XV

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Los brazos eran tan cálidos y acogedores, ambos permanecieron así por unos minutos hasta que le menor se separó encontrándose con su hermana, la cual le sonreía con dulzura.

—Hermanito. Te quiero.-le dijo mientras acariciaba su cabello, el solo permaneció quieto-

—Perdón por preocuparte, no sé que me pasó

—Yo se lo que ocurre. Te sientes mal por qué está siendo malagradecido.-las caricias aún no se detenían, no hasta que el menor de aparto.

—¿Yo?

—Te quejas tanto de la hipocresía de Moniyan, pero no te has dado cuenta que eres igual... Pobre... Seguramente tu madre aún espera por ti.

Algo estaba mal, Silvana no le diría cosas así, fue entonces cuando se fijó a su alrededor, ¿Por qué tenía cadenas en sus muñecas y tobillos?

Fue entonces cuando toda su cordura se marchara haciendo que su cuerpo comenzara a temblar mientras lloraba, había olvidado aquel temor a ser encerrado, se colocó en posición fetal en un rincón. Tal como lo hacía de niño.

—Jamas debiste confiar en el imperio, si te hubieras quedado con Alice, si no la hubieras abandonado nada de esto habría pasado.

¿Que pasaba?

¿Por qué le estaba haciendo eso?

Al principio pensó que ella no era capaz de eso, pero quizás se había equivocado y ese error le estaba costando su libertad.

Todos sus planes y los sueños que le había dado su hermana se estaban yendo abajo, era como si su luz se le fuera apagando.

—Como eres mi querido hermano te daré otra oportunidad para hacer lo correcto, ¿De acuerdo?

La joven beso los párpados del joven con dulzura.

Fue entonces cuando abrió nuevamente sus ojos, ¿Eso había sido un sueño?, Todo se había sentido tan real. Incluso ahora tenía ese miedo a volver a ese sitio.

Se movió un poco sintiendo la suave sábana en la que solía dormir, se sentía débil y su cabeza parecía que en cualquier momento explotaría.

Cerro ambos párpados para que sus ojos se adaptarán nuevamente a la luz, fue entonces cuando se puso a pensar en el.

¿Que es lo que quería lograr?

¿Cuál es su deseo?

¿Que camino es correcto?

¿Vale la pena elegir uno?

Su indecisión estaba más que clara, pero tenía que pensar bien, no podía estar jugando a ser el príncipe del abismo y aceptar a Moniyan o al revés
Tenia que aceptar a un mando y abandonar el otro, ya no tenía que dudar.

Quería ser imparable, pero... ¿En qué sentido?

Se giró en la cama notando la luna que amablemente se podía de manera que pudiera verla a través de las ventanas.

—¿Que es lo que quiero ser?... ¿Que soy yo?

¿Quien soy yo?

¿𝓠𝓾𝓲𝓮𝓷 𝓼𝓸𝔂 𝔂𝓸?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora