XI

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─Lo siento, pero no puede pasar.

─Yo seré el próximo gobernante del imperio, así que pasare.─Dijo con total tranquilidad el príncipe mientras lo apartaba con suavidad.

Al tenerlo lejos se adentro a esa gran habitación, su mirada se encontró con la persona tan corrupta que se suponía que era su padre.

─¡Tu!... ¿¡Como te atreves a entrar aquí!?─Le pregunto mientras se ponía en alerta el de mayor edad.

─Sabes padre, me duele y mucho que no me hayas tratado de traer de vuelta. Cuando me viste como amenaza me mandaste a asesinar... Pero no gastaré mis sentimientos en personas despreciables como tu.

Hizo una pausa señalandolo con sus ojos entrecerrados, para después suspirar y reir. Cosa que alarmo aún mas a su padre.

─Ja. ¿Con que derecho me dices eso, sucio demonio? ─Su tono burlón logro hacer enojar al de menor estatura pero aun asi permaneció inexpresivo.

─¿Sucio?...Hah... si fuera Dyrroth ya te habría arrancado la cabeza, pero no soy el en su totalidad, pero ahora soy Aurelius, el próximo gobernante de Moniyan... ¡Esto es una orden; vuelve a proponer el acto de paz!... De lo contrario una guerra se desatará en unos días, si eso es mucho para ti; cede tu lugar de una vez.

─¿Una orden?, nadie le obedecería a alguien como tu. Tienes cuernos y colmillos, eres una abominación.─Su padre no se estaba dejando guiar por sus sentimientos, sino por su codicia, ya que si no fuera asi el resultado sería otro.

─¿Y donde quedas tu?, en tus manos esta la vida de tus tropas y no harás nada, ¿Eso es ser buen lider?

─Tch...

─En fin, no importa a que métodos tenga que recurrir, pero yo evitare esa guerra por que son los deseos de Silvana, mi hermana.─Dicho eso se marcho.

Ahora que vagaba por los pasillos pensaba más en lo ultimo que había dicho, lo cual era una estupidez, el no usaría cualquier método, no quería derramar más sangre, por que eso implicaría convertirse en su padre.

Su mirada se fijo en una gran puerta color vino, la cual abrió con cuidado notando que era una biblioteca, se adentro a ella para comenzar a ver las portadas de los libros en caso de que alguno llamara su atención.

En el abismo tenía que leer varias cosas, ya que al entrenamiento al que fue sometido no se baso solo en torturas, también tuvo que aprender a leer, escribir, a ser un buen lider e incluso el aprender el arte de el engaño y la seducción,  aunque este último le traía un amargo recuerdo y le avergonzaba.

Fue entonces cuando dejo de buscar libros y se puso a pensar en el mismo; que básicamente antes era la marioneta del abismo la cual estaba dispuesta a entregar su cuerpo y alma a cualquier cosa que llevara a la victoria a su antiguo hogar.

Si nunca hubiera conocido a su hermana probablemente perdería toda su dignidad en hacer cosas por el abismo, pero el destino le tenía planeado cosas diferentes y desde su punto de vista eran cosas magnificas.

─¿Uh?─Se acerco a la ventana viendo el precioso cielo azul y a unas cuantas aves que pasaban por ahí. ─Es muy hermoso. Realmente estoy muy feliz por haber conocido a mi hermana.

Jamás penso que podría ver días tan cálidos sin tener que cuidar su espalda. Sentía como su inocente corazón latía con mucha fuerza ante sus propios sentimientos positivos. El realmente habia sido bendecido por el señor de la luz...

─Hare que el imperio y el abismo vivan pacíficamente, no importa si mi vida se esfuma y se vuelve parte de esa vegetación. Hare cualquier cosa por los deseos de mi hermana, ella es la única que verdaderamente me ama... ¡Te lo juro!

Al salir finalmente de sus pensamientos sus mejillas tomaron un precioso color rosado,  fue entonces cuando se aparto para ahora si buscar un libro.

¿𝓠𝓾𝓲𝓮𝓷 𝓼𝓸𝔂 𝔂𝓸?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora