientras continuaba corriendo lo más rápido que mis pies podían, percatandome de como Heiji se encontraba ahora bastante rezagado a nosotros, cada vez está más viejo para esto --¡¿Qué esperas, Hattori?! ¡Muévete!

Un simple aullido mal entonado fue lo único que logré escuchar, más preferí solo ignorarlo y seguir corriendo, pensando en que habrá después un mejor momento para tener una riña con aquel bueno para nada que según él, es mi mejor amigo.

Después de unos cuantos kilómetros más; logré notar como había una alta águila con plumas entre doradas y blancas parada en la cima de un peñasco moviendo la cabeza en varias direcciones con algo de desesperó; al darme cuenta de  que era lo que pasaba, yo con una gran desilusión y rabia en mi pecho solo deje de correr y me senté algo jadeante a su lado. 

A pesar de ser ahora un poco mayor de edad, aún no puedo evitar sentir la fatiga y sobrepeso de no dormir en todo el dia o al menos una pequeña parte. Y todo eso era por culpa de aquella maldita bruja, nunca puedo predecir cuál será el próximo ataque a tiempo y siempre que lo averiguó termino perdiendo todo su rastro, dejando que petrifique o maté a más inocentes.

Vi de reojo a aquella ave y noté que aún buscaba  a aquella pelirroja con mucho esmero, haciendo uso de su excelente cuello para ver en todas direcciones. Al verlo así; no pude evitar sentirme algo mal por exigirle tanto, todos hemos estado bastante estresados por los recientes y continuos ataques de aquella bruja, que no hemos descansado ni siquiera una hora completa por vigilar a casi todas las tribus que aún intentan permanecer en pie.

--¿No tenemos ningún rastro, verdad? --pregunte con obviedad a el pájaro que ahora solo me veia algo cabizbajo. Cuando negó con lentitud con su pequeña cabeza, solo me recosté en el duro suelo y miré con algo de molestia el inicio del amanecer --No te preocupes, tal vez deberíamos descansar un rato antes de volver a buscarla... Ya habrá otra oportunidad.

--Tu al menos cubrete con tu capa --Me dijo una voz algo gruesa y molesta para mí, mientras lanzaba a mi rostro una de mis túnicas negras que había olvidado en mi tribu --No quiero cargarte de regreso como la última vez.

Yo solo asentí con un pequeño quejido de fastidio, no era mi culpa olvidar que no puedo estar al sol como mis amigos, prefería centrar toda mi atención y memoria en algo que me fuera más útil, como perseguir a aquella bruja o entrenar o cosas así.

Sabía que el sudor en mi frente era bastante, ni siquiera podía aún recuperar el aliento por aquella alocada carrera. He corrido por al menos casi cinco horas y aún no logró recuperar el rastro de aquella bruja o al menos hallar su guarida, esto es algo frustrante. No puedo creer que a pesar de estarla persiguiendo desde hace más de cincuenta años aún no encuentro nada que me sirva para vencerla o al menos quitarle algo de poder.