The Raeken Dunbar /// Heartbeats secuela

Capítulo once - "¿Está vivo?"

¿Un bosque?

Supongo que 3 de diciembre

Está amaneciendo

Grace

Me encontré caminando, en ese bosque o no se como llamarlo... estaba tranquilo uno que otro pájaro pasaba volando, perdiéndose en las copas de los árboles.

Seguí hasta que vi una construcción, que no podía apreciar bien de tantos árboles que había.

Caminé un poco más en su dirección, y pude verla perfectamente.

Era una cabaña.

Era de madera, con un techo con troncos cortados a la mitad. Junto a la puerta había una ventana que parecía tener cortinas entre rojas y cafés.

Frente a ella, en el jardín, había una especie de huerta, en la que pude ver pimientos, tomates... creo que también zanahorias por las hojas que sobresalían.

Iba a acercarme un poco más, para ver si podía explotar un poco el terreno, pero un sentimiento... un presentimiento me dijo que no lo hiciera.

Así que me quedé allí, parada admirando la vista.

El sol saliendo detrás de la pequeña cabaña, más pájaros volando y cantando, anunciando el comienzo del día.

Por alguna razón me calmaba, sentía que flotaba... me sentía como si estuviera drogada... o al menos creo que es así como creo que debe sentirse estarlo.

Di unas vueltas sin moverme de mi lugar, mirando el cielo, giraba y giraba.

No me sentí mareada, al contrario, con cada vuelta me relajaba más y más...

-Izzy...

Alguien me llamaba, pero no quería parar.

-Izzy escúchame...

Comencé a girar aún más rápido.

-Izzy...

Y más rápido.

-Izzy tienes que despertar.

Me detuve en seco.

Todo daba vueltas, veía borroso, pero antes de despertar lo vi.

-Papá...

- - -

Paris

Viernes 3 de diciembre, 2032

4:07 am

Grace

Otra vez se me hizo extraño lo calmada que me desperté, a pesar del llamado y la sacudida que había escuchado...

Me fregué los ojos e incorporé con cuidado, mire hacia mi derecha y Brett seguía durmiendo como si nada, me incliné para ver el colchón del suelo en el que debería estar durmiendo... pero no lo estaba.

Agudicé el oído, abajo se escuchaba a alguien, probablemente él.

Calzada y abrigada salí de la habitación, bajé y me encontré con que tampoco había nadie, así que volví a activar mis sentidos sobrenaturales.

El garage.

Con cuidado de no hacer ruido fui hasta allí, no veía a nadie hasta que el motor de una de las camionetas se encendió.